Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.
Hace poco, finalizó el año dos mil veinte, año que definitivamente fue letal para el país, por distintas razones. El coronavirus ha provocado una significativa dolencia familiar, pues una gran cantidad de compatriotas (hombres y mujeres) han perdido la vida y otra cantidad significativa están afectados por dicha epidemia. A ello es de agregar los daños causados el dos mil veinte por las tormentas tropicales Eta e Iota (tormentas-huracanes), que condujo a que gran cantidad de hondureños hayan perdido sus propiedades y en la realidad nos encontramos con cantidad de municipios que aún tienen dificultades de acceso por la destrucción o deterioro de sus vías de comunicación. A lo anterior es de agregar, los condenables actos de corrupción materializados recientemente.
Cuando hablamos de expectativas, nos referimos a la posibilidad razonable que un acontecimiento suceda. No se trata de una simple ilusión, sino de un hecho probable con fundamento, por ejemplo, el pueblo entero tiene la expectativa de que haya un cambio cualitativo en el país, en donde prevalezca una administración transparente, efectiva, dinámica, transformadora y ejemplar.
En función de que estamos inmersos en el contexto de la globalización y de la revolución de las (TICs), se debe proceder a la implantación de un gobierno electrónico, empezando por una administración pública electrónica, siguiendo los parámetros de la Carta Iberoamericana de Gobierno Electrónico, con miras a tornar más efectivo el accionar gubernamental, haciendo desaparecer la desastrosa corrupción que tantos estragos ha generado para el pueblo hondureño, según los hechos concretos.
En función de la crisis generada, se torna un imperativo categórico para la actual administración, la inmediata adopción de medidas estratégicas con miras a superar el estatus actual, propiciando una verdadera transparencia y efectividad de la administración pública. Debe procederse desde ya a: 1. Generar una transformación del Estado: Lograr una actualización tecnológica y organizacional de la administración pública, racionalizando y focalizando los recursos de esta en pro de servicios electrónicos (e-servicios) orientados al ciudadano y que permitan la mejora de la eficacia y eficiencia en su accionar; 2. Modernizar al gobierno. Ello mediante el uso de las TICs para incrementar su eficiencia, el nivel de información y los servicios ofrecidos, buscando un mayor acercamiento de la población, facilitando su participación y promoviendo la transparencia; 3. Que de inmediato se proceda a la efectiva aplicación de la contratación pública electrónica, para evitar y contrarrestar tanto acto de corrupción en la administración pública; 4. Fortalecimiento democrático: impulsar la transparencia, dotando al sector público de los instrumentos necesarios, buscando la participación y articulación con el sector académico, privado y la sociedad civil. Esto incluye el diseño y difusión de programas sobre las TICs; 5. Impulsar el programa computadoras para aprender, de tal manera que todos los centros del saber a todos los niveles cuenten con este importante recurso. Se debe impulsar una normativa sobre donación de computadoras para aprender, de tal manera que el sector de los donadores quede exento del pago de impuesto a su activo neto por las donaciones hechas.
Además es preciso: 1. El desarrollo productivo de la industria: estimular el aprovechamiento de las TICs para el desarrollo económico y productivo del país, impulsando la generación de productos con valor agregado y de calidad, fomentando la industria, el comercio y las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (MIPYME), las cuales, ante la crisis vivida, deben ser objeto de un fortalecimiento; 2. Aumentar competitividad y productividad. Procurar la transformación del país para que sea un lugar sumamente atractivo para la inversión extranjera directa y la inversión local, especialmente en el área de las TICs y alcanzar un elevado crecimiento económico basado en las exportaciones; 3. Procurar la integración e inserción regional. Consolidar el marco de integración regional que promueva el desarrollo, impulsando la actualización y/o creación del marco tecnológico, normativo y regulatorio necesario para el intercambio electrónico de información; 4. Procurar el reducir la pobreza y la desigualdad. Elevar la competitividad y alcanzar el desarrollo social y económico de manera sostenida; 5. Propiciar nuevas formas de empleo y otros accionares. Ello cambiando la forma de trabajo tradicional y auspiciando el teletrabajo; la telesalud, teleconsulta, teleeducación.
Dos cuestiones concretas: a) Implantar el sistema de ventanilla única electrónica y propiciar todo tipo de gestiones o tramitaciones administrativas por medios electrónicos, otorgándoles exactamente la misma validez que aquellos trámites que tiene como soporte el papel. Entre otras cosas comprendería: compra venta pública electrónica, pagos electrónicos, facturas, contabilidad, identificaciones, gestiones, etc. Todo esto gestionado a través de portales institucionales interactivos; y b) Propiciar el voto electrónico, lo que significará que el Estado se ahorrará millones de lempiras en los procesos eleccionarios, evitaremos la depredación del bosque, al tiempo que los resultados de dichas consultas no solo sean transparentes, sino que sean conocidos en tiempo récord.
E-mail: [email protected]
[email protected]
