*** No tengo la menor duda de que no he visto previamente una semana como la actual, donde ha pasado lo que pareciera ser toda una eternidad en número de eventos de enorme trascendencia.
En primer lugar el domingo 3 de de enero del 2021 fue cuando fueron juramentados los miembros de ambas cámaras del congreso número 117, en la cual juraron respetar la constitución de la república. Al día siguiente, el lunes 4 de enero, el presidente Trump pasó casi las 24 horas insistiendo que le robaron la presidencia, pues siguió insistiendo que él fue el triunfador de las elecciones del 3 de noviembre del 2020 y que Joe Biden y sus demócratas habían violado la ley para que saliera reelecto.
Al llegar al martes, 5 de enero, se llevaron a cabo dos votaciones en el estado de Georgia en la que el senador Kelley Loeffren terminó siendo derrotada por el reverendo demócrata, Raphael Warnock, mientras que la senador republicano David Purdue fue vencido por el ciudadano demócrata, Jon Ossoff.
Con esas dos victorias, la de Warnock y la de Ossoff, los demócratas le quitaron la mayoría que los republicanos tenían en el senado desde años atrás.
Pero fue el miércoles de esta semana que la cosa explotó cuando los grupos radicales que habían viajado a Washington desde numerosas partes del país para apoyar a Donald Trump en la lucha que él venía librando para que el congreso lo nombrara presidente de esta nación, en vez de Joe Biden, a pesar que ya se sabía que los demócratas habían triunfado sin cometer delitos o violaciones a las leyes electorales.
Como el poder legislativo estaba declarando válida la elección de Joe Biden y de Kamala Harris, los grupos radicales invadieron por la fuerza el congreso, donde murieron cuatro personas y hubo destrucción de oficinas, puertas, ventanas y de muebles dentro de las oficinas y salones del Poder Legislativo.
Finalmente, los invasores al congreso fueron sacados a la fuerza, dejando a un Donald Trump totalmente desacreditado por haber alentado a esos bandidos a invadir y apoderarse del congreso de los EE.UU.
Ahora Trump está siendo criticado severamente por doquier, incluyendo un número de republicanos que consideran impropio e ilegal que se recurriera a la violencia para apoderarse del edificio del Poder Legislativo, poniendo en peligro la vida de civiles y de miembros de ambas cámaras legislativas.
Es vergonzoso lo que vimos antier en el congreso en lo que el presidente Trump ha sufrido un devastador revés político por lo ocurrido.
