Más sobre la nefasta corrupción

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18 de febrero de 2021
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12:17 am
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Más sobre la nefasta corrupción

Por: Jorge Roberto Maradiaga
Doctor en Derecho Mercantil, catedrático universitario y especialista en Derecho Aeronáutico y Espacial.

Tal como señalamos en uno de nuestros artículos, los problemas de la corrupción en la administración pública están vinculados a la falta de instituciones fuertes, que se sobrepongan a los gobernantes del momento y permitan la continuidad de las políticas y acciones del Estado; queda claro que el sistema político y de representación vigente en nuestro país, otorga a los gobernantes de turno la centralización en todas las decisiones importantes.

Destacan los estudiosos del tema, la centralización es vista como una de las causas de la corrupción unida a otros elementos no menos importantes como son: 1. La falta y/o violación de controles internos, que contribuyen con la creación de beneficios personales o grupales; por ejemplo a pesar que existe una resolución que prohíbe a los ciudadanos y ciudadanas ocupar más de un puesto remunerado en el gobierno, estos se las ingenian para acceder a los fondos públicos por diferentes vías como son ayudas y contrataciones puntuales; 2. Debilidad de los organismos de control financiero, siendo los principales problemas la dependencia del Poder Ejecutivo, la falta de personal técnico capacitado y experimentado y de mecanismos e instrumentos que le permitan prevenir los fraudes o detectarlos; 3. La debilidad de los marcos legales que previenen y sancionan la corrupción administrativa en diferentes niveles 4. La ausencia de información y la falta de rendición de cuentas de los/as funcionarios/as, así como la poca participación de la ciudadanía en el seguimiento a las acciones gubernamentales; 5. La degradación moral y la ausencia de ética en el ejercicio de las funciones públicas, el interés fundamental para acceder a posiciones públicas se debe principalmente al interés por engrosar el patrimonio personal; y, 6. La complicidad de diferentes sectores con la corrupción.

Cuando hablamos de la corrupción administrativa, hacemos referencia a las transacciones de beneficio mutuo, para los dirigentes que ocupan posiciones privilegiadas y los seguidores que, ocupando posiciones subalternas, obtienen sin embargo una actividad de sobrevivencia o una vía de movilidad social a través del usufructo de las instituciones públicas.

Es un imperativo categórico desarrollar una campaña estratégica con miras a crear una verdadera conciencia ciudadana, en la cual toda persona que ocupa un cargo político o administrativo, esté consciente de haber llegado a ese cargo justamente por sus valores éticos y morales y que su aspiración es servir al pueblo con absoluta transparencia y efectividad y que en función del sustantivo avance generado por las tecnologías de la información y la comunicación, se implante en el país el gobierno electrónico, mismo que conllevará entre otras cosas: 1. La contratación pública electrónica; 2. Compras eficientes y transparentes por medios electrónicos; 3. La vigilancia electrónica; 4. La teleeducación; 5. El teletrabajo; 6. La telesalud; 7. La administración de justicia automatizada; 8. El documento nacional de identificación electrónica; 9. El voto electrónico; 10. Un Congreso Nacional automatizado y muchas otras cosas o accionares, que vengan a generar un cambio cualitativo en el país, de tal manera que todo ciudadano (a) diga, he venido a este cargo a trabajar no a robar.

Los hechos nos demuestran en forma contundente y categórica la cantidad de casos propios de un accionar corrupto que tanto daño genera para el pueblo, hundido actualmente en la peor de las miserias y desesperación. Recuérdese que en el marco de la crisis que vivimos en materia de salud (COVID-19) y con el supuesto propósito de contrarrestar su promoción o impacto negativo, se concretaron una cantidad de transacciones (compra de hospitales móviles) que más se convirtieron en un saque sustantivo del dinero del pueblo, accionar que en ninguna circunstancia puede permanecer en la impunidad.

Evidentemente, la lucha contra la corrupción no es una tarea del gobierno o de un sector en particular; debe ser realizada con el concurso de todos los sectores que conforman la sociedad. Algunos sostienen que se trata de un cáncer, pero detectado en tiempo y tratado con las medicinas adecuadas, es posible superarlo.

Existen múltiples formas de enfrentar la corrupción, una de las estrategias fundamentales es lograr la institucionalización del Estado y de manera particular garantizar la transparencia de las decisiones y acciones que se generan desde este. Sin duda que esto permitirá dar un salto importante en los procesos de cuestionamiento a la ilegalidad. Se trata de dar respuestas políticas y técnicas, siendo uno de los aspectos principales modificar la estructura centralista del Estado.

Indiscutiblemente, es preciso que los organismos gubernamentales y las organizaciones que reciben fondos estatales lleven a cabo procesos de rendición de cuentas obligatorios. Que se creen estos mecanismos de rendición de cuentas con la participación de las organizaciones de la sociedad civil y la ciudadanía en general.

A nivel internacional se han emitido normativas con miras a contrarrestar la corrupción y si efectivamente en Honduras se quiere un cambio cualitativo esos instrumentos deben incorporarse o suscribirse y garantizarse que el funcionario público llegue a trabajar no a robar.

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