Desarrollo e identidad nacional

MA
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5 de enero de 2021
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01:04 am
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Desarrollo e identidad nacional

Juan Ramón Martínez

El que, a punto de cumplir 200 años de independencia, no hayamos podido desarrollar a Centroamérica, y que Honduras sea llamada “la cenicienta”, requiere una explicación. Y la identificación de las causas correspondientes. Muchos, “Dionisios” irremediables, entusiasmados con el pasado, atribuyen toda la culpa a España; a la religión Católica; a la raza. E incluso al clima. Nosotros queremos explorar un camino más existencial. Y establecemos que, la culpa por el no desarrollo de Honduras, radica en su población. No en la precolombina, colonial o las de los siglos XIX y XX, sino que, en la actual. Para que desde la causalidad, nos enfoquemos, a buscar en los instrumentos formativos y en la identidad nacional, una respuesta manejable que nos aleje del victimismo ancestral, de la irresponsabilidad y la pereza intelectual. Para después, lanzarnos a la acción.

No cabe duda que el hondureño, tiene una identidad, asumiendo que, solo se parece a sí mismo; a nadie más. Pero esa identidad es, inconsistente. Construida sobre ejes falsos e inadecuada –esto es lo peor– para construir desde aquí, un futuro mejor, para que las nuevas generaciones tengan una patria mejor y más suya, para llevársela amorosamente a la boca. Para ello, proponemos que, desde abajo, –en el municipio, llamado “ayuntamiento” y exigidas sus opiniones en el acta de independencia de 1821– se organicen los ciudadanos, para en la reflexión de su pasado, con ánimo pedagógico y constructivo, interpreten el presente y, valorando el recorrido, proyecten su visión de futuro. Para lo que, proponemos la organización de Comités Locales y Departamentales de Conmemoración del Bicentenario de la Independencia Nacional. Muchos municipios tendremos que visitar.

Otros tienen un liderazgo muy inteligente que, a una señal, se embarcarán en esta tarea que nos dará como producto, la reconstrucción de su memoria local, la descripción y enumeración de sus recursos y posibilidades, al tiempo que, en el ejercicio de la voluntad, redactar consensuada y racional, un plan de desarrollo, que, al integrarlo con el resto de los municipios, nos pueda dar, un plan para el desarrollo de Honduras, elaborado por el pueblo, y para el pueblo. Por supuesto, en este esfuerzo, los municipios necesitarán el apoyo de los técnicos; pero no para decirles qué es lo que se tiene que hacer, sino que asesorarles, para ayudarles a lograr los objetivos que se proponen.

Como es obligatorio, en este esfuerzo, caben todos los hondureños, sin exclusión. Lo único que no queremos es que se pierda el olor a pueblo, a sudor de hombres y mujeres de acción que, sintiéndose avergonzados del país que tenemos, soñarán con uno mejor, con más justicia, menos pobreza, más igualdad y más respeto a la ley y a sus instituciones. Es decir que, todos tendremos cabida, menos aquellos que involucrados en la campaña electoral, –en la que es inevitable la diferenciación y el distanciamiento– que, por razones obvias, deben dejar que los ciudadanos que no son candidatos, participen en este esfuerzo unitario. Que por supuesto, no es contradictorio con el sistema electoral; pero que, por razones prácticas e inevitables, no puede compartir la división, porque su divisa será la unidad.

En cada municipio, –en unos más que otros–, hay historiadores inéditos, recolectores de anécdotas, sociólogos empíricos y conservadores de documentos e informaciones inéditas, a los que, por este medio, –y desde este momento invito–, para que se integren en estos comités. Y junto a los demás miembros, puedan desarrollar identidad local, sobre la cual, construir en las nuevas generaciones un sentimiento orgulloso del hondureño, celoso de su dignidad, honrado por sus ancestros, valiente para defender sus convicciones; y fuerte para construir sobre la realidad, el más sublime de los sueños: hacer de Honduras, una mejor nación, que obligue a sus detractores a no seguir llamándonos “la cenicienta de Centroamérica”.

Como este esfuerzo supera mis fuerzas, talento y capacidades, aprovecho la oportunidad para invitar a todo el liderazgo nacional, que colabore. Al gobierno y a los políticos, sino ayudan, que no nos estorben. A los gobernadores políticos y a los directores departamentales y municipales de Educación y a los líderes de las fuerzas vivas, que nos den su concurso en este esfuerzo por hacer de este aniversario, un punto de partida para crear un hondureño mejor que haga una Honduras mejor.

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