• +Diario Deportivo Más
  • +El País
  • +LTV
  • +La Tribuna Digital
  • +Más Clasificados
  • +La Tribuna App
  • +Servicio al Cliente
  • + Quienes Somos
  • + La Tribuna Newsletter
Diario La Tribuna
  • I
  • Noticias
    • Coronavirus
    • Coronavirus En Cifras
    • De Todo Un Poco
    • Deportes
    • Más Deportes
    • Económicas
    • Internacionales
    • Lo Más Visto
    • Tecnología
    • Centro America & Caribe
  • Honduras
    • Buenas Noticias
    • Departamentales
    • Nacionales
    • Políticas
    • San Pedro Sula
    • SOS Capitalino
    • Sucesos
  • Sociales
    • Amor y Pareja
    • Extra
    • Farándula
    • Sociedad
    • Vivela
  • Columnas
    • Cafeteando
    • Desde U.S.A.
    • El Cambio Climático
    • EL DOSSIER DE ATENEA
    • Enfoques
    • La Voz de la Academia
    • Pildoritas
    • Pecadillos Idiomáticos
  • Opiniones
    • Caricaturas
      • Actualidad
      • Humor Sabatino
    • Columnistas
    • Editorial
    • Tribuna del Pueblo
  • Secciones
    • Anales Históricos
    • Cine
    • Huellas…
    • Día 7
    • Dominicales
    • Done Un Aula
    • Especiales LT
    • La Cobra Pregunta
    • La Tribuna Agropecuaria
    • La Tribuna Cultural
    • Nuestro Orgullo
    • Reportajes
    • Turismo
    • «Teguz» del Recuerdo
    • Tribunito
  • Servicios
    • Promoción Video Navideño
    • Encuesta La Tribuna 2020
    • El País
    • La Tribuna Apps
    • La Tribuna Digital
    • La Tribuna PDF Gratis
    • La Tribuna Newsletter
    • La Tribuna Youtube
    • LTV
    • Promociones
    • Servicio al Cliente
    • TribuChat
  • Videos
  • Versión Impresa
Sin Resultado
Ver todos los resultados
  • I
  • Noticias
    • Coronavirus
    • Coronavirus En Cifras
    • De Todo Un Poco
    • Deportes
    • Más Deportes
    • Económicas
    • Internacionales
    • Lo Más Visto
    • Tecnología
    • Centro America & Caribe
  • Honduras
    • Buenas Noticias
    • Departamentales
    • Nacionales
    • Políticas
    • San Pedro Sula
    • SOS Capitalino
    • Sucesos
  • Sociales
    • Amor y Pareja
    • Extra
    • Farándula
    • Sociedad
    • Vivela
  • Columnas
    • Cafeteando
    • Desde U.S.A.
    • El Cambio Climático
    • EL DOSSIER DE ATENEA
    • Enfoques
    • La Voz de la Academia
    • Pildoritas
    • Pecadillos Idiomáticos
  • Opiniones
    • Caricaturas
      • Actualidad
      • Humor Sabatino
    • Columnistas
    • Editorial
    • Tribuna del Pueblo
  • Secciones
    • Anales Históricos
    • Cine
    • Huellas…
    • Día 7
    • Dominicales
    • Done Un Aula
    • Especiales LT
    • La Cobra Pregunta
    • La Tribuna Agropecuaria
    • La Tribuna Cultural
    • Nuestro Orgullo
    • Reportajes
    • Turismo
    • «Teguz» del Recuerdo
    • Tribunito
  • Servicios
    • Promoción Video Navideño
    • Encuesta La Tribuna 2020
    • El País
    • La Tribuna Apps
    • La Tribuna Digital
    • La Tribuna PDF Gratis
    • La Tribuna Newsletter
    • La Tribuna Youtube
    • LTV
    • Promociones
    • Servicio al Cliente
    • TribuChat
  • Videos
  • Versión Impresa
Diario La Tribuna
Sin Resultado
Ver todos los resultados

Dos poemas de Tulio Galeas

Por ZV
3 enero, 2021 - 12:00 am
665
SHARES
1.3k
Visto
FacebookTwitterWhatsapp

EL SUEÑO AMERICANO
Para Roberto Sosa,
implacable azote de tinieblas.

Cuando paso, me mira
como si me esperara desde siempre.
Habita en esa calle,
vestido con la amnesia
que le borró los pasos,
lo encadenó a la niebla
y le alargó el espanto.
Huérfano de caminos,
hoy muerde la zozobra de las horas
amarrado al vaivén
de su silla de ruedas,
sin piernas,
remos desmemoriados,
águilas disecadas

en el remedo trágico de un vuelo,
pétalos que la flor no echa de menos.

La muerte le hace señas,
lo invita a su guarida,
el tren enajenado aún le corta
trozos de escalofrío.

En el salón oblicuo de sus ojos
baila sus danzas el remordimiento,
pero abre las cortinas de mi prisa
para atrapar mi mente fugitiva.

Me detengo en el borde de sus ruegos,
con un obsequio generoso mezclo
su risa con la mía
y su grito de gracias me persigue
con la omnipotencia de una mano extendida.

Un nudo de silencios oscurece el camino.
Mi impotencia es un campo de batalla.
No me cabe la rabia en la mirada.

Se me acaban los sueños al dejarlo,
el principal,
el sueño americano.

INSACIABLE ODISEA
Para Eduardo Bähr
y Edilberto Borjas
Fraternalmente

El suplicio no deja.
cicatrizar la herida.

La historia rencorosa nunca cambia
de ruedas ni caminos.
Vuelven de la penumbra
los ríos de barbarie,
los espejismos de la idolatría.

Heredamos un capital
de siglos de tristeza, podemos
repartir la miseria a manos llenas.

Los pinos desgarrados, con los tambores rotos,
con las hojas descalzas,
con un rocío de alucinaciones.
entregan dócilmente sus plegarias al fuego.
Las raíces atadas al vacío
doblan los nervios de sus agonías.
Un dolor sin ventanas
llena cada mirada. El llanto
es la lluvia más fértil que reciben los campos.

El silencio es la voz de este desierto.
De silencio están hechos nuestros panes.
La palabra es un mito encadenado.
Un susurro del polvo
es el abecedario del camino.

Gorilas ancestrales gobiernan nuestros sueños.

La maldad no se extingue,
la misma cicatriz en otra cara,
y hoy, igual que ayer, es el engaño
la única moneda que circula.

En moldes de tragedias, con archivos
repletos de miserias,
vuelven los anfitriones del espanto
y estrangulan la risa, violan templos,
masacran la piedad, escupen niebla,
destierran a la inocencia hacia agujeros negros.

La injusticia no pierde,
siempre lucha contra manos atadas.
Las leyes, imanes maliciosos,
rechazan al culpable y atrapan al incauto.
La impunidad es el libro sagrado del delito.

El sol venido a menos, agoniza de frío.
No hay un astro que pueda crecer en este nido.

El tiempo, un reloj atrasado, no respira
y pasado y presente son dos rostros iguales.

Las fieras de este circo consumen carne humana.
-los animales temen que los llamen humanos-

Cada peldaño del poder exhibe
su uniforme de grados insolentes,
sus fábricas de huérfanos y viudas,
su maestría en desapariciones.

La noche es la cabaña donde se esconde el crimen.

La mentira es un rito,
la corrupción un arte.

La basura en las cumbres establece su reino,
ante su altar se postran las tinieblas.

Es un país construido con pereza
por arquitectos ebrios y obreros trasnochados
sobre el granero de los epitafios.

Infelices los que aman la esperanza
y no pueden hallarla en un plato vacío.

El amor, moneda devaluada,
hasta como limosna es rechazado.

El honor no encuentra una hoja de parra
para cubrir su intimidad violada.

La libertad es el ciervo que persiguen los perros
y la verdad un enfermo desahuciado.

El día a día, es una cuerda floja,
un juego inevitable, cara o cruz, con la muerte,
el sudor de quien lucha
por el derecho a un hueco de la calle.

La honestidad se esconde en cuartos fríos,
con la temperatura bajo cero.

La bondad es una planta de otros suelos
y la fe es un boceto
en el vientre abultado de la pena.

En los cuarteles los soldados limpian
con aceite de lágrimas las balas.
La sangre de esas balas tiene el timbre
de una maldición que no se apaga.

Los hospitales tienen la palidez de un condenado a muerte.
La enfermedad agrupa sus legiones
contra una esclavitud que solo toma
brebajes llenos de supersticiones.

Los derechos humanos son desechos humanos.

La locura es rutina
en un país de lunas repetidas
donde ninguna extravagancia es excesiva
y la normalidad es limitada.
La adulación se arrastra, lengua en mano,
para entregar su devoción al amo.

La ineptitud disfraza sus facciones con los tatuajes de la altanería.
La ignorancia agota los escudos y descubre
el abanico de sus pretensiones.
La inteligencia es una anomalía.
La independencia duerme con su traje habitual de prisionera.

La tierra es de unos pocos, pero el hambre es de muchos.
Las plegarias al cielo las ignora la tierra.
En las aguas lodosas de esta farsa
la democracia se hunde, la tiranía flota.

Con la edad maltratada la niñez envejece de rodillas.
Los niños piden pan y les entregan un traje de mendigo,
piden una sonrisa y les devuelven el ardoroso ruido de una bala.
La niñez es un río que tiene que encogerse para llegar al mar.

La urgencia migratoria es la tragedia inevitable de los pies descalzos.
El hambre desafía a la prudencia, rompe
los grilletes inflados de paciencia.
El horizonte llama con todo el atractivo de un pecado.
Un cinturón de burlas cierra cada frontera.
Es estrecha la puerta para un hombre desnudo.

No existe en otro espacio tanto dolor reunido,
el miedo es el motor de nuestras ruedas,
en la mesa el peligro es el único pan que nos espera.

La pobreza es el potro más veloz de la muerte.
Es muy largo el camino hacia la risa y muy corto hacia el llanto.

El futuro es un arma descargada.

Aún se escuchan los cantos que canjearon
el oro por arena, los bosques por pantanos,
el nombre triste de un país por drogas.

A retazos subastan un mapa desgarrado.
Los lotes se promueven
en tiendas peregrinas donde el asco
exhibe sus laureles.
Cada porción se entrega con su flota de esclavos.
¿Qué cereal putrefacto
alimentó a estas hienas?

De los mares nos llegan sólo plantas rastreras.

El diálogo que ofrecen es un encierro con la triquiñuela,
es ser la presa de la cacería,
tener que razonar con escorpiones.
Matar a sangre fría es su siniestro
manual de cortesía.

La juventud habita en una llaga,
es delito ser joven, la lectura es un hábito
riesgoso, la educación un virus
que se elimina con el calabozo.
Pensar está prohibido por decreto.
La violencia reparte un variado botín de novedades.

¿Hasta cuándo estaremos repitiendo las letras de la duda
-ese viejo color de la impotencia-,
los andamios manchados por los ruegos?

¿Hasta cuándo seremos
huéspedes resignados del vacío,
lágrimas desempleadas, vegetación de esperas,
profetas del hastío?

¿Doblaremos la espalda encadenados
a una máquina de odio, a los azotes
al desposeído?

¿Solo en los cementerios hallaremos
semillas de hidalguía, la voz
de las generaciones postergadas?

¿Quién maneja con hilos de prudencia
los pasos torpes de la cobardía. Quién
reparte los frutos asfixiantes
que envilecen las súplicas del aire?

¿Quiénes lavan pecados y los visten
con engañosas galas? ¿Quienes
ladran con voces enjauladas
para hurtarle sus migas a los buitres?

¿Hasta cuándo, palabra,
serás una herramienta de la sombra?

Sólo es humo la patria que soñamos,
un luto que camina sobre espaldas mojadas.
No hay postura más triste que unos brazos cruzados
sí tenemos la furia, las piedras y las manos.

Solo un abrazo firme podrá un día
exterminar a toda la manada,
hay que apuntar el ojo contra el ojo,
no derramar la sangre equivocada,
gritar con un dolor de desarmado,
con el semblante limpio de la ira,
con el alma forrada de volcanes.
El grito es la bandera sonora de las calles,
la justicia que rompe los cristales,
el brazo de una voz que no se calla.

La unidad debe ser la medida más sagrada,
un pulso que soporte cualquier daga,
unos ojos sin límites de asombro
y que lean los textos apropiados.
Y corazón y mente en la misma trinchera.

Hay que golpear la historia
hasta limpiar de tinta las ideas,
del árbol del futuro
debe arrancarse el fruto más odiado.
.
La poesía debe salir de túneles y cuevas,
abandonar los valles del letargo,
las costras de la melancolía,
las largas caminatas por si misma,
debe encender los puños de la hoguera,
abrirse el pecho, compartir la herida,
debe ser una llama que no expira.

La poesía que huye
de los dientes que muerden su destino
es una rosa triste y sin espinas,
la rosa que rechazan los jardines
y que esconde su olor en callejuelas.

La poesía te salva o te envenena.

¿Habrá un mañana, hermanos?
¿Volverán los silbidos de las flechas
a electrizar el aire?
.
¿Regresará la patria hasta su cuna
a restituir los sueños mutilados,
los relámpagos que abren tempestades,
el rayo que despierta los huesos carcomidos,
los caballos guerreros que le rompen
las costuras al viento,
las ceremonias
de una avasallada dinastía?

¿Llegará al fin el día en que levante
las luces humilladas
su flagelada estrella?

¿Qué el grito prisionero escape
y pinte signos de lucha en las paredes
y de este cielo herido
surja el milagro de una nueva espada?

¿Los votos con sus luces afiladas
sacarán algún día
a cualquier animal de su guarida?

Nos llaman con sus voces maniatadas
los espejos torcidos de la sangre,
las cruces sin memoria de tumbas clandestinas.

No debemos cifrar nuestro destino
al calor indeciso de un astro lejano.
La libertad se escribe
con la tinta que mancha nuestras manos.

Amor inevitable, patria mía,
mi amor es una más de tus espinas.
Tus harapos radiantes iluminan mi olvido.

Que tu dolor no sea
lecho de forajidos,
galería de espectros,
mercado de herejías,
carnaval de verdugos.

Que tu martirio deje
olas de insurrección a la esperanza,
sueltos los tigres de la rebeldía,
la venda original a la justicia
y una voz infantil a la alegría.

Que no vuelva el silencio a enmudecer tu nombre.
Que no regrese el llanto a tus libros de historia.

*Tulio Galeas nació en La Ceiba, Atlántida y su obra principal está distribuida en los libros La voz convocada, Las razones y Cambio de Alas. Reside en Tegucigalpa.

  • 712.4k Fans
  • 271.3k Seguidores
  • 36.2k Seguidores
  • 325k Suscriptores

PORTADAS

El coronavirus mató más de 18.000 personas en el mundo en las últimas 24 horas

Hospital de Especialidades Pediátricas trabaja con solvencia y transparencia

Variante británica del coronavirus se extiende a 70 países y sudafricana a 31 países

VIDEOS

Un incendio consume 2 viviendas y una embarcación en Islas de la Bahía (Video)

Prolongación del tratado nuclear New START es «un paso en la buena dirección», afirma Putin

Confinan a miles en Hong Kong para contener brote de COVID

Los internautas de China critican los test rectales para detectar el covid-19

  • Noticias
  • Honduras
  • Sociales
  • Columnas
  • Quienes Somos
  • Aviso Legal
  • Politica de Cookies
Teléfono: +504 2234-3006

© 2019 La Tribuna - Una voluntad al servicio de la patria. Honduras Centro América.

Sin Resultado
Ver todos los resultados
  • I
  • Noticias
    • Coronavirus
    • Coronavirus En Cifras
    • De Todo Un Poco
    • Deportes
    • Más Deportes
    • Económicas
    • Internacionales
    • Lo Más Visto
    • Tecnología
    • Centro America & Caribe
  • Honduras
    • Buenas Noticias
    • Departamentales
    • Nacionales
    • Políticas
    • San Pedro Sula
    • SOS Capitalino
    • Sucesos
  • Sociales
    • Amor y Pareja
    • Extra
    • Farándula
    • Sociedad
    • Vivela
  • Columnas
    • Cafeteando
    • Desde U.S.A.
    • El Cambio Climático
    • EL DOSSIER DE ATENEA
    • Enfoques
    • La Voz de la Academia
    • Pildoritas
    • Pecadillos Idiomáticos
  • Opiniones
    • Caricaturas
      • Actualidad
      • Humor Sabatino
    • Columnistas
    • Editorial
    • Tribuna del Pueblo
  • Secciones
    • Anales Históricos
    • Cine
    • Huellas…
    • Día 7
    • Dominicales
    • Done Un Aula
    • Especiales LT
    • La Cobra Pregunta
    • La Tribuna Agropecuaria
    • La Tribuna Cultural
    • Nuestro Orgullo
    • Reportajes
    • Turismo
    • «Teguz» del Recuerdo
    • Tribunito
  • Servicios
    • Promoción Video Navideño
    • Encuesta La Tribuna 2020
    • El País
    • La Tribuna Apps
    • La Tribuna Digital
    • La Tribuna PDF Gratis
    • La Tribuna Newsletter
    • La Tribuna Youtube
    • LTV
    • Promociones
    • Servicio al Cliente
    • TribuChat
  • Videos
  • Versión Impresa

© 2019 La Tribuna - Una voluntad al servicio de la patria. Honduras Centro América.