Con machete en mano, pobladores defienden propiedad de predios en “Lomas del Diamante”
Con machete en mano, pobladores defienden propiedad de predios en “Lomas del Diamante”. Con machete en mano amanecieron el jueves los pobladores de “Lomas del Diamante”, al sur de la capital, luego que el gobierno irrumpiera con maquinaria en sus predios para continuar el proyecto “Ciudad Morazán”, donde piensa construir 10 mil soluciones habitacionales para gente pobre.
El ambicioso proyecto está en riesgo porque los propietarios de los terrenos se han plantado en serio, advirtiendo que no dejarán colocar una piedra más hasta que el gobierno no se siente a negociar con ellos un justiprecio.
“No estamos en contra del proyecto, simplemente, queremos que el gobierno nos pague las tierras”, dijo René Flores, uno de los propietarios mostrando las escrituras que datan de hace cien años. “Aquí no hay más dueños que nosotros”, agregó.
Junto a él, otros pobladores levantaban el cerco de alambre de púas tumbado por la maquinaria pesada con supuesto apoyo de los colonos de otro bando al que señalan de invasor y afín al gobierno.
Esta acción tenía encolerizado a Flores y compañía, porque la consideran un abuso de autoridad de parte de los personeros del Instituto de Propiedad (IP), responsable de la construcción de “Ciudad Morazán”.
AMBIENTE TENSO
Como los supuestos responsables del derribo de la cerca estaban apostados en otro extremo de las más de 200 manzanas en litigio, el ambiente era sumamente tenso, a pesar que una fuerte brisa rociaba la fresca mañana. La Policía custodiaba las maquinarias estatales y estaba preparada esperando lo peor.
“Hay un grupo de personas que se han prestado para seguirle el juego al gobierno”, dijo Tiburcio Cruz Lezama, con un filoso machete en la mano, junto a sus compañeros. “Han metido esa maquinaria a la fuerza, nosotros queremos llevar la fiesta en paz, pero no nos vamos a dejar jod…”, subrayó blandiando su arma blanca, junto a sus compañeros.
Desde el sitio donde estos pobladores ejercen defensa de sus predios, una vista hermosa domina gran parte de la capital. Flores mostró los límites de su propiedad, gran parte afectada por las primeras excavaciones del proyecto habitacional.
Abajo, hay otro asentamiento humano donde viven los líderes que supuestamente apoyan al gobierno. Flores los identificó como invasores de oficio y entre estos señaló a Norlan Izaguirre, a quien denunció esta semana ante el Ministerio Público por usurpación y otros delitos, Marco Tulio Vaday, Isabel Ortiz, Juan Espino y María Isabel Martínez.
DEBEN PAGAR
Cree además que detrás del conflicto hay altos funcionarios del Estado, dado el costo global de los terrenos, superior a los 500 millones de lempiras, además del proyecto habitacional.
En ese sentido, pidió al ministro de la Presidencia, Ebal Díaz, como responsable del IP, buscarle una salida al conflicto antes que se salga de control. “Deben pagar, es lo justo. Ellos serán los responsables si aquí hay sangre por esa alianza nefasta que se tiene con estos invasores”, subrayó.
LA TRIBUNA buscó a los personeros del proyecto habitacional que estaban en los predios esa mañana. Uno de ellos, que no se quiso identificar, se mostró anuente, pero luego de hacer una llamada, dijo que no estaba autorizado para comentar el caso.
Al respecto, el director del mismo, Mario León Gómez, aclaró en un mensaje de WhatsApp enviado a Flores que él solo diseñó, desarrolló y presupuestó la Ciudad Morazán, pero la compra del terreno es una decisión al más alto nivel del gobierno.
Por su parte, Izaguirre dijo a este rotativo ser el presidente del patronato del sector y negó las acusaciones en su contra aduciendo que los invasores son el grupo de Flores y compañía.
Agregó que están a favor del proyecto porque de momento construirán 300 viviendas para los damnificados de las tormentas Eta y Iota en la capital.
“Pido a la autoridad que hagan una investigación completa para que se sepa quién dice la verdad y le caiga todo el peso de la ley a los verdaderos invasores”, agregó.
Al caer la tarde, los bandos seguían apostados cada uno en sus predios.
Los primeros, reconstruyendo la cerca caída y los segundos impulsando los trabajos de la maquinaria. (EG)
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