Con un mensaje de gracias por el tiempo vivido, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez despidió el año 2020 con una misa solemne en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, en Tegucigalpa, en la que invitó a reflexionar sobre todas las cosas que se pueden mejorar.
Debido a que durante algunos meses los eventos religiosos también estuvieron suspendidos, el cardenal enfatizó que se hicieron y se seguirán realizando actividades de oración y entrega a Dios.
El líder del catolicismo hondureño dijo que, “es el momento para traer a nuestra oración dos actitudes nacidas de nuestro corazón, por un lado, el agradecimiento del tiempo vivido, por el otro el deseo de crecer y mejorar nuestra vida, en el nuevo tiempo que se nos regala, es inevitable al finalizar el año hacer balance de lo que hemos vivido y elaborar una lista de aquello que se puede mejorar”.
“Queremos finalizar un año orando y empezar un nuevo año orando, atención de no caer en la tentación de ver solo lo negativo y dejarnos llevar por la tristeza y el desconsuelo de lo que ha pasado a través de esta terrible pandemia, tantas personas queridas y conocidas, amigas de nuestras familias que han sucumbido ante esta pandemia”.
El purpurado instó que “lo negativo no nos debe impedir ese legítimo deseo de seguir adelante, por eso hay que hacer un balance y una revisión del 2020 en clave positiva y lo primero que tenemos que hacer es una actitud de agradecimiento, agradecer a Dios por lo esperado y lo inesperado, el gozo y el dolor”.
El cardenal citó la Carta de San Pablo, donde dice que para los que aman a Dios todo coopera para el bien, aún las cruces que nos puede tocar llevar.
“Dios nos ha acompañado en todos los momentos de este año que estamos terminando, en los momentos dulces y amargos y ha estado a nuestro lado, el tiempo es un regalo de Dios y Él nos ha regalado un año más de vida por eso damos gracias al Señor y queremos ofrecerle este año nuevo que comienza”, destacó.
