2021 en gratitud

MA
/
6 de enero de 2021
/
01:01 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
2021 en gratitud

Ángela Marieta Sosa
Especialista en Derechos Humanos

Independientemente de las circunstancias que nos dejó el 2020, debemos agradecer a ese poder superior que rige nuestras vidas, por estar aún vivos, tener a quien amar y cuidar y tener quien nos ame y cuide de nosotros, el duelo por la pérdida de familiares no debe ser negado, pero sí debe ser superado en amor, alegría y fe.

Debemos hacer un inventario de lo bueno que aún queda por contar, quedamos vivos, y siempre existen manos solidarias que ayudan a quienes más necesitan y han quedado en desamparo por todo lo sucedido, pero la responsabilidad de nuestras emociones depende de nosotros mismos, decidir comenzar de cero si es posible, depende solo de nosotros, y esa actitud no es fácil obtenerla, cuando no has sido educado para resurgir de las cenizas.

La gran pregunta para este 2021 es ¿cómo puedo agradecer, con tanta tragedia encima?, pues mejor comience hacerlo desde ya, antes de que se sume otra tristeza más a su vida, y es que sentir dolor cuando algo o alguien falta, es natural, pero aún y con todo, de lo más profundo de nuestro ser debe surgir la “gratitud”, un sentimiento que nos hace recobrar la paz, las ganas de seguir viviendo, y más importante aún, las ganas de poder compartir a otros de lo que Dios nos regala, no siempre se da cuando compartes un pan, también se da cuando transmites aliento, esperanza y alegría a los demás.

Agradecer estar vivos, y por lo que se tenga sobre la mesa, eso es lo que yo llamo “poner la mirada en el firmamento”, saber que todo es temporal, y así como hay poco en un día, habrá mucho en otro. Lo delicado es, cómo confiar cuando estás en esa espera de que llegue lo anhelado. Personalmente creo que el ser humano tiene la capacidad de regenerar sus emociones positivas y reconstruirse en bases de amor, organización y esfuerzo, lo demás viene por añadidura.

Muchos creerán que es una expresión romántica existencialista y hasta con un tiente religioso, pero creo profunda y firmemente en los “milagros” aquellos que suceden cuando todo se alinea en nuestro favor, para protegernos de un mal mayor o para condicionar una oportunidad que llega en el momento oportuno, sin embargo, esos milagros, solo ocurren cuando comienzas a agradecer, en medio de lo que estés pasando, agradece y sonríe.

Seguramente se preguntarán, ¿qué tiene que ver el agradecimiento con los derechos humanos?, y les digo que mucho, el derecho a la felicidad y a vivir sin miedo, pasan por un primer filtro interno, el de nuestra conciencia y cuando esta se llena de gratitud, el comportamiento humano se caracteriza por ser armonioso, sin agresividad, sin atropellamientos a los derechos de los demás y mejorar en el discernimiento al momento de tomar muchas decisiones personales o familiares.

Comúnmente nadie vincula los derechos humanos, al sentir de cada persona en cada parte del mundo, sin embargo, es justamente en cada ser humano en donde está la respuesta a la búsqueda constante de una cultura de respeto, protección y garantía de los derechos humanos, pues las instituciones son solo ficciones jurídicas que toman el rostro y las acciones de quienes las dirigen y si quienes las dirigen no saben de gratitud, amor y fe, jamás podrán entender el ¿porqué? y el ¿para qué? de los DH.

La humanidad entera, debe agradecer por aquellos que ya no están y descansan en la paz de su Dios, abrir nuestro corazón a un año nuevo, con esperanza, con ánimo para el esfuerzo constante, perseverante y con propósito, sabiendo que todas las personas del mundo tenemos un lugar y un destino que cumplir, que este cierre de año sea como esas colchas de retazos de las abuelitas, que tienen texturas suaves y otras no tan agradables, pero que igual nos arropan y nos quitan el frío.

Creo en el poder de la gratitud, y hoy agradezco por toda la humanidad entera, por cada expresión de amor entre las personas, por aquellas que deciden practicar la generosidad y apoyar a quienes menos tienen, o dar oportunidades a personas que las necesitan, gracias sí, por todo lo bueno y lo malo, pues sin la oscuridad la luz no podría brillar, como brilla ahora la fuerza y la alegría humana, para continuar el camino en este 2021.

Más de Columnistas
Lo Más Visto