Al filo del abismo llevan ayuda a damnificados
DANLÍ, El Paraíso. El paso de las tormentas tropicales “Eta” e “Iota” por el departamento de El Paraíso, dejaron destrucción, incertidumbre y pobreza entre los habitantes de zonas duramente golpeadas, entre ellas Santa Rita de Santa María, donde 70 familias quedaron totalmente incomunicadas por un gigantesco deslizamiento que colapsó su única carretera, pese a lo cual se han armado de valor para desafiar el precipicio y salir a buscar y recibir ayuda.
Los alimentos comenzaron a ser escasos y su producción que es su sustento se pierde por la falta de una vía de acceso y aún no se recibe respuesta de las autoridades municipales o del gobierno central, al que corresponde la construcción de una nueva carretera, sin embargo ayuda alimentaria ha llegado de manos de buenos ciudadanos y una vez más “el pueblo responde por su pueblo”.
La primera respuesta llega de parte de la Iglesia Católica, a través del padre Naín Villegas, quien entregó colchonetas y bolsas de alimentos, y una segunda entrega por parte del grupo de apoyo del joven precandidato a diputado José Ricardo “Pepe” Rodas, quien llevó alimentos, ropa y colchas. Una empresa privada que también atendió el llamado fue el equipo de trabajo de un canal de televisión nacional que hizo su entrega a través del periodista Julio Ruiz, con alegría y aún bajo un inminente riesgo de cruzar a filo del deslizamiento los líderes de la comunidad recogieron la asistencia.
En Santa Rita falta mucho por hacer, se requiere de un completo equipo de construcción de una nueva carretera de terracería junto a un abogado que legalice los permisos de paso o servidumbre para el nuevo acceso que, según señalan sus habitantes, conectarla Santa Rita con El Portillo, La Libertad.
El abismo de unos 80 metros de largo y unos 400 de ancho, arrasó totalmente la carretera y, además, destruyó a su paso varias fincas de café, donde se estima que unos 15 mil quintales del grano son producidos en ese sector, por lo que de no existir una solución inmediata, los pequeños productores perderían el 100 por ciento de su producción. (CR)