Año Nuevo y Bicentenario

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28 de diciembre de 2020
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12:01 am
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Año Nuevo y Bicentenario

Por: Nery Alexis Gaitán

Los propósitos de Año Nuevo siempre nos señalan hacia lo positivo y la prosperidad. Siempre esperamos que nos vaya mejor que el año recién pasado. Este 2021 nos trae la esperanza de que prevalezca la salud y la paz en nuestro suelo.

Todo mundo espera que en este nuevo año le vaya mejor en todos los sentidos. Que haya salud, trabajo, dinero, prosperidad y, sobre todo, recalcamos, salud y paz. Los buenos deseos están a la orden del día esperando que se cumplan al pie de la letra.

Este 2020 fue un año de desastres naturales y de pandemia, que desgraciadamente continúa, ocasionando la pérdida de valiosas vidas humanas; y miles de hermanos han quedado en la calle producto de las inundaciones y derrumbes.

Aunque la situación del país es muy difícil, los hondureños sabremos salir adelante y con afán tesonero debemos enfilar nuestros esfuerzos en la reconstrucción nacional. No podemos permitir que los ansiados proyectos de

Año Nuevo se diluyan asfixiados por la misma conducta errónea de siempre. Un cambió de actitudes es primordial para lograr la prosperidad que todos deseamos.

Por lo tanto, debemos generar cambios poniendo lo mejor de nosotros, con rectos esfuerzos para lograr aquello que deseamos para el bienestar común. Bien sabemos que las metas se cumplen mediante rectos esfuerzos y padecimientos voluntarios que están animados por una férrea disciplina que es el motor que impulsa la realización de los sueños y anhelos sin importar cuáles sean. Esa es la ruta para legarle a las nuevas generaciones un mejor país.

Este es un año político, primero vamos a elecciones internas y luego a los comicios generales. Creemos firmemente que, aunque sea esta vez, el discurso de todos los aspirantes a cargos de elección popular debe estar basado en la reconstrucción del país. Así como en la defensa del Estado de derecho y por consiguiente de nuestro sistema democrático. No pueden seguir con las denigrantes prácticas del pasado, desprestigiando a unos y otros por ansia de poder desmedido.

El esfuerzo es de todos y eso nos debe quedar claro. Ciudadanos y autoridades debemos hacer un frente común por el bienestar de la patria, es decir, de nuestras familias, que es lo más valioso que poseemos. Es por ello que la conmemoración de los 200 años de la independencia debe tomarse como un motivo formidable para reflexionar sobre nuestros errores del pasado, pero a la vez para evidenciar y acrecentar nuestra identidad nacional.

Los hondureños necesitamos amar más a nuestro país, debemos estar orgullosos de lo que somos; debemos incrementar la escala de valores positivos. La dignidad nacional debe resplandecer en todos los corazones catrachos; así, con el pecho henchido de patriotismo, es que nos dedicamos a construir un mejor país para todos.

Bajo ese emblema de orgullo nacional es que se espera que la conmemoración del Bicentenario sea una fiesta a lo largo y ancho de nuestro territorio. Ya que las celebraciones serán desde el pueblo y para el pueblo; estarán involucrados los municipios, las aldeas, las regiones y los departamentos. Desde gobernadores políticos, alcaldes y dirigentes de todo tipo se integrarán a esta magna conmemoración.

La importancia de este evento radica en que celebraremos la forma de ser del hondureño, lo que ha construido a lo largo de la historia en ciencia, arte, música, literatura, etc.; celebraremos sus tradiciones, su vestimenta, su comida… Será la fiesta de los hondureños en su mejor expresión.

Las múltiples actividades que se desarrollarán contemplan la edificación de un museo al aire libre y plazas de las etnias y del mestizaje, entre otras. Así como una diversidad de concursos y la publicación de una serie de libros sobre nuestra historia e identidad.

¡Los hondureños merecemos una patria más justa y humana!

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