Doña Alba Alonzo de Quesada

ZV
/
1 de diciembre de 2020
/
12:01 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
Doña Alba Alonzo de Quesada

Hacia nuevo paradigma educativo

Por: Noé Pineda Portillo
[email protected]

Tarde nos dimos cuenta del deceso de doña Alba Alonzo de Quesada. Tarde, nunca es tarde, para expresar nuestro sentimiento y la admiración que guardamos hacia una persona cuando ha hecho mucho por la sociedad a la que pertenece.

Hablar de doña Alba, como cariñosamente le decíamos quienes tuvimos la suerte de tratarla desde cerca, cuando fue nuestra coordinadora general en la Reforma Educativa, en los años 1980, cuando formamos un verdadero equipo técnico y se trabajó con entusiasmo, desapasionadamente sin atisbos políticos, y más bien con ánimos de construir por el bien del país. En este equipo de trabajo figuraron destacados representantes de los colegios magisteriales como don Ventura Ramos, Manuel Antonio Santos, Carleton Corrales, Bercián Canales, Mélida Muñoz de Paz, Georgina Moncada, María Antonia Gálvez de Alvarado, José Alfonso Berganza Deras y otros que mi memoria no recuerda en este momento.

¡Qué lástima! Todo lo bueno que se hace en estas comisiones técnicas, la condición de la política criolla, en otros momentos, lo deshace por el fantasma de la idea del “comunismo” o de “malditas doctrinas extrañas”, en fin, la mediocridad que siempre predomina en estos pequeños países.

Pero bien, la trascendencia de doña Alba en nuestra sociedad hondureña, nadie lo puede negar y es ejemplo para las presentes y futuras generaciones en su lucha por el desarrollo social, político, cultural y económico. Fue una mujer extraordinaria de principios y de lucha incesante dentro de la sociedad, por la igualdad de las mujeres, el futuro de los niños y jóvenes.

Doña Alba Alonzo Cleaves era capitalina cien por ciento, nació en Tegucigalpa, 17 de agosto de 1924, en el hogar formado por don Agustín Alonzo y Cecilia de Jesús Cleaves, contrajo matrimonio con un hombre también de lucha por la sociedad, el ingeniero Arturo Quesada Galindo, rector de la Universidad Nacional (1963-69), procrearon tres hijos: Rosa María, (ingeniería química), Roberto Arturo, (ingeniero electricista) y María Guadalupe Quesada Alonzo (socióloga). Su cultura la amplió con la asistencia a distintos foros, seminarios y conferencias en distintos países, y de expositora en los mismos. Por lo tanto, en su vida profesional fue acreedora, a muchas medallas, pergaminos, certificados y diplomas. Murió el 19 noviembre, 2020.

De su vida profesional se puede decir que fue maestra normalista, cuya formación le sirvió mucho en su vida, ya que se desempeñó en varios puestos de dirección, coordinación y técnica en diferentes puestos de gran categoría académica-educativa y administrativa, obteniendo resultados exitosos. Al ser la primera mujer graduada como licenciada en Derecho y después como abogada y notaria pública, obtuvo otras responsabilidades de alta categoría en la administración pública.

Es mucho lo que se puede decir de doña Alba Alonzo de Quesada. Podemos decir en síntesis que cumplió con ese famoso legado: “Sembrar un árbol, escribir un libro y tener un hijo”. Esperemos que la posteridad le haga justicia.

Más de Columnistas
Lo Más Visto