La reelección es ilegal
Un grupo de hombres valientes con alto sentido democrático se reunieron en un lugar clandestino del Caribe de Centroamérica para fundar la temida “Legión del Caribe”, su ideal fue luchar contra las dictaduras de toda la zona. Sus actuaciones fueron clandestinas siempre, algunos dictadores tomaron en serio a esta organización a tal grado que voluntariamente dejaron el poder en sus amigos; otros se aferraron a seguir gobernando a la fuerza, de tal manera que en Haití, François Duvalier heredó a su hijo el gobierno, lo mismo hizo en El Salvador, Maximiliano Martínez; en Honduras, Tiburcio Carías dejó el poder a sus amigos, pero los tercos como en la República Dominicana, Rafael Leónidas Trujillo fue asesinado por sus propios compañeros de armas. En Nicaragua, Anastasio Somoza también fue asesinado; Jorge Ubico en Guatemala, años atrás ya había entregado el poder. En Cuba, Fulgencio Batista fue derrocado por el líder revolucionario Fidel Castro. Debo agregar que en Suramérica también hubo dictadores, en Venezuela, el general Marcos Pérez Jiménez; en Colombia, el general Gustavo Rojas Pinilla; en Paraguay, Alfredo Stroessner, todos derrocados por la rebelión de sus pueblos.
Detalles de algunos dictadores:
Papa Doc. Fue un joven médico en Haití que atendió a su pueblo en Puerto Príncipe, totalmente de gratis y también les daba la medicina, fue tan popular y querido que el pueblo lo eligió su presidente, pero años después se convirtió en dictador; por más de 30 años en la República Dominicana surgió un militar de nombre Rafael Leónidas Trujillo, que se convirtió en dictador, por más de 30 años fue uno de los dictadores más feroces en sus actuaciones, desconoció los derechos humanos totalmente, fue deshumanizado, violó doncellas, asesinó opositores, sus actos socavaron el alma nacional de los dominicanos. La diplomacia como una forma de hacer de la República Dominicana un país con presencia internacional, desafió al mismo poder de Estados Unidos, poniendo en la puerta de la entrada de las oficinas de la Interpol, el cadáver del profesor Manuel de Jesús Galíndez, quien había escrito un libro, intitulado “La era de Trujillo”, que se refería a las atrocidades cometidas por el general “Chapitas”, a quien después llamaron “El Chivo”.
Maximiliano Martínez se asiló en Honduras, años después fue asesinado a puñaladas por su propio motorista.
Horacio Guzmán
Tegucigalpa, M.D.C
