Adiós 2020

MA
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29 de diciembre de 2020
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12:04 am
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Adiós 2020

Adiós 2020

Armando Cerrato
Licenciado en Periodismo

Adiós 2020. La sociedad hondureña espera con ansias la despedida, esta noche vieja (jueves 31 de diciembre) del fatídico año 2020, cuando a las 12 de la noche truene todo el país con la quema indiscriminada de millones de lempiras en pólvora, poco antes, y a las 12 de la noche cuando finalicen 365 días letales y se inicie el año 2021, que aunque todos sabemos que será un año durísimo en todos los aspectos de la vida comunal muy eufemísticamente y guardando la distancia respectiva, enmascarados y adoptando otras medidas de bioprotección nos deseamos prosperidad.

El 2020 ha sido uno de los años más duros para la supervivencia del hondureño que fue atacado vilmente por una pandemia de dengue, merced a la proliferación de reservorios que albergan a las larvas del mortal zancudo Aedes aegypti, productor además de malaria, zika y chicungunya, llevándose a decenas de miles de compatriotas de todas las edades, géneros y estratos sociales.

Para colmo se une otra pandemia a nivel mundial, la del coronavirus SARS-COV-2, que produce la letal enfermedad de COVID-19 y que tras 9 meses de ataque se ha llevado casi 7 mil personas al otro mundo, e infectado decenas de miles y para remate nos azotaron dos tormentas tropicales: Eta e Iota, que no solo destruyeron infraestructura, cosechas y ganado, sino que las inundaciones, especialmente en la costa norte y en términos generales en todo el territorio nacional destruyeron miles de viviendas y comunidades enteras quedaron bajo el agua y ahora en medio de un lodillo con miles de refugiados en albergues y produciendo un retraso en la economía nacional de unos 30 años aproximadamente, que unido al encierro forzoso por la pandemia, en el que varias empresas grandes, medianas y pequeñas desaparecieron y otras suspendieron a miles de sus trabajadores, el panorama económico que se pinta para el nuevo año no es nada halagador.

Para colmo, por causas naturales fallecieron este mes de diciembre, que esta por finalizar, el periodista Melvin Pagoada, víctima de un cáncer pancreático, el empresario, político y filántropo Gilberto Goldstein y el científico botánico Cirilo Nelson, quien estaba últimamente residiendo en España, también víctima de un cáncer en el páncreas, tres amigos a los que dejé de ver y tratar por estar confinado en una silla de ruedas y además invidente, pero cuyo recuerdo llevo muy dentro de mi corazón y no me resta más que decirles hasta pronto.

Para palear un poco la crisis que viven miles de personas que perdieron su empleo y su modus vivendi diario, el gobierno hondureño haciendo de tripas corazones ha implementado varios programas de ayuda, entre ellos la entrega de 5 mil lempiras por cabeza, como capital semilla para que las familias comiencen a reponerse, muchas de ellas limpiando sus viviendas con azadones, palas, barras y piochas, mientras que 140 empresas constructoras han sido contratadas por el gobierno hondureño para que con su maquinaria pequeña, liviana y pesada limpien la ciudades que quedaron bajo el lodo tras fuertes inundaciones.

Mientras tanto en medio de las pandemias y los desastres naturales se han dado fuertes actos de corrupción, como la llamada estafa del siglo, en que un funcionario hondureño compró 7 hospitales móviles a una empresa fantasma de USB, ni siquiera de maletín, unidades que ya llegaron al país y de las cuales solo una está funcionando en San Pedro Sula y de las otras no se tiene noticias de cuándo empezarán a prestar servicio al pueblo hondureño, pues se han detectado varias fallas estructurales y equipo vencido y usado, cuando se suponía que todo tenía que ser nuevo, además de que las unidades hospitalarias fueron obtenidas al doble de su valor original.

Por otra parte, organismos de vigilancia anticorrupción, además de hacer denuncia sobre la escandalosa actividad de enriquecimiento ilícito, durante el combate a las pandemias se prepara para una auditoría forense sobre la actividad de limpieza de ciudades, por compañías constructoras contratadas por el gobierno hondureño, al tener claros indicios de que las mismas para ser favorecidas, a pesar de las grandes necesidades de su servicio, pagan coimas a un alto funcionario gubernamental, quien para cubrir su actividad ilícita les ordena alterar las horas de trabajo y otros elementos necesarios para su cabal funcionamiento, y este además para cubrirse un poco más las espaldas en su actividad ilícita, ha eliminado la participación de autoridades municipales y del Comité Permanente de Contingencias (COPECO), uniéndose a la lista de “mal nacidos”, como califica el Presidente de la República a todo aquel que aprovechándose de la oportunidad actúa en contra de la hondureñidad en general y que en su oportunidad recibirán el castigo respectivo con todo el rigor de la ley en su contra.

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