Sensatez y salario mínimo

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17 de diciembre de 2020
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12:02 am
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Sensatez y salario mínimo

Por: Fernando Berríos

Estamos próximos a iniciar la negociación de un nuevo salario y siendo el 2020 uno de los peores años en términos de crecimiento económico, es imprescindible que tanto obreros como empresarios lleguen a la mesa con una actitud conciliadora y sensata.

La situación económica de las empresas y de los hondureños no es fácil. Ni a los unos ni a los otros les sobran los recursos.

Por ello es necesario que los líderes sepan que esta será una negociación atípica, marcada por un impacto económico demoledor, producto del riguroso confinamiento por la pandemia covid-19.

En términos de crecimiento económico, solo por covid-19 se calcula la caída en relación al PIB de al menos 7 puntos.

Y si a la gravísima situación provocada por la pandemia sumamos los efectos de los catastróficos huracanes Eta e Iota, estaríamos hablando de una pérdida de alrededor de 12 puntos en el Producto Interno Bruto.

Esta realidad entristece porque Honduras se mantenía en la ruta del crecimiento, siendo inclusive la economía más activa de la región solo superada por Panamá que posee el canal interoceánico.

Una situación de esta magnitud no la habíamos vivido ni aun en 1998 y 1999, cuando el país fue partido en mil pedazos por el huracán Mitch. Este año, al menos 4.5 millones de hondureños fueron afectados, es decir, la mitad de la población. De estos, más de 18,000 familias (unas 90,000 personas) se mantienen aún en los casi 900 albergues a nivel nacional.

El sector privado calcula en más de 10,000 millones de dólares las pérdidas económicas causadas por los fenómenos naturales.

Prácticamente todos los sectores agroproductivos que habían salido casi ilesos de la pandemia, sucumbieron durante las inundaciones.

El daño es inmenso. Honduras tiene destruida su infraestructura vial y productiva. Más de 80,000 viviendas fueron afectadas y de estas, más de 6,000 fueron destruidas.

Centenares de empresas han cerrado sus puertas, con el consecuente despido de miles de trabajadores. Algunas empresas no tienen ni cómo pagar los aguinaldos, por lo que la dirigencia empresarial calcula que apenas se pagará la mitad de los 6,500 millones de lempiras que este sector solía inyectar a la economía por este concepto.

Esta situación afecta directamente los bolsillos de los hondureños, merma que se ve reflejada en una tibia actividad económica en esta temporada navideña.

A pesar de todo, los empresarios también deben estar conscientes que los obreros urgen un reajuste salarial importante.

Si bien el lempira se ha apreciado 48 centavos, generando un ahorro en el pago de servicios y préstamos dolarizados, también es cierto que muchos productos han subido de precio a pesar de las medidas de estabilización aprobadas por la Secretaría de Desarrollo Económico para 29 productos básicos de consumo.

Si bien ambos sectores se muestran muy diplomáticos en sus declaraciones, sabemos que en el fragor de la negociación cada quien buscará el mejor interés de sus representados.

Aquí es donde será clave la sensatez, porque tanto los unos como los otros deberán ceder con la madurez que demanda un año atípico.

De antemano sabemos que la inflación podría ser una mala noticia para el sector obrero, ya que, a pesar de las situaciones adversas que se han vivido, la misma fue de 3.65% al mes de octubre y para el cierre de año se proyecta que estará en el valor central del rango de tolerancia establecido por el BCH de 4.0% ± 1.0 puntos porcentuales.

En los últimos años, obreros y empresarios han demostrado que mediante el diálogo pueden lograr consensos en los que prive el interés general sobre el particular. Estamos seguros que este año no será la excepción y gracias a un acuerdo ganar-ganar no será necesario que el gobierno sea quien decida los valores que regirán los salarios durante 2021.

Este es un momento excepcional que requiere de la cordura, la sensatez y la madurez de todos.

Correo: [email protected]
Twitter: @berriosfernando

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