¿Taller del diablo?

MA
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12 de enero de 2021
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12:45 am
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¿Taller del diablo?

De tal palo tal astilla

Me acuerdo que cuando estaba pequeña, los mayores solían decirme: “mente desocupada, taller del diablo”.
Hace poco, estuve leyendo acerca de las predicciones que los analistas del acontecer político y social han hecho acerca de lo que pasará en los próximos años como consecuencia de todo lo que hemos vivido como humanidad recientemente con el tema de la pandemia, guerras y desastres naturales; en realidad, el panorama -si ellos tienen razón- tiene cosas buenas, malas y ambiguas… Como yo soy artista, busco todo lo que a mí me afecta y me concierne; y un tema que me llamó mucho la atención es lo que se espera en cuanto a salud mental… se dice que la humanidad necesitará con urgencia invertir recursos en este ámbito, pues en la mente es donde se gestan las actitudes y el comportamiento del individuo: manejo de conflictos, temores, capacidades, forma en que afronta sus propias tensiones, relaciones interpersonales y, en fin, la manera en que dirige su vida independiente.

El ser humano tiene la necesidad natural de interactuar y relacionarse con otras personas, también en su ADN está ese deseo de competencia sana, logro y superación personal, pero dadas las circunstancias, es complicado hacer todo eso desde el confinamiento obligado en el que está y posiblemente estará, si se sigue padeciendo el azote de virus y enfermedades nuevas. Entre otras cosas, se dice que la educación nunca será la misma, que lo virtual será el pan de cada día y que lo que fueron oficinas, turismo de trabajo, centros de convenciones, etc. Prácticamente desaparecerán, pues con el uso constante de plataformas digitales en donde se pueden reunir y comunicar personas desde cualquier parte del mundo, lo anterior, no tiene razón de ser y existir.

Las personas en este tiempo probaron las “mieles” de no estar atorados en el tráfico durante horas, no depender de un horario fijo y de arreglarse solo de la cintura para arriba para cualquier reunión de trabajo, así que seguramente no querrán volver al mismo ajetreo de antes en estas cosas. También, muchas empresas y compañías han sentido el alivio de no pagar alquileres altísimos por sus negocios a partir de haberlos transformado en tiendas tipo online; yo misma, les puedo contar como anécdota y experiencia personal, que unos meses antes de que todo lo de la pandemia comenzara, había empezado a dar clases de arte de forma presencial y todo iba literalmente “viento en popa” y de repente, los planes y métodos hasta ese momento utilizados se fueron por la borda con lo del confinamiento. Las personas empezaron cada vez más a preguntarme por clases de forma virtual, y yo, que nunca fui muy dada a la tecnología, cuando acordé, estaba utilizando lenguajes nuevos, hablando de plataformas, capacidad de almacenamiento, programas de edición de videos y mil cosas más que hacía unos meses no sabía y mucho menos, me interesaban.

Hago referencia a todo este tema de lo virtual que se está convirtiendo nuestro mundo, para caer en el siguiente análisis: Hoy en día, que se ahorra el congestionamiento del tráfico, que no se sale a socializar y que el trabajo ya no tiene horario fijo ¿Cómo podemos invertir el tiempo extra que nos queda para que nuestra mente no se convierta en taller del diablo? ¿recuerdan que antes les dije que los expertos dicen que es una necesidad invertir en salud mental? Pero… ¿Cómo se hace eso? Hoy más que nunca, las posibilidades son infinitas: podemos aprender desde nuestra casa nuevos idiomas y destrezas de todo tipo, además de disfrutar de audiolibros con temas de toda índole, es posible también retomar estudios que soñamos realizar y que pensamos que nuestra oportunidad había pasado de largo. Sin embargo, no todo es aprendizaje para tener una buena salud mental; socializar es muy importante, así que podemos ser creativos y realizar reuniones virtuales con personas y familiares que no podemos visitar, además es fácil ponernos al día con nuestras amistades por medio de las redes sociales a nuestro alcance. Yo -lógicamente- les recomiendo también pintar, dibujar y practicar arte en todas sus formas. El caso es, que necesitamos tomar la determinación de no solo preocuparnos por el bienestar del cuerpo, sino también por nuestra salud mental; de todas formas, muchas veces el estar mal en el mundo interior, termina por desarrollar afecciones físicas.

Los animo a invertir el tiempo y recursos necesarios para tener una mente sana en esta época particular que nos está tocando atravesar y a revisar en qué están pensando y ocupando su vida. ¿Cómo está su mente? ¿será taller del diablo?…

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