Asociación de Iglesias Evangélicas de Honduras (ASIECAH) canaliza ayuda para damnificados de oriente y norte

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22 de noviembre de 2020
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12:58 am
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Asociación de Iglesias Evangélicas de Honduras (ASIECAH) canaliza ayuda para damnificados de oriente y norte

El pastor César Armando Ávila, del Consejo de Oriente, en acción.

Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
Email:[email protected]

DANLÍ, EL Paraíso. Ahora hay dos tareas importantes que realizar. La reconstrucción de Honduras y reconstruir vidas. Ambas son importantes y necesarias para restañar las heridas profundas que laceran el alma de todos los hondureños.

Los hondureños enfrentamos los momentos más difíciles de la historia. Llevamos 9 meses confinados por la pandemia del COVID-19 que ya causó, según las estadísticas más de dos mil muertos y arriba de los 100 infectados, cifra que podría ser mayor. La economía del país prácticamente en la bancarrota a consecuencia del confinamiento obligado. Y de corolario, la tormenta Eta, un fenómeno atmosférico de terribles consecuencias previamente anunciado con resultados trágicos, acto seguido, Iota, dejando a su paso destrucción, miseria y dolor en el pueblo y por si esto fuera poco, un gobierno incompetente hasta para el manejo de la ayuda internacional que se pierde en las bodegas por descuido e incapacidad.

Edulfo Dubón, César Armando Ávila y otros pastores de Asiecah, la zona sur.

Estamos abatidos, más no vencidos y con voluntad como se hizo después del huracán Mitch que fue catastrófico, levantarnos y reconstruir Honduras, tarea que nos corresponde a todos los hondureños de buena voluntad, que aman a Honduras sin diferencias de ninguna índole. Hoy más que nunca la solidaridad humana va en dirección de todos los que están sufriendo en carne propia esta catástrofe.

La otra tarea, no menos importante, es la de reconstruir vidas, la misión más difícil e importante que le corresponde a la Iglesia. ¿Cómo hablar de Dios a quienes clamaron a Dios en su angustia y lo perdieron todo? No es sencillo, la gente está dolida, herida hasta lo profundo del alma, lo perdieron todo, no tiene nada, se fue el trabajo de tantos años entre el lodo y las aguas turbulentas. ¿Cómo acercarse al que está herido de muerte para de gracias en medio del dolor? Repito, es la misión clara de la Iglesia, no importa la denominación que sea, pero no se trata de solo orar por los que sufren, hay que ir donde ellos están y demostrar que somos solidarios.

Rev. Julio Marriaga (QDDG), pionero de las obras de reconstrucción en el norte durante el huracán Fifí.

Es tiempo de poner en práctica nuestros principios cristianos, particularmente nuestra fe. Sigamos la enseñanza de la Biblia: “Hermanos míos, ¿de que aprovechara si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano está desnudo, y tiene necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo. ¿De qué aprovecha? Es hora de poner en práctica nuestra fe, amor al prójimo quien quiera que sea.

Sin embargo, debemos de dar gracias a Dios porque en medio de la angustia y el dolor hay un grupo de personas que comparten con los que sufren. Una Iglesia que comparte el sufrimiento los unos con otros, es una bendición para los que sufren. Demos gracias por esa gente que tiene una palabra de consuelo, una oración de fortaleza, una palmada de simpatía y un abrazo de sostén.

Jóvenes cristianos solidarios con los damnificados de Santa Fe, municipio de Trojes.

Este es el tiempo para reconstruir vidas, para llegar con ayuda a la gente en aquellos sectores más apartados del país. En tal sentido, la Asociación de Iglesias Centroamericanas de Honduras (Asiecah), siempre ha estado presente en las grandes catástrofes que ha abatido al país. Durante el huracán Fifí, estuvo presente en el sector norte con la construcción de viviendas en la ciudad de El Progreso, donde se construyó de colonia Centroamericana, cuyo líder en aquel momento histórico y trágico, fue el pastor Julio Arriaga.

Durante la tragedia del huracán Mitch. En la ciudad de Choluteca, se construyeron varias viviendas para familias pobres y en la Nueva Morolica, fueron construidas 100 viviendas, también fue construido el templo de la Iglesia Evangélica. Entonces si se puede dar gracias a Dios en el sufrimiento por la esperanza cristiana y que bueno es para un cristiano saber que, al otro lado de la oscuridad, hay una luz de seguridad. Sabemos que podemos mirar el futuro con certeza. El dolor es el momento para que nuestra alma vea la promesa divina hecha realidad.

Parte de la ayuda que llegó con procedencia del sur y oriente que será entregada esta semana.

Con ese mismo espíritu de solidaridad ahora está presente en la zona oriental con ayuda para los damnificados del sector de Trojes. Esta semana a través del Consejo regional de Oriente, se hará entrega de alimentos y ropa a los pobladores que fueron afectados por los deslizamientos en Santa Fe, Planes de Cifuentes y otros sectores afectados donde haya damnificados a consecuencia de Eta y posteriormente de Iota.

Edulfo Dubón, presidente de la Asociación de Iglesias Evangélicas Centroamericanas de Honduras (Asiecah), dijo que la ayuda de solidaridad para la zona, proviene de las Iglesias del Consejo del Sur, asimismo de las iglesias del departamento de Valle con una ofrenda económica que no fue cuantificada, también estarán presente en el norte del país.

Ropa, víveres y material de higiene para los damnificados de la zona de Trojes.

El Pastor César armando Ávila, del Consejo de Oriente, manifestó que la ayuda es canalizada directamente por los pastores para una mayor transparencia, queremos que la ayuda llegue a la gente que la necesita sin distinción alguna. Aunque los costos por movilización y las malas condiciones de las carreteras a la zona no son las mejores, contamos con el apoyo de los hermanos de las diferentes congregaciones, en el entendido que, si Dios no hace excepción de personas, nosotros no tenemos por qué hacer lo contrario.

Reconoció el desprendimiento de los miembros de las Iglesias del Consejo del Sur y Valle, por el apoyo y solidaridad. Siempre estamos presentes donde el dolor abate a nuestra gente y esta vez no es la excepción. Como Iglesia estamos comprometidos, no solo a contribuir con la reconstrucción de viviendas, sino con la reconstrucción de vidas con la ayuda y la bendición de Dios.

Imagen histórica de los destrozos y destrucción de Morolica durante el Mitch.
Asiech, construyó el nuevo templo de la Iglesia Evangélica en Morolica.
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