Comienza venta de “arbolitos” y adornos navideños
Comienza venta de “arbolitos” y adornos navideños
Comienza venta de “arbolitos” y adornos navideños. En la víspera de la Navidad, en las calles y almacenes de la capital ya se observan los tradicionales “arbolitos”, adornos y luces de la temporada, sin embargo, ante la ola de despidos que dejó la pandemia de COVID-19, ¿se venden este tipo de productos?
Vendedores de algunas tiendas coinciden al afirmar que pese al pesimismo o desánimo que pudo haber causado la pandemia en la población, este año las ventas más bien comenzaron desde mediados de noviembre.
La vendedora de un almacén capitalino, Martha Godoy, comentó que “creíamos que este año nos iría muy mal por la pandemia, pero las ventas han estado bien, hay producto que ya se nos acabó, sobre todo los arbolitos medianos, que son los que más busca la gente”.
En los almacenes de Tegucigalpa y Comayagüela hay disponibles árboles navideños sintéticos verdes, blancos, azules, entre otros colores, a precios que oscilan entre los 250 y 2,600 lempiras, según el tamaño.
TRADICIÓN “CATRACHA”
Sin embargo, ante la crisis económica, muchos han optado por adquirir las tradicionales “chiriviscas”, como se les conoce a los árboles secos que luego son pintados en blanco o plateado, y que se ofrecen al público a precios más cómodos.
Uno de los negocios más concurridos es el de la familia Izaguirre García, en el kilómetro 7 que de la capital conduce hacia el municipio turístico de Valle de Ángeles.
Sus productos los colocan a la orilla de la calle, entre estos, chiriviscas, venados y coronas elaborados con ramas secas y luces.
Una de las artesanas de esta familia de emprendedores es Jeylin Izaguirre García, quien detalla que “las chiriviscas, hay de 70 las más chiquititas, hasta las más grandes, que son de 600 lempiras; hay venados de 250, de 300, de 400 hasta llegar a 2,500”.
Agregó que también fabrican “venaditos” con ramas, que los ofrecen a precios de 100 a 2,500 y también “coronas y guirnaldas”. (CF)
DATOS
Cada año, la elaboración de adornos navideños se vuelve una fuente de ingresos para numerosas familias que se las ingenian para crear sus productos con material reciclado, cuyos clientes son, por lo general, conductores que pasan por las calles donde ofrecen sus productos.
ARTESANÍAS
UNA FUENTE DE EMPLEO
La artesana Jeylin Izaguirre García cuenta que la tradición de crear adornos navideños con material reciclado “empezó con el bisabuelo de nosotros, y así fue como uno fue aprendiendo del otro, hasta que muchas personas aprendieron este arte”.
Según Izaguirre, la actividad es su única fuente de empleo para la víspera navideña y pese a la crisis causada por la pandemia de COVID-19, “nos ha ido muy bien, gracias a Dios, y eso que hay varios puestos porque toda mi familia trabaja en eso… A veces hay días buenos y días malos, pero con que sea algo que vendamos, estamos alegres por eso, porque a pesar de todo lo que está pasando, hemos llegado a vender algo”.
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