¿Quién respalda a Manuel Merino?

RP
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15 de noviembre de 2020
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12:04 pm
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¿Quién respalda a Manuel Merino?

Manuel Merino se aferra al poder en Perú pese al masivo rechazo ciudadano con tan solo el respaldo de un grupúsculo de extrema derecha, Confluencia Republicana, que alcanzó un poder nunca pensado bajo su Gobierno y que parece no querer renunciar al mismo.

De la noche a la mañana, este pequeño colectivo, que apareció en 2019 como respuesta a la “infiltración marxista” en los poderes del Estado peruano, se aupó a una posición de poder de la mano del primer ministro Ántero Flores-Aráoz, uno de sus más conspicuos miembros, que nutrió su Ejecutivo con habituales colaboradores de la asociación.

Comunicadores y analistas de derechas, figuras del mundo económico de más rancio abolengo, personajes de la “gente bien” y expolíticos conservadores de mayor o menor relevancia alimentan este grupo, donde también se destacan “abogados y exmilitares”, todos “hermanados por una visión ultraconservadora”.

AMIGOS CONSERVADORES

Así lo explicó a Efe el politólogo Mauricio Zavaleta, experto en partidos políticos peruanos, quien definió a este movimiento, que de hecho se limita solamente a emitir comunicados, como algo más próximo a “un grupo de amigos que a un partido político”, pues carecen de base social y “solo se representan a sí mismos” en un afán con poco asidero en la realidad para combatir “la toma del Estado por la izquierda”.

En las últimas 24 horas, con el país inflamado contra el Gobierno, considerado ilegítimo por la inmensa mayoría de los peruanos y que dirigió una despiadada represión a las protestas en su contra que han causado al menos dos muertos, decenas de heridos y desaparecidos, solo colaboradores habituales de ese grupo han surgido en defensa de Merino.

“Yo no he visto a nadie activamente defenderlo, está solo y siempre estuvo solo. Se dejó abrazar por la Coordinadora Republicana, que no está siquiera en el Congreso. La falta de legitimidad es tremenda. Ellos, con Merino, están en una burbuja, y no saben salir”, indicó a Efe el analista e investigador social Hugo Ñopo.

ANCHA BASE

La soledad de Merino ya se hizo evidente incluso en las primeras horas de su designación como presidente de transición, después de que las mismas fuerzas políticas parlamentarias que vacaron a Martín Vizcarra renunciaran, con el afán de distanciarse de un paso claramente antipopular y controvertido legalmente, a formar parte del Ejecutivo.

Eso incluyó al propio partido de Merino, Acción Popular (AP) y Alianza para el Progreso (APP), liderado por el empresario de la educación César Acuña, que votó por la destitución pese a haber prometido apenas horas antes que sostendría a Vizcarra en el poder para mantener “la estabilidad”.

Ante el evidente cruce de intereses entre los partidos del Congreso y su deseo por destituir a Vizcarra, se dijo que Merino montaría un Ejecutivo “de ancha base”, ajeno a estos grupos pero con su supuesto apoyo implícito.

La “ancha base” nunca se dio. No hubo ni políticos ni técnicos de prestigio dispuestos a servir a Merino, y allí entró la figura de Flores-Aráoz, un ex ministro de Defensa del fallecido expresidente Alan García de 78 años, sin nada que perder y, según sus declaraciones de las últimas horas, completamente superado por las circunstancias.

Flores-Aráoz, y el también ex ministro y exdiputado Juan Sheput, cooptaron voluntarios para el Gobierno rascando del entorno de Coordinadora Republicana, y ambos se mantienen hasta ahora como portavoces oficiosos Merino, ante la evidente ausencia pública del acorralado mandatario.

CONGRESO LO ABANDONA

El teórico apoyo parlamentario a Merino se deshizo en cuanto la movilización popular hizo evidente el error político cometido, si bien hasta la fecha solo desde APP se han dado mensajes de contrición y arrepentimiento por lo sucedido.

No está claro si será suficiente para un partido que tenía claras aspiraciones en las elecciones previstas para abril de 2021 en la figura de Acuña.

AP, el Frente Amplio de izquierdas, visto por muchos como “el tonto útil” en la vacancia; Somos Perú, los religiosos del Frepap e incluso el partido fujimorista Fuerza Popular de Keiko Fujimori, le han bajado el dedo y piden la dimisión o destitución de Merino.

Sólo se mantienen en un silencio incómodo o incluso en un tenue apoyo al Gobierno el ultranacionalista Unión por el Perú (UPP), el grupo que instigó la vacancia de Vizcarra y Podemos Perú, liderado por José Luna, dueño de universidades privadas, investigado por corrupción y con serios intereses en derrocar Vizcarra por la defensa que este hizo en impulsar la reforma universitaria.

SUPERVIVENCIA

“¿Tuvo respaldo alguna vez? Sólo dos países enviaron notas de saludo, la OEA mandó dos comunicados y pidió la restitución del orden y la Constitución. Siempre estuvo solo. El único que no lo ve es el propio Merino. No es hábil para verlo”, indicó Ñopo.

El entorno que apoya y que parece que sostiene la posición de Merino no es más que “un círculo de jubilados de la política, y de una política de hace 30 años” con un único argumento que se sostiene en la legalidad constitucional del proceso que lo llevó al poder.

“Sí, es legal la ruta que dio para llegar a ser presidente, pero no estamos para leguleyadas. No hay legitimidad, y eso no importa ya. El camino ya está trazado y lo dejará sin piso. La pregunta es qué hará el Congreso para elegir a su sustituto”, añadió.

Así, lo único que hace que Merino siga nominalmente al frente del país es que el Congreso no acuerda quién ocupará el lugar de presidente del parlamento, lo que automáticamente se convertirá en presidente de la República.

“Eso, y que también no quiere dimitir y se aferra porque del otro lado hay prisión, y que entrará en la historia de la manera más patética posible. Desde su punto de vista, lo racional es la lucha pues va a perder la libertad”, vaticinó Ñopo.

Para Zavaleta, que no dimita solo es fruto “de malos consejos” y peligrosos para el país, que solo son posibles para alguien “con un alejamiento total de la realidad”.

“Flores-Aráoz no parece en sus cabales, y si Merino escucha a estas personas con mentalidad de guerra fría, pues estas son las consecuencias que se tienen”, acotó Zavaleta. EFE

 

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