Esfuerzo científico histórico ha permitido vacuna contra la covid-19

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8 de enero de 2021
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12:03 am
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Esfuerzo científico histórico ha permitido vacuna contra la covid-19

Por: José Rolando Sarmiento Rosales

La rapidez con la que se comenzó a hablar de una serie de laboratorios y universidades participantes en la elaboración de vacunas para la COVID-19, tanto en Europa, Estados Unidos, China y Rusia, despertó una serie de informaciones, dudas, especulaciones, fake news, teorías de conspiración, comenzando con los datos de los años que se tardaba en prepararlas, la no existencia de una vacuna por ejemplo para el cáncer, relacionándolo con la fama de que gozan las casas internacionales fabricantes de medicinas, de ser uno de los negocios más multimillonarios del mundo, presuponiendo que puedan tener la vacuna, pero que por conveniencia económica no la lanzan al mercado, porque les es más rentable seguir vendiendo los carísimos tratamientos del cáncer que cuestan decenas de miles de dólares, considerando como inexplicable el porqué si existen vacunas para enfermedades como la tifoidea, varicela, tétano, paperas, tuberculosis, sarampión o la poliomielitis.

Nuestra responsabilidad como periodista en informar, orientar y educar a la población en el caso de la pandemia del coronavirus, sumado al hecho de haber perdido varios parientes víctimas de la peligrosa infección y tener a otros más de la familia o amigos queridos, que la han padecido logrando superarla, y algunos que aún se encuentran internados o tomando medicamentos en la cuarentena de sus casas, tanto aquí en Honduras como en Estados Unidos de América, hemos tomado en serio las medidas indicadas para preservar nuestra salud, y diariamente dándole seguimiento a la evolución del virus, la cantidad de casos de infectados, de fallecimientos en el mundo y nuestro país, así como de los medicamentos indicados para reforzar las defensas del organismo y evitar el agravamiento de los síntomas, sea para evitar los internamientos en hospitales, o peor aún, en las pocas Unidades de Cuidados Intensivos con que se cuenta en los hospitales públicos y privados que funcionan en el territorio nacional.

Pero también buscamos en las fuentes de información de los organismos internacionales de la salud, de universidades dedicadas al estudio del SAR-CoV-2, del que ya se habla de haber evolucionado a una cepa más agresiva y rápida infección, cuyos primeros casos se encontraron en el Reino Unido de la Gran Bretaña, luego en países de Europa, pero también de casos aparecidos en California y dos o más países de Latinoamérica, quedándonos como única alternativa, el observar disciplinadamente las medidas de bioseguridad, mientras somos dotados de las dos dosis de la vacuna, sea por el organismo COVAX, bajo la coordinación de la OMS/OPS, o la negociación directa con una de las casas fabricantes de Estados Unidos y Europa, como ya se hizo por medio de un Decreto Legislativo, por las autoridades del Instituto Hondureño de Seguridad Social, avalado por el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP).

Ahora bien, sobre el proceso de investigación científica que ha llevado a la elaboración de vacunas por laboratorios del mundo, encontramos en Infobae: La velocidad de propagación del coronavirus solo ha sido igualada por el ritmo de los conocimientos científicos. Casi tan pronto como se descubrió el SARS-CoV-2, grupos de investigación de todo el mundo comenzaron a investigar su biología, mientras que otros desarrollaron pruebas de diagnóstico o investigaron medidas de salud pública para controlarlo. Los científicos también se apresuraron a encontrar tratamientos y crear vacunas que pudieran controlar la pandemia. “Nunca hemos progresado tan rápido con ningún otro agente infeccioso”, advierte la viróloga Theodora Hatziioannou de la Universidad Rockefeller en la ciudad de Nueva York.

Desde los primeros días de la pandemia, los epidemiólogos se apresuraron a desarrollar modelos para predecir la propagación del virus y sugerir qué medidas de salud pública podrían ayudar a controlarlo. En ausencia de vacunas o tratamientos, los funcionarios de todo el mundo se basaron en lo que se conoce como intervenciones no farmacéuticas, como los cierres. Pero el impacto económico de los cierres fue rápido y severo, lo que llevó a muchos países a abrirse antes de que el virus estuviera bajo control. En medio del caos, un esfuerzo científico histórico ha dado al mundo vacunas contra una enfermedad que la humanidad ni siquiera conocía hace un año. Las vacunas COVID-19 se han desarrollado y probado a una velocidad asombrosa. Utilizan una variedad vertiginosa de enfoques, desde la inoculación de la vieja escuela con el virus SARS-CoV-2 químicamente inactivado, hasta tecnologías más nuevas que nunca antes habían producido vacunas autorizadas.

Los resultados de grandes ensayos de eficacia han demostrado que las vacunas desarrolladas por Pfizer y la alemana BioNTech; la empresa estadounidense de biotecnología Moderna; y la compañía farmacéutica AstraZeneca y la Universidad de Oxford, Reino Unido, previenen eficazmente la COVID-19.

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