A 29 años del brutal asesinato de Ricci Mabel

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13 de febrero de 2021
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12:46 am
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A 29 años del brutal asesinato de Ricci Mabel

Su muerte conmovió a toda la sociedad de principios de la década de los noventa.

Hola mis amables lectores aquí en Honduras y fuera de nuestras fronteras. Después de un corto período de receso de labores, vuelvo con ustedes. Solo para comenzar una nueva faena periodística reviviendo -con pesar- recuerdos no gratos para todo un pueblo.

Pero la historia debe ser contada a estas nuevas generaciones. Aunque lleve chongos de luto y dolor. Mucho dolor prolongado… porque los feminicidios continúan.

A raíz de aquel suceso ocurrido en 1991, hace ya 29 años, hoy se recuerda y vuelve a cubrir de llanto e indignación el sentimiento de diferentes sectores, al encontrarnos con otro feminicidio (de los muchos que han ocurrido desde la normalista). El de la enfermera Keyla Martínez. Paradójicamente con el mismo apellido de Ricci Mabel Martínez. Aunque no creo que tengan algún parentesco familiar.

Nuevamente los cimientos de impotencia y repudio a quienes lo perpetraron vuelven a moverse. Como en aquella ocasión, las protestas de una preocupada sociedad se han dejado sentir. Reclamando y exigiendo justicia. Otra muerte. Que no quede como aquella. En la impunidad.

A raíz de la muerte de Ricci, al estudiantado de su colegio la Normal Mixta, se le unió en protesta otros colegios. El Jesús Aguilar Paz frente al Ministerio de Educación.

¿QUÉ PASÓ CON LOS DE RICCI?

En base a los sucesos que trascendieron, los narramos así: Una joven llamada Riccy Mabel Martínez Sevilla, nacida en La Ceiba, Atlántida, deja su natal ciudad para terminar sus estudios secundarios en la que fue la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio de Tegucigalpa. Tenía 17 años.

Se dijo que era una joven alegre, conversadora, entregada a sus estudios, con excelencia académica, pero también su corazón latió hacia un joven. Rubén Hurtado, su novio, fue reclutado para cumplir el servicio militar obligatorio que se imponía en aquella época.

13 de julio de 1991. Día sábado, 3 de la tarde. Sola, decide visitarlo en el Batallón de Comunicaciones ubicado en Las Tapias en las afueras de Tegucigalpa. Esa cita con el amor se convertiría en su peor pesadilla. Llevaba otro fin, solicitar su liberación.

Desde ese día la joven desaparece. Sus familiares y compañeros la buscan con desespero. El misterio se agrandaba. Dos días después se encontraron con lo temido.

Mediante varias llamadas anónimas hechas por los presuntos asesinos a la Policía y al director de la Escuela Normal Mixta Pedro Nufio, Isidro Pineda, encuentran el cuerpo sin vida de Riccy Mabel en la conocida quebrada “El Sapo” de la colonia Cerro Grande.

Era ya lunes 15 de julio. Siete y media de la mañana. El cadáver yace desnudo, mutilado y en estado de descomposición. El cuerpo torturado de la adolescente fue colocado presumiblemente la madrugada del domingo 14 de julio en una hondonada de aproximadamente cinco metros de profundidad y de difícil acceso.

El entonces director de la Normal Mixta, Isidro Pineda, dando declaraciones a la prensa. Trascendió que anónimamente lo llamaron los supuestos autores del crimen diciendo donde se encontraba la alumna.

DANTESCA ESCENA

Su cuerpo presentaba muestras de extrema crueldad demencial, barbarie y sadismo. Mutilaciones, cuero cabelludo desprendido, hematomas en la cara, golpes en el ojo derecho, profunda herida en la frente.

También fracturas en diferentes partes del cuerpo especialmente en el cráneo (parietal izquierdo) y los huesos de las manos (falanges). Dentadura quebrada, sin lengua, sin el seno derecho, sin genitales, vulva destruida a causa de una violación masiva.

Para mayor asombro, sin las principales vísceras que supuestamente fueron extraídas por las aves de rapiña (antropofagia) atraídas por la gran cantidad de semen en el órgano sexual de la víctima.

Hasta ese momento, el resultado de las investigaciones arrojaba que había sido raptada, violada y luego asesinada.

Según el examen forense hecho por el FBI de los Estados Unidos, Riccy fue violada por varios hombres y de varias formas. En su ropa interior se encontró semen de cuatro sujetos. La sociedad de entonces se conmocionó.

Instalaciones del Primer Batallón de Comunicaciones de entonces. Centro de atención de autoridades, prensa y curiosos a raíz del histórico caso.

SIGUIERON LAS INVESTIGACIONES

La pieza clave en la investigación fue un humilde paletero de nombre Esteban García. Aseguró haber visto a Riccy por última vez con vida. Su relato. Dijo que eran casi las 6 y media de la tarde y en esa zona de las afueras de Tegucigalpa ya no se encontraba transporte público.

Había terminado de vender sus paletas y se disponía a regresar al centro de Tegucigalpa. Necesitaba un flete para él y su carreta. En el trayecto de salida del Primer Batallón de Comunicaciones se encuentra, de casualidad, con la joven normalista la cual -relató- fue recogida por un pick-up Hyundai Pony amarillo.

García fue asesinado en 1997 en un aparente asalto en la colonia Alemania. Cerca de donde fue encontrado el cuerpo de Ricci.

Los detenidos por este histórico caso fueron el coronel Ángel Castillo Maradiaga, comandante del batallón donde estaba haciendo el servicio militar el novio de la normalista y el sargento Santos Olivares Fúnez. Llevados a Penitenciaría Central un 23 de agosto del mismo año.

El humilde paletero Esteban García (QEPD) testigo clave en el sonado caso.

SENTENCIADOS

Después de un largo y lento proceso judicial, fueron sentenciados por el Juzgado de Letras Segundo de lo Criminal el 11 julio del año 1993. Castillo Maradiaga fue dictado a 16 años, mientras Olivares Fúnez a 11 años. Maradiaga fue puesto en libertad diez años después.

Pese a que hubo personas sentenciadas, nunca se supo a ciencia cierta quienes fueron los actores materiales que cometieron el salvaje crimen contra la joven Ricci Mabel…

Y por hoy hasta aquí amables lectores. Hemos dejado otra HUELLA histórica de un acontecimiento que conmovió a la sociedad de entonces. Hace ya 29 años…

HASTA PRONTO Si Dios lo permite…
QUE EL SEÑOR NOS BENDIGA Y CUIDE A TODOS.


HOY, LA SOCIEDAD VUELVE A CONMOCIONARSE POR LA TRÁGICA MUERTE DE KEYLA MARTÍNEZ

El hecho es ya de todos conocido. La joven enfermera resulta muerta después de ser arrestada -junto a su acompañante, un médico- en horas de la noche del pasado 6 de febrero en su ciudad natal, La Esperanza, Intibucá, durante un operativo policial por el decretado toque de queda.

Luego de pasar por más de tres horas en la posta policial de ese sector, los agentes la llevaron al Hospital Enrique Aguilar Cerrato supuestamente con signos de asfixia. Pero personal que estaba en turno dijo que la joven ya llegó muerta al centro asistencial.

El martes pasado, el Ministerio Público a través de su vocero Yuri Mora, informó: “que la autopsia refleja que la muerte de esta joven fue por asfixia mecánica, de acuerdo con Medicina Legal lo que demuestra es que fue un homicidio”.

En primera instancia, en un comunicado oficial, la misma Policía había dicho que ella había intentado suicidarse por la vía de suspensión.

Por su parte Migdonia Ayestas, coordinadora nacional del Observatorio de la Violencia de la UNAH (OVUNAH) dijo que en lo que va de este año 2021 se contabiliza al menos 25 mujeres asesinadas. La mayoría de ellas menores de 30 años.

Mientras tanto, otros casos de feminicidios siguen ocurriendo en el resto del país. Ante ello, crece la indignación popular y exigen justicia en estos y otros casos. Para que no queden en la impunidad. Como el de Ricci Mabel…

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