Eta y solidaridad

MA
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18 de noviembre de 2020
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12:26 am
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Eta y solidaridad

Nery Alexis Gaitán

Siempre nos aconsejan “debemos estar preparados para todo”, pero lo cierto es que la vida se caracteriza por la imprecisión y no hay nada seguro. Los desastres naturales siempre están a la vuelta de la esquina. Y se han agravado en los últimos tiempos debido a la contaminación, la tala inmisericorde y la destrucción de los bosques.
Somos un país muy frágil en muchos aspectos. Nuestros sistemas de prevención no son lo suficientemente efectivos que deseáramos; nos falta infraestructura y equipos de todo tipo. Pero aun así se han enfrentado los desastres naturales de la mejor forma posible.

Sería de amarga recordación hacer un recuento de nuestras tragedias colectivas, pero siempre hemos salido adelante, de las cenizas hemos renacido cual ave Fénix. La esperanza y las manos solidarias nunca nos han desamparado.

Esta reciente tragedia del huracán Eta, nos ha venido a demostrar algunas cosas. La primera, que se necesita tener un plan de contingencia que sea lo más efectivo posible para evitar tragedias lo más que se pueda. La segunda, que el pueblo, aún con carencias y en bancarrota por la pandemia, siempre es solidario. Está presto a ayudar hasta las últimas consecuencias; a lo largo del territorio nacional hemos visto cómo la población se ha organizado para llevar ayuda a los que están sufriendo.

Muy importante ha sido la labor de diversos organismos como bomberos, Copeco, policías y militares, que han trabajado intensamente en labores de rescate y contención. No podemos menospreciar su valeroso trabajo, que muy disciplinadamente lo han efectuado; son héroes al servicio de la patria.

Otro aspecto a mencionar es la ayuda internacional que ha llegado y continúa arribando a nuestro suelo. Son varios los países que se han solidarizado con el dolor de nuestro pueblo. Entre ellos podemos mencionar a los Estados Unidos, que también ha participado en labores de rescate; Taiwán, que su constante ayuda ha sido muy importante a lo largo de los años y, en estos momentos de crisis, continúan con su generosidad.

Pero, como siempre hay un pelo en la sopa, se ha politizado la ayuda proveniente de El Salvador. Nadie niega que se le debe agradecer a Bukele por su generosa ayuda. Pero ese agradecimiento se ha desbordado de una forma extraña. Compararlo con Morazán o que debe ser nuestro presidente, son excesos y solo reflejan, de parte de estos grupos opositores, su débil identidad nacional, su poco amor por Honduras y todo lo nuestro.

Está bien la bienvenida y los aplausos por esta donación. Pero el pueblo, a veces por cuestiones políticas adversas al gobierno, alaba a unos y niega a otros. No hay que olvidar que Bukele es un hombre con una fuerte campaña mediática y que no es el líder que aparenta ni tiene a su país en el Paraíso. Pero ese es problema de los salvadoreños. Lo que nos atañe a nosotros es velar y defender nuestra integridad patria. Y no se nos debe olvidar que el vecino ha sido traicionero con nosotros a lo largo del tiempo.

En estos momentos de crisis es cuando más unidos debemos estar. Los políticos de la oposición deben entender que el bien común es prioritario y en vez de dividir y crear cizaña entre la población, debiesen ponerse a trabajar en labores de ayuda y rescate.

Solo criticar y denigrar, en este caso a los cuerpos de socorro, solamente porque son parte del gobierno, no aporta nada bueno en estos aciagos momentos. Y solo refleja el poco interés que tienen por los compatriotas que están sufriendo.

Honduras necesita políticos de calidad, que demuestren un profundo amor por la patria y sus habitantes. Es hora de echar a la basura esas agendas políticas que tanto daño le han hecho a los pobres.

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