Estamos de rodillas, pero con fe y optimismo vemos el futuro

MA
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22 de diciembre de 2020
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01:25 am
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Estamos de rodillas, pero con fe y optimismo  vemos  el  futuro

José Israel Navarro Carrasco
Coronel de Aviación ®
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Estamos de rodillas, pero con fe y optimismo vemos el futuro. Desde que se tiene conocimiento de la aparición del ser humano en la faz de la tierra, siempre se han aferrado a un ser superior para pedirle a sus divinidades, ya sean: católicos, cristianos, judíos, mahometanos, tibetanos, monjes, creyentes en dioses, ateos, etc., etc., que les proporcione salud, riquezas, prosperidad, etc., etc., todo esto pidiéndolo con mucha fe…

Hace un año y un poco más, escuchamos y vimos que un lugar apartado de China llamado Wuhan, y muy lejos de nuestra patria, cómo morían inicialmente sin detectar el origen de una extraña enfermedad que se propagó rápidamente en toda la ciudad, posteriormente en toda China, las noticias llegaban y la OMS empieza advertir de la peligrosidad y mortalidad del COVID-19, no se tenía vacuna ni ninguna medicina que curara o parara la epidemia, paulatinamente se fue extendiendo al resto del mundo, pasando por Europa, con muchos contagios y muertes.

Algunas naciones tomaron conciencia del problema, como ser Taiwán, considerado como una nación con éxito, evitando la propagación, a pesar de que son vecinos con China comunista y su relación en esos momentos estrecha, a pesar de ello los demás países no han tomado ejemplo de su manera de combatir la epidemia.
Honduras se empezó a preocupar a mediados de marzo cerrando sus fronteras y aplicando medidas de cuarentena, medidas de circulación, cerrando negocios, con el fin de evitar la entrada del COVID, pero ya era tarde, una persona que algunos la consideran persona cero, había ingresado al territorio procedente de España y al que entraba le ordenaban cuarentena voluntaria en su casa, ella hasta organizó una fiesta de bienvenida, hay que recalcar que ella no presentó síntomas ni ninguna enfermedad al ingresar, pero así, de ese modo también ingresaron otras personas procedentes de Europa, sin saber que estaban contagiados, poco a poco empezaron a multiplicarse los casos en varios departamentos, lo mismo que en otros países vecinos, unos más que otros, hasta el día de hoy se registran solo en Honduras 120,100 contagiados, 3,050 muertes, con un índice de mortalidad de 2.7 y aumentando, y no digamos a nivel mundial, son cifras espeluznantes y aun así no tomamos en serio dicha pandemia.

Como si esto no fuera suficiente, se formó un huracán que se asoció con un frente frío y llovió en todo el territorio por más de un día, haciéndonos recordar el Mitch, se tomaron algunas medidas pero no fueron suficientes, nos inundó muchas partes productivas de Honduras y muchas colonias del Valle de Sula, ambas situaciones ocasionaron muchas muertes, y pérdidas económicas a la ya, de por sí abatida economía, pero este huracán no bastó, seguidamente apareció otro y aun no nos habíamos repuesto, volvió a llover sobre las zonas ya inundadas y se desbordaron los ríos, ocasionando más muertes y pérdidas económicas enormes, miles de hondureños se quedaron sin nada, perdiendo lo que por muchos años habían logrado, nos llovió sobre mojado.
Recuerdo el Francelia, el Fifí, el Mitch y ahora dos huracanes en línea y seguidos en espacio de días, considerados devastadores, creyera que fueron desde el Francelia hasta los dos últimos, ir en ascendencia de destrucción y muerte sobre nuestro país, nuestra economía de mal en peor, alto desempleo, poco circulante, destrucción de casas, carreteras, etc. etc., y de remate próximas elecciones, que unos aducen que habrá fraude y que el TSE no genera confianza en su enrolamiento, que está reapareciendo el pasado turbulento político de los pasados años.
Nosotros estamos aferrados a la fe que profesamos, reconocemos que nos han puesto de rodillas las fatalidades, pero con esa misma fe, vemos con optimismo el futuro.

Los pueblos pasan por muchas dificultades, nos ponen a prueba los bretes, pero la fe se antepone, el señor Presidente arrima el hombro para llevar la carga con sus acciones, desde su posición de mejorar el país, con su fe inquebrantable en nuestro Dios, que nos ayudará a salir de esta situación.

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