Por: José Víctor Agüero Aguilar
¿Se ha sentido usted abrumado por los problemas que le plantea la vida?
Dificultades económicas, enfermedades, divorcios, conflictos familiares, relaciones interpersonales conflictuadas, falta de empleo, temor en ser víctima de la violencia, a desastres naturales, estos y otros factores, condicionan para que el ser humano viva temeroso, preso de la angustia y la ansiedad, con la incertidumbre de cómo va terminar su existencia.
Vivimos en un mundo caído, con una degradación de valores éticos, morales y espirituales que retratan a una sociedad corroída por el pecado, el desenfreno en que vive el ser humano, es de tal magnitud que sus bajos instintos lo llevan a cometer actos vergonzosos, irracionales y ofensivos, sin inmutarse en lo más mínimo.
La ausencia de paz interior atormentan a millares de personas que no le encuentran sentido a la vida, su existencia se torna confusa, no tienen un norte que les permita definir con claridad las prioridades de su existencia, los resultados son caóticos, familias fraccionadas, relaciones torcidas agrietadas por el resentimiento, la amargura, el rechazo, el odio y la falta de perdón.
Hay un cansancio físico y emocional que abruman a centenares de individuos, que ven pasar el tiempo abruptamente, sin alcanzar mayores logros en el área personal, familiar, laboral y espiritual, florecen sentimientos encontrados que ponen de evidencia el mar de confusión que priva en su fuero interno.
Existe un desasosiego de tal magnitud que terminan dominados por el temor, el miedo y la soledad, que les conlleva a sufrir estados depresivos que afectan su entorno, generando un clima de inestabilidad y tensión en sus relaciones interpersonales, familiares, laborales y conyugales.
Frente a este convulso escenario es necesario que cada persona se confronte consigo mismo y determine con claridad, qué rumbo tomará su existencia, no es saludable transitar por esta vida sin tener una claridad meridiana de lo que se quiere alcanzar en las distintas áreas del ser humano.
Rutas equivocadas
Muchas personas en su anhelo de alcanzar paz interna, buscan rutas equivocadas en el alcohol, las drogas, el sexo y negocios ilícitos, que terminan por complicar aún más su existencia, estas vías de escape son soluciones momentáneas, un barniz para ocultar cicatrices y lesiones emocionales que con el paso de los años, se han ido acumulando de manera peligrosa, convirtiéndolas en una bomba de tiempo.
Un buen ejemplo son las deudas económicas que adquieren las personas, esta situación para muchos se torna insostenible, al verse impotentes por honrar los compromisos de pago, se requiere de una estabilidad emocional firme, que le permita sobrellevar con entereza las presiones que generan este tipo de pruebas en el diario vivir.
Y qué decir de las enfermedades que debilitan e imposibilitan a las personas en llevar una vida productiva y útil, cuando el cuerpo se ve afectado surgen limitaciones de toda índole, que retrata la vulnerabilidad y lo frágil que es el ser humano.
La vida es un regalo que Dios en su amor infinito le concede a cada persona, con el objetivo de ser instrumentos de bendición, en un mundo dominado por el pecado. Si usted amable lector está experimentando situaciones complejas de vida, alce su mirada al Creador del cielo y la tierra, deposite en su persona sus cargas, temores, miedos y ansiedades que le permitan al final de su existencia, experimentar el verdadero descanso, al que debe aspirar todo individuo, teniendo como morada final el cielo.
