Toncontín

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4 de diciembre de 2020
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Toncontín

Por: José María Díaz Castellanos
Edición: propiedad intelectual

El escritor Julio Escoto (El Heraldo, 20 de junio del 2015), dice que el primer avión que tocó tierra en Toncontín fue un Bristol en 1920 y desde 1923 dos Lincoln Standard, elevaban correo y personas desde este espacio, en 1934 Carías lo modernizó y Juan Manuel Gálvez lo asfaltó y compuso para maniobras militares.

Siendo Procurador General de la República, Sergio Zavala Leiva (QDDG), publicó en Diario La Prensa de San Pedro Sula, que el Aeropuerto Internacional de Toncontín fue inaugurado en 1934, en la administración de Tiburcio Carías Andino con el aterrizaje de un DC-3 de la aerolínea Pan Am.

Creo que los mejores trabajos históricos que se han publicado sobre este sitio fue el de Rubén Omar Zúniga López, licenciado en Historia (LA TRIBUNA, 21 de noviembre y 28 de noviembre del 2015), y el otro, del historiador Rolando Zelaya y Ferrera (LA TRIBUNA, 27 de febrero del 2011). El primero sostiene que “Toncontín” es un topónimo (nombre propio de un lugar). Explica que este nombre se encuentra en el libro de Alberto Membreño, quien señala que proviene del náhuatl; hace alusión a una danza antigua y sagrada que se usaba en las fiestas religiosas, principalmente en la zona de Yucatán. Las primeras referencias a este nombre en la documentación nacional proceden del siglo XVIII en un proceso de petición de tierras iniciado por el sargento mayor Miguel Midence y terminado por Antonio Midence. Los interesados en adquirir tierras le hacían la petición al Rey de España, quien era considerado durante el período colonial como su legítimo dueño.

El lugar era conocido San Joseph del Potrero, había puntos que servían como “mojones” (señal que sirve para marcar el límite de una propiedad). El primer mojón y punto de inicio es una poza que llamaban Tonconti. Dice el documento del siglo XVII: “Haviendo llegado al Rio Grande de Tegucigalpa, sirviendo de primer mojón la possa de Toncontin….”.

Diarios de Honduras en el año 1889 hablan de Toncontín como un lugar de retiro. Se menciona un almuerzo que la municipalidad de Tegucigalpa obsequió al entonces presidente Terencio Sierra, el cual se celebró en Toncontín.

El prestigio de Toncontín haría que aun el poder político se interesara en establecerse en ese lugar. Jaime Güell Bográn dice: “En esa zona, donde posteriormente se ubicarían las instalaciones de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), el entonces presidente de la República, Miguel R. Dávila, hizo construir en 1908, una casa de descanso para los jefes de Estado, la cual recibiría el sobrenombre, “La Casa de los Placeres”.

Diario El Excélsior del 18 de abril de 1921 nos da la noticia de que en 1921 se recibió el primer aeroplano del gobierno que surcó los cielos de Honduras: “Ayer circuló la noticia de que llegaría a esta ciudad capital, surcando el espacio desde San Pedro Sula, el aeroplano que hace poco le llegó al gobierno. Hubo muchas personas que fueron hasta Toncontín para presenciar el aterrizaje y otras formaron grupos en los parques y en las calles, escrutando a cada momento el espacio”.

En sus conclusiones dice: Toncontín era considerado el mejor lugar de Tegucigalpa para ser utilizado como aeropuerto. No es sino hasta la construcción de la última terminal en el año 1948, cuando los ingenieros comienzan a dudar de sus capacidades. Dudas que se generalizan entre la población con la adquisición de aviones más grandes por parte de las aerolíneas y los primeros accidentes aéreos”.

El historiador Rolando Zelaya y Ferrera afirma que, en los Llanos del Potrero, José Santos Guardiola derrotó al general Cabañas, arrebatándole la presidencia de Honduras. Agrega que ese primer avión que aterrizó en 1921 era un monomotor Bristol, siendo recibido por gran cantidad de gente, entre ellos el presidente de la República Rafael López Gutiérrez (Pacán), quien quebró una botella de champaña en una de las propelas de la aeronave. Concluye que el presidente Carías fue el que compró esas tierras a los herederos de doña María Godoy de Bustillo y permuta dos hectáreas de tierra con don Concepción Godoy, pagando 990 pesos por el destroncamiento, drenaje y rectificación de la pista.

En 1928 aterrizó Charles Lindbergh con el avión que cruzó el Atlántico “El espíritu de San Luis”; lo recibió el presidente masón Miguel Paz Barahona. Tuvieron que apartar un ganado que estaba en la pista.

Alberto Membreño en su libro “Toponimias indígenas de Centroamérica” dice que Toncontín es un terreno que se halla a una legua al sur de Tegucigalpa. Agrega, lo que con propiedad se llama Toncontín, es una poza del río Choluteca al extremo oriente del terreno.

Golosón es la pista más extensa con casi tres kilómetros y Toncontín la más corta con 2,021 metros.

History Channel dice que es el segundo aeropuerto más peligroso del mundo, pero cómo ha salvado vidas. Aleluya.

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