Plan migratorio de Biden

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23 de enero de 2021
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12:02 am
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Plan migratorio de Biden

Infraestructura resiliente ante desastres

Por: Álvaro Sarmiento
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Esta semana inicia la presidencia de Joe Biden, 46 presidente de los Estados Unidos de América, el país más poderoso del mundo y guste o no, ambiente económico y social al cual está unido a través de muchas arterias y nervios Honduras.

Uno de los temas altamente prioritarios en la política doméstica del nuevo presidente, es el migratorio. Biden pudo perfectamente tomar una decisión digamos estratégica, evitar en el corto plazo temas heredados de la administración Trump, altamente complejos y donde no tiene necesariamente todo el respaldo legislativo que necesita y concentrarse en asuntos donde la polarización y desajuste político más bien han concentrado una buena cantidad de amigos, tal es el caso del regreso de los EUA a los compromisos internacionales del medio ambiente (Acuerdo de París).

Para sorpresa de muchos, ha anunciado una propuesta legislativa para tratar de arreglar de una vez el tema migratorio. Aunque se desconocen los detalles, se habla de una ley que permita la legalización de al menos 11 millones de emigrantes ilegales. Muchos de ellos compatriotas del Triángulo Norte de Centroamérica (Honduras, Guatemala y El Salvador).

Es lógico adelantar, que se trata de resolver el problema, de inmigrantes que ya están viviendo y trabajando, sin problemas criminales en los EUA, por lo tanto no se incluiría a los miles de compatriotas que han tratado de cruzar Guatemala y México recientemente, mediante las llamadas caravanas, y que ha puesto a prueba al menos los compromisos adquiridos por el gobierno hondureño con estos países y los propios EUA.

La reforma de Biden, al menos la línea base que se perfila es aumentar el doble la cantidad de “Green Cards”, residencias, y disminuir sustancialmente el costo de su gestión, un tema de peso para la gran mayoría de inmigrantes centroamericanos. De esta manera, la meta sería que la gran mayoría de estos 11 millones de inmigrantes ilegales puedan recibir la residencia en cinco años, abriendo la posibilidad que tres años después soliciten la ciudadanía.

De aprobarse la ley, el efecto positivo para la economía norteamericana, los inmigrantes, nuestros países (mayor seguridad en remesas, estabilidad del tipo de cambio, etc.) y para la propia institucionalidad del gobierno de los EUA sería innegable.

Lamentablemente, es poco probable que el reparto de poderes del Senado permita que una ley así pueda aprobarse al menos en esta legislatura. Aquí parece que se pondrá a juego la habilidad política de Biden para negociar una legislación menos ambiciosa pero que tenga mejor viabilidad política.

El plan B del presidente, sería una medida temporal que depende exclusivamente de su poder, optar por la utilización de TPS ampliado, ya que la pandemia y en nuestro caso aunado a los desastres naturales de noviembre pasado, pueden justificar tal medida. Actualmente 75,000 compatriotas están protegidos por ese estatus hasta octubre del presente año.

Otra gran duda de los expertos en la materia es si la nueva legislación potencia la entrada temporal de trabajadores no especializados (construcción, agricultura, etc.) o se concentrará en trabajadores altamente calificados, que seguramente no es el perfil del inmigrante hondureño. Por los momentos, es una buena noticia, para los que ya están en EUA. Tema aparte, las caravanas de catrachos desesperados buscando un sueño americano, escapando de una pesadilla hondureña. La reforma Biden no está dirigida necesariamente a ellos.

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