Trump hace pagar a quienes se oponen a él

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14 de febrero de 2021
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09:49 pm
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Trump hace pagar a quienes se oponen a él

(LASSERFOTO EFE)

Washington, (EFE).- Con la absolución en su segundo “impeachment”, el expresidente estadounidense Donald Trump ha demostrado que mantiene las riendas del Partido Republicano gracias a su enorme popularidad entre los votantes, quienes ya están haciendo pagar un alto precio a los conservadores que quisieron declararle culpable.

Uno de los siete republicanos que apoyó la propuesta de los demócratas para condenar a Trump por el asalto al Capitolio es Bill Cassidy, senador de Luisiana y que anoche fue “censurado” por el Partido Republicano de su estado, en lo que se considera uno de los mayores castigos que puede aplicar una formación local.

No obstante, en una entrevista el domingo en la cadena ABC, Cassidy se mostró confiado en que el tiempo hará entender su decisión a los vecinos de Luisiana y consideró que la formación debe abandonar el culto a la personalidad de Trump para volver a sus valores tradicionales.

Parte de los republicanos quieren que el trumpismo siga atado al partido que lo acogió en 2016 con la llegada de Trump; pero, otros, como Cassidy, temen que esa ala más radical les haga perder votos en el centro y apuestan por volver a los valores tradicionales de la formación.

Además de Cassidy, otros dos republicanos que votaron contra Trump recibieron el domingo críticas de sus constituyentes. Se trata de los senadores Richard Burr de Carolina del Norte y Patrick Toomey de Pensilvania, quienes el próximo año se retiran de la política, por lo que gozaban de más libertad que sus correligionarios para votar a favor de una condena.

De hecho, de los siete republicanos que rompieron filas, solo una de ellos, Lisa Murkowski de Alaska, se presenta a la reelección en 2022; mientras que tres (Cassidy, Susan Collins y Ben Sasse) acaban de ser reelegidos, por lo que no tendrán que enfrentarse a las urnas hasta 2026.

Mientras tanto, Mitt Romney, excandidato presidencial republicano en 2012, se ha consolidado como una figura de oposición a Trump, algo que goza de cierta popularidad en su estado, Utah.

El miedo a ser objeto de la ira del trumpismo influyó, según los demócratas, en la decisión que la mayoría de republicanos tomó para absolver al exmandatario.

El resultado muestra que no habrá un divorcio inminente entre el trumpismo y los conservadores, en gran parte, porque Trump ha dejado claro que tiene intención de seguir copandando titulares y rechaza la idea de pasar a un retiro silencioso, como han hecho tradicionalmente los expresidentes.

De hecho, el magnate tiene previsto reunirse la semana próxima en Florida con el senador Lindsey Graham, uno de sus más fieles aliados, para hablar sobre el futuro de la formación.

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