Algún arcoíris detrás de nubes

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6 de diciembre de 2020
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12:01 am
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Algún arcoíris detrás de nubes

Por: Leonidas Rosa Suazo

Es innegable que la situación en Honduras es compleja y desesperanzadora. La COVID-19 y los huracanes Eta e Iota han causado un hundimiento de la economía, con repercusiones sociales enormes. La Comisión Económica para Latinoamérica y el Caribe (Cepal) ha estimado (revisando a la baja) que el Producto Interno Bruto (PIB) anual de la región latinoamericana se contraerá en 9.1% durante el 2020 y en 6.1% en particular para Honduras. (Comisión Económica para América Latina y el Caribe, 2020). Para quienes no pueden visualizar lo escalofriante de esa cifra, para referencia, el presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) afirmó que la contracción al PIB durante la Gran Recesión de 2008-2009 fue de 0.0075% y esta nueva recesión solamente es comparable a la Gran Depresión de 1929-1932, donde la cifra equivalente fue de 15%. (Evans, 2020).

Asimismo, la Cepal advierte que dicha recesión afectará desproporcionadamente a los más pobres. En su mismo Informe Especial COVID-19 No. 5, la Cepal estima que la pobreza extrema en Honduras aumentará en el período 2019-2020 en 3.5%, subiendo de 18.7% a 22.2%. Es decir que, a final de este año, cerca de uno de cada cuatro hondureños vivirá en la pobreza extrema, que significa vivir con menos de USD 1.90 (aproximadamente HNL 46.55) por día. (El Banco Mundial, 2016), (con respecto al piso ajustado de la pobreza extrema).

La pobreza relativa aumentará también en 4.2% durante este mismo período, del 54.8% al 59.0%, que a su vez significa que tres de cada cinco hondureños vivirán con menos de USD 3.20 centavos (aproximadamente HNL 78.40) diarios. A razón de lo anterior, una amplia mayoría de los hondureños estarán en condición de pobreza relativa a final del año. Dicha circunstancia debería ser alarmante, puesto que es difícil imaginar la razón de ser de un país donde la mayor parte de su población está privada de un bienestar digno y suficiente.

Entre otros efectos provocando esta contracción económica, Honduras tiene prevista una disminución de remesas del extranjero, estimada en un 7%, lo que es significativo considerando que el Consejo Monetario Centroamericano indica que al 2020 el ingreso anual de remesas constituye el 22% del PIB hondureño. (Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano, 2020). Para efectos de comparación, el sector con más participación en el PIB según las cifras del Banco Central de Honduras (BCH), es el de “intermediación financiera, seguros y fondos de pensiones”, que compone el 19.42%. (Subgerencia de Estudios Económicos del Banco Central de Honduras, 2020). Podría concluirse según lo anterior que, nuestra mayor industria, es la exportación de hondureños.

De lo anterior parece desprenderse también que, irónicamente, la reducción de ingresos provenientes de hondureños emigrados provocará el éxodo de todavía más hondureños en búsqueda de mejores condiciones de vida. Como menciona el reciente artículo de El País, intitulado Honduras se ahoga, existe una aplastante situación para decenas de miles de hondureños damnificados o en albergues, a consecuencia del paso de los huracanes Eta e Iota, a tal grado que “En los últimos días, la organización Médicos Sin Fronteras solicita a través de inserciones en los principales periódicos de Honduras la urgente contratación de psicólogos para que atiendan a una población que no deja de mirar al cielo; unos para rezar, otros para saber si seguirá lloviendo y otros para saber de dónde viene tanta desgracia”. (García, 2020).

El camino de regreso a una “nueva normalidad” tampoco será fácil y requerirá de gran imaginación. También requerirá algo de tiempo, ya que no se espera que la oferta de vacunación supla la demanda hasta en el 2022. (Patton & Langreth, 2020) En un gran grado la regeneración de la economía requerirá que las empresas desarrollen nuevos modelos de negocios. Para muchas industrias, esto pasará por hallar un nuevo punto de equilibrio, debido a que es difícil concebir que, a corto plazo, puedan regresar los mismos patrones de consumo, como por ejemplo en la industria hotelera, los conciertos, cines y restaurantes. Por otra parte, en general, los prestadores de servicios y empresarios tendrán que ingeniarse cómo compensar por menores tasas de ocupación de espacio, los costos de bioseguridad y la reticencia a acudir presencialmente a los espacios comerciales.

No serán los únicos tampoco, porque el Estado y la sociedad civil también enfrentarán esta misma incidencia presupuestaria. Sin perjuicio de lo anterior, hay algunos aspectos positivos que han surgido de la pandemia. Esta generación de nuevos modelos de negocios puede significar un ejemplo de la creación destructiva que postulaba Joseph Schumpeter sobre la transformación en la economía capitalista, aún a pesar de los retos que representará la falta de contacto humano, lo que asimismo tendrá algunos nuevos costos. (Levenson, 2020).

En Honduras me parece que al menos dos prácticas han sido exitosas. La primera es la digitalización y la segunda es la flexibilización de las prácticas laborales. En cuanto a la digitalización, la falta de ella anteriormente había resultado en un serio problema competitivo para el país. El uso de aplicaciones móviles para entregas y compras, por ejemplo, ha crecido exponencialmente ante las restricciones de circulación impuestas como medidas de emergencia, pero que hubiese resultado igualmente práctico antes de la COVID-19 también, a tal grado que es difícil explicar por qué anteriormente no había sido ofrecida al consumidor. Por otra parte, la habilitación del gobierno digital ha hecho más eficientes los trámites públicos que igualmente contribuyen a la agilización de la economía. Era inconcebible cómo un trámite, cómo la obtención de un registro tributario podía tardar un día entero haciendo filas en oficinas públicas, cuando dicho trámite favorece al Estado principalmente, ya que su objeto es agregar nuevos contribuyentes que tributan al tesoro público. Es decir, que era el Estado quien mayor incentivo tenía para hacer dicho trámite lo más rápido y ágil posible y, no lo había hecho hasta la pandemia.

Ha sido alentador ver que muchas otras dependencias del Estado están tomando dicho ejemplo, entre los cuales tal vez las plataformas de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros han sido especialmente notables en su modernización. Finalmente, la ampliación de los usos y efectos legales de la firma digital será otra de estas iniciativas que aumentarán el potencial de un nuevo dinamismo económico. Estas nuevas tendencias tecnológicas será indispensable mantenerlas y desarrollarlas, puesto que representarán herramientas fundamentales de la arquitectura futura de esta nueva normalidad.

Por otra parte, las prácticas laborales, estancadas en regulaciones que datan desde hace setenta años y están en gran parte a contratiempo con la realidad en la práctica, necesariamente requerirán un cambio. El trabajo intelectual, el teletrabajo y las jornadas laborales, para dar unos ejemplos, están experimentando cambios tectónicos, en muchos casos para mejor. Sin embargo, ello requerirá reconceptualizar nada menos que nuestra definición de la relación laboral, atendiendo a principios de productividad y flexibilidad, sin perjuicio a la protección que se le debe a los trabajadores. No obstante lo anterior, algunas de las piedras angulares de esta nueva normalidad, serán la capacidad de reacción rápida ante eventos impredecibles, la reducción de costos fijos y el análisis de riesgos. En otras palabras, tendrá que cambiar, necesaria e inevitablemente, la cultura laboral hondureña en aspectos esenciales.

Más importantemente aún, dichos cambios deben ser profundizados para permitir una modernización a mayor escala de las regulaciones y tecnología del país y, como corolario, no pueden considerarse como una medida temporal, sino que deben ser consistentemente aplicados a futuro. Dicha tarea en gran parte recaerá sobre el gobierno y los legisladores, ya que otra consecuencia de la COVID-19 es que va a requerir una mayor intervención del Estado, tanto por incentivos económicos y alivio, como para crear una infraestructura regulatoria que se adapte a las nuevas circunstancias.

Será motivo de profundo análisis a futuro, qué implicará para nosotros como seres humanos, la COVID-19. A pesar de que existen estos arcoíris al final del túnel y podemos observar avances alentadores, hay algunos aspectos del virus que pienso todavía no hemos valorado. Existe un aspecto olvidado de dicha pandemia, que es su efecto sobre nuestras relaciones. No es difícil de apreciar, en un entorno en que hemos perdido bienvenidas y despedidas, las reuniones, los abrazos y los besos y, en fin, la intimidad y compañía. No fue hasta el momento que vi a una dentista en traje quirúrgico completo, envolviendo a una niña pequeña de nueve años en una bolsa plástica, como parte del protocolo de bioseguridad para una limpieza rutinaria de dientes, que reconocí lo que es tratar a otra persona como inherentemente peligrosa. Pero era necesario y su deber, para la seguridad de todos.

A pesar de lo anterior, es difícil predecir qué secuelas tendrá para nosotros, el hecho de estar constantemente inquietados por el invisible peligro que representamos el uno para el otro y, sus consecuencias en la reducción en contacto humano. Lo anterior es de particular importancia, porque nuestra especie necesita el contacto humano, como parte esencial de su bienestar físico y mental; Los profesionales de la salud han comenzado a detectar situaciones como la “inanición de contacto” o “privación de contacto”, que afectan la salud mental de las personas por la COVID-19. (Pierce, 2020). De igual forma el confinamiento, el estrés de la incertidumbre y el temor por el bienestar de nuestros seres queridos también tienen repercusiones sicológicas sobre todos nosotros (Balluerka Lasa, y otros, 2020).

Es decir que también la solidaridad, la caridad, el cariño y la intimidad, tendrán también que hallar otros modelos de perseverar en esta pandemia. Por lo anterior, preservar nuestra humanidad será tal vez, al final del día, nuestra tarea más difícil.

Referencias
Balluerka Lasa, N., Gómez Benito, J., Hidalgo Montesinos, M. D., Gorostiaga Monterola, A., Espada Sánchez, J. P., Padilla García, J. L., & Santed Germán, M. Á. (Mayo de 2020). Las consecuencias sicológicas de la COVID-19 y el confinamiento. Covid-19 and confinement: psychological impact on the population. Barcelona, Cataluña, España. Obtenido de https://media-edg.barcelona.cat/wp-content/uploads/2020/06/22104603/Consecuencias_psicologicasCOVID19.pdf
Comisión Económica para América Latina y el Caribe. (30 de junio de 2020). Enfrentar los efectos cada vez mayores del COVID-19 para una reactivación con igualdad: nuevas proyecciones. Obtenido de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45782/4/S2000471_es.pdf
El Banco Mundial. (13 de enero de 2016). World Bank. Obtenido de https://www.worldbank.org/en/news/feature/2016/01/13/principles-and-practice-in-measuring-global-poverty
Evans, Z. (14 de abril de 2020). National Review. Obtenido de https://www.nationalreview.com/news/imf-predicts-global-economy-will-see-worst-recession-since-great-depression-due-to-coronavirus/
García, J. (28 de noviembre de 2020). Honduras se ahoga. El País. San Pedro Sula, Honduras. Obtenido de https://elpais.com/internacional/2020-11-27/honduras-se-ahoga.html?ssm=whatsapp
Levenson, A. (10 de abril de 2020). A Long Time Until the Economic New Normal. Obtenido de MIT Sloan Management Review: https://sloanreview.mit.edu/article/a-long-time-until-the-economic-new-normal/
Patton, J., & Langreth, R. (9 de noviembre de 2020). Pfizer Vaccine Results Leave Questions About Safety, Longevity. Bloomberg. Obtenido de https://www.bloomberg.com/news/articles/2020-11-09/pfizer-vaccine-results-leave-questions-about-safety-longevity
Pierce, S. (15 de mayo de 2020). Touch Starvation is a Consequence of COVID-19’s Social Distancing. Texas, Estados Unidos de América. Obtenido de https://www.tmc.edu/news/2020/05/touch-starvation/
Secretaría Ejecutiva del Consejo Monetario Centroamericano. (2 de diciembre de 2020). Secretaría Ejecutiva. Obtenido de Consejo Monetario Centroamericano: http://www.secmca.org/chart/?parent=Remesas%2520familiares&scid=1&cid=4&scsid=undefined&son=Ingreso%2520de%2520remesas%2520familiares%2520y%2520su%2520relaci%25C3%25B3n%2520con%2520el%2520PIB&url=23/238/17/38/267/21-261/768/2015XII-2016XII-2017XII-2018XII
Subgerencia de Estudios Económicos del Banco Central de Honduras. (2020). Banco Central de Honduras. Informe del Producto Interno Bruto Trimestral IV Trimestre de 2019. Tegucigalpa, Honduras. Obtenido de https://www.bch.hn/download/pib/2019/pib_IV_trimestre_2019.pdf

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