Entre esperanza y realidad

MA
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29 de diciembre de 2020
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12:07 am
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Entre esperanza y realidad

Rafael Jerez Moreno
Twitter: @RafaJerezHn

Cada vez que finaliza un año tendemos a ver con esperanza al que viene, en términos personales, profesionales, académicos, entre otros. Después de todo lo vivido este 2020, no habrá disenso en los motivos para querer olvidarlo. Pero, aunque suene contradictorio, cometeríamos un grave error si lo hiciéramos. No debemos olvidar todo lo que sufrió el país, no solo por motivo de la pandemia, sino por las decisiones que tomaron quienes dirigen la administración pública. Hechos que no solo quedaron en la impunidad, sino que siguen dejando al ciudadano sin atención sanitaria de calidad.

Estamos en la antesala de un año electoral y la realidad a la que nos enfrentamos es que, quienes tuvieron que cambiar las reglas del juego para mejorar el sistema, bloquearon las opciones políticas para evitar que una nueva crisis política emergiera. Claro, son importantes las elecciones, sin embargo, depositar el voto en una urna no tiene mucho valor cuando al regreso a casa no hay un plato de comida en la mesa de la mayoría de hondureños. “Democracia de mayorías”. Aquellos funcionarios que dijeron que “la gente no va a votar por cuántos muertos dejó la pandemia, sino por cuánto dinero tiene en la bolsa o si tiene comida en la casa”, figuran en las candidaturas al Congreso Nacional, visitan los barrios y las aldeas para pedirle el voto a esos mismos ciudadanos que no son inmunes a la corrupción, pero si los corruptos resultan electos, estos serán los primeros en línea para la vacuna que les garantizará inmunidad legislativa.

Bien dijo el filósofo Michael Sandel, “estamos en el mismo mar, pero no en el mismo barco, unos van en yate, otros en ferry, otros en patera”. Tenemos que partir reconociendo quiénes antes de la pandemia ya éramos privilegiados y lo seguimos siendo, por tener por lo menos lo básico, y a quienes las circunstancias hicieron retroceder en el disfrute de los derechos humanos. Tan comunes que se volvieron las reuniones de Zoom para muchos de nosotros, pero 800,000 niños fueron excluidos del sistema educativo después de marzo de 2020 al no poder tener clases presenciales, y tampoco presencia del Estado.

Esa es nuestra realidad. La pregunta es, ¿será nuestro destino? No todo está fuera de nuestras manos, siempre y cuando nuestras manos estén unidas. Queda mucho por hacer. 2021 será un año en el que no podremos resolverlo todo de una vez, pero sí podremos hacer un poco más.

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