Tener y no necesitar, necesitar y no tener 2/2

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1 de diciembre de 2020
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12:18 am
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Tener y no necesitar,  necesitar y no tener 2/2

Por: Francisco Zepeda Andino
Cnel. (R) FAH

Tener y no necesitar, necesitar y no tener 2/2. Aparte de las grandes y amargas experiencias dejadas por los dos huracanes que nos han azotado, son varios los paradigmas desaparecidos en la forma que debe conducirse Honduras. La construcción de represas donde sea necesario, con el imperativo del bien común y salvaguardar vidas, debe prevalecer sobre dogmas ideológicos, ambiciones localistas o beneficios económicos para los aprovechados de siempre. Es evidente además, no existe en nuestro país una organización con los recursos logísticos y humanos a nivel nacional, para enfrentar desastres naturales o iniciados por mano humana, como las Fuerzas Armadas. Y esa es una realidad.

Con el cambio climático, seguiremos teniendo incendios forestales, huracanes, sequías y Dios no lo permita, la falla del Motagua o la del Pacífico, nos puedan generar un terremoto de gran magnitud. Para dar una respuesta adecuada a cualquier posible evento, se requiere equipar, entrenar y practicar con los elementos involucrados en una reacción inmediata. Helicópteros, lanchas de fondo plano (airboats), equipo pesado para rehabilitación vial o construcción de diques, transporte logístico para personal y múltiples otras actividades, podrán efectuarse aun sin existir una emergencia nacional.

El depender del apoyo extranjero, especialmente aéreo, para salvar vidas o transportar abastecimientos en sectores aislados, debe ser solamente una alternativa y no el recurso primario. Igual forma para salvamento acuático.

Es conocida la composición y funcionamiento del cuerpo de ingenieros dentro la estructura de las Fuerzas Armadas en Estados Unidos de América. Sus obligaciones son tan diversas que pueden variar desde grandes construcciones como el control de inundaciones del río Mississippi, canalizando los ríos Los Ángeles, en la gran metrópoli de Los Ángeles, California y Santa Ana, también en California, hasta la inspección y certificaciones de seguridad en obras públicas. Pero lo anterior es posible en una nación con enormes recursos económicos. Nosotros podríamos establecer en sitios preseleccionados destacamentos de nuestro Batallón de Ingenieros, con capacidad móvil, como el Valle del Aguán, Choluteca, Olancho y Santa Rosa de Copán, aparte de su sede en Siguatepeque, para una reacción oportuna en caso de emergencia no necesariamente por inundación.

También nos queda como lección los efectos del continuado descombro en nuestros bosques y selvas. Se ha perdido la capacidad de retención de agua lluvia y eso da por resultado las llamadas “llenas”, sobrepasando bordos o canales de alivio. El mantenimiento en los bordos del Valle de Sula ha sido deficiente y su deterioro nos conduce a situaciones muy lamentables. En otros países existe una práctica no observada acá. Es usar bolsas de arena y así proteger sitios específicos. Lo anterior requiere hacer una preparación adecuada previa a una posible inundación. Podríamos analizar si es algo aplicable en nuestro ambiente.

Hemos recibido apoyos con diferentes fuentes. La ayuda llegada con procedencia salvadoreña en paquetes preparados para auxilio de primera necesidad, nos evidencia que tener a disposición oficial algo similar es muy importante. La recolección de abastecimientos en bolsas plásticas, cajas o sacos, es algo admirable del pueblo hondureño pero su logística para entregarla en forma efectiva, se complica por la manera cómo se organiza el suministro. Mientras esas ayudas llegaban, lo ideal para futuras emergencias, es un paquete bien estructurado con elementos básicos de alimentación, salud y aseo personal. En nuestro país hay empresas privadas comerciales con capacidad para elaborar alimentos de larga duración y podrían incluirse. Si el margen de vencimiento en los productos fuese tres o cuatro años, el gobierno central debería utilizarlos un año antes previo su caducidad y entregarlos a los sectores más desposeídos e inmediatamente licitar la elaboración de un nuevo inventario.

Esencial para afrontar futuras emergencias es la preparación de albergues adecuados, con las condiciones mínimas de seguridad, alimentación y refugio temporal.

Si logramos alejar nuestra improvisación frente a desastres naturales, con el equipamiento adecuado, los planes disponibles y la concienciación general en la población, será obligatorio llevar a cabo simulacros anuales o bianuales, locales o generales, en los cuales probemos todo lo preparado y corregir errores. Pero debemos tener lo que se necesite aun cuando no sea usado diariamente. La vida de un solo hondureño que se pueda salvar lo vale.

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