“Dilema del Prisionero” en Honduras

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19 de febrero de 2021
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12:04 am
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“Dilema del Prisionero” en Honduras

Por: Óscar Núñez Sandoval
PhD Economista

En un artículo anterior (LA TRIBUNA, 9 de febrero, 2021) comentaba sobre los aportes a la Teoría de los Juegos, del doctor John Nash. Seguro algunos lectores recordarán la película A Beautiful Mind (título en inglés), en la cual el actor Russell Crowe, protagonizando a John Nash, introduce, en una escena en un bar con sus amigos de la universidad, el concepto de “Equilibrio Nash”. Ahondando en esa línea de pensamiento, un ejemplo de este Equilibrio es el llamado “Dilema del Prisionero”.

El Dilema del Prisionero se resume en que la Policía ha detenido por un delito menor a dos delincuentes, quienes son sospechosos de cometer un delito mayor; sin embargo, no existen pruebas para condenarles por ello, pero sí por el delito menor. Ambos prisioneros (separadamente) reciben de un fiscal una oferta de reducir sus penas si cooperan con la justicia y delatan a su compañero de cometer el delito mayor. Cada uno tiene la opción de delatar o no al compañero. Por lo tanto, la decisión de cada prisionero afectará el futuro del otro. Al final se demuestra que ambos prisioneros al no confiar uno en el otro; o sea, con la ausencia de cooperación, seleccionan delatar al compañero. Con ello se alcanza el llamado Equilibrio Nash. Contrariamente, si ambos se callan y no delatan al compañero obtendrían penas menores (una solución óptima).

En la vida real tenemos muchos ejemplos de interacciones humanas, en el plano internacional entre estados, en las que se obtiene un resultado similar al planteado en el Dilema del Prisionero. Algunos ejemplos donde encontramos situaciones semejantes a las planteadas son: el caso de la explotación y protección del bosque y otros recursos naturales. En las ciencias políticas, en negociaciones entre países de tratados de diferente naturaleza.

Quiero enfatizar que, bajo cualquier ámbito (juego), las soluciones óptimas se alcanzan únicamente cuando se establece la confianza y cooperación entre las partes (jugadores). En Honduras, los ciudadanos/as al elegir aquellos/as candidatos/as que participan en las diferentes elecciones de este año, estamos depositando la confianza en ellos/as. Quienes con su liderazgo y esfuerzo deberán conducirnos, a través de la concertación, con todos los miembros de la sociedad, a olvidar rivalidades y a reestablecer la unidad y armonía del país. Este proceso es necesario para alcanzar compromisos, que trasciendan el ciclo electoral, en diferentes áreas: Estado de derecho, alivio de la pobreza, seguridad y lucha contra la corrupción. Y en este contexto pospandemia en particular, para recuperar el crecimiento económico, donde se requerirá de mucho liderazgo y una amplia concertación para alcanzar la confianza del sector privado y generar inversión, tanto nacional como extranjera, en un marco de estabilidad macroeconómica.

En ese sentido, resaltando la visión sobre la confianza del economista y diplomático estadounidense George P. Shultz, (QEPD), un profesional con una larga trayectoria privada y pública, en diferentes gobiernos en los Estados Unidos. El doctor Shultz, ejemplificando con diferentes circunstancias de su vida, decía lo siguiente:

“Me sorprende que exista una lección que aprendí temprano y luego reaprendí una y otra vez: La confianza es la moneda del reino. Cuando la confianza estaba en la habitación, cualquiera que fuera la habitación que había -la habitación familiar, el salón de clases, el vestuario, la sala de oficinas, la sala del gobierno o la sala militar- sucedieron cosas buenas. Cuando la confianza no estaba en la habitación, las cosas buenas no sucedieron. Todo lo demás son detalles”. (Traducción libre).

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