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CITAMOS partes de un reciente artículo del laureado economista, profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Stiglitz. Se pregunta “si ¿Trump es una aberración o un síntoma de una enfermedad estadounidense más profunda?”. Arguye que “el asalto al Capitolio de Estados Unidos por parte de los partidarios e incitado por el propio presidente, fue el resultado predecible de su asalto de cuatro años a las instituciones democráticas, ayudado e instigado por tantos en el partido oficial”. “Y nadie puede decir que (el presidente) no nos había advertido: no estaba comprometido con una transición pacífica del poder. Muchos de los que se beneficiaron cuando recortó los impuestos para las corporaciones y los ricos, revocó las regulaciones ambientales y nombró jueces favorables a los negocios sabían que estaban haciendo un pacto con el diablo”. “O creían que podían controlar las fuerzas extremistas que él desató, o no les importaba”. “¿A dónde va América desde aquí?”.
“Trump es el producto de múltiples fuerzas”. “Durante al menos un cuarto de siglo, el Partido Republicano ha comprendido que podía representar los intereses de las élites empresariales solo adoptando medidas antidemocráticas (incluida la supresión de votantes y el control de la manipulación) y aliados, incluidos los fundamentalistas religiosos, los supremacistas blancos y los populistas nacionalistas”. “Por supuesto, el populismo implicaba políticas que eran contrarias a las élites empresariales”. “Pero muchos líderes empresariales pasaron décadas dominando la capacidad de engañar al público”. “Luego, los avances en tecnología proporcionaron una herramienta para la rápida difusión de desinformación”. “La desinformación y el sistema político de Estados Unidos, donde reina el dinero, permitió a las empresas tecnológicas emergentes liberarse de la responsabilidad”. “Este sistema político hizo otra cosa: generó un conjunto de políticas (a veces denominadas neoliberalismo) que generaron ganancias masivas de ingresos y riqueza a los que estaban en la cima, pero cuasi estancamiento en todas partes”. “Pronto, un país a la vanguardia del progreso científico se caracterizó por la disminución de la esperanza de vida y el aumento de las disparidades en la salud”. “La promesa neoliberal de que las ganancias de riqueza e ingresos llegarían a los de abajo era fundamentalmente falsa”. “A medida que los cambios estructurales masivos desindustrializaron gran parte del país, los que quedaron atrás se vieron obligados a valerse por sí mismos”.
“Como hemos visto repetidamente, el espíritu empresarial de los estadounidenses, combinado con la ausencia de restricciones morales, proporciona una amplia oferta de charlatanes, explotadores y aspirantes a demagogos”. “Pero no deberíamos dormir cómodamente hasta que se aborden los problemas subyacentes”. “Muchos implican grandes desafíos”. “Debemos conciliar la libertad de expresión con la responsabilidad por el enorme daño que las redes sociales pueden y han causado, desde incitar a la violencia y promover el odio racial y religioso hasta la manipulación política”. “Estados Unidos y otros países han impuesto durante mucho tiempo restricciones a otras formas de expresión para reflejar preocupaciones sociales más amplias: no se puede gritar fuego en un teatro abarrotado, participar en imágenes de abuso infantil o cometer calumnias y calumnias”. “Es cierto que algunos regímenes autoritarios abusan de estas limitaciones y comprometen las libertades básicas, pero los regímenes autoritarios siempre encontrarán justificaciones para hacer lo que hagan, independientemente de lo que hagan los gobiernos democráticos”. “Los estadounidenses debemos reformar nuestro sistema político, tanto para garantizar el derecho básico al voto como la representación democrática”. “Además, la pandemia ha subrayado la magnitud de las disparidades económicas y de salud del país. Como he argumentado en repetidas ocasiones, los pequeños ajustes al sistema no serán suficientes para hacer grandes avances en las arraigadas desigualdades del país”. “La forma en que Estados Unidos responda al ataque al Capitolio dirá mucho sobre hacia dónde se dirige el país”. “Si no solo responsabilizamos a Trump, sino que también nos embarcamos en el duro camino de la reforma económica y política para abordar los problemas subyacentes que dieron lugar a su presidencia tóxica, entonces hay esperanza de un día mejor”.
