LA OPS, LOS RICOS Y LAS VACUNAS

ZV
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22 de febrero de 2021
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12:30 am
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LA OPS, LOS RICOS Y LAS VACUNAS

LOS países más ricos del mundo acaparan el acceso a las vacunas anticovid, denunció el canciller mexicano en la ONU, en un llamado a “revertir la injusticia (…) porque de ello depende la seguridad de toda la humanidad”. “Nunca habíamos visto una división tan profunda que afectase a tantos en tan poco tiempo”, dijo el mexicano en una videoconferencia virtual del Consejo de Seguridad de la ONU. ¿Y esas quejas de qué sirven si de la misma parsimoniosa burocracia internacional dependen esas lentas instituciones internacionales que entablaban pláticas con las farmacéuticas para conseguir vacunas, cuando ya estas estaban saturadas de contratos y pedidos de los que se reparten con la cuchara grande? Tarde pillaron, cuando tantas veces hemos advertido de ese acaparamiento alagartado que hasta ahora denuncia el canciller mexicano.

Aparte de ello, México se agenció ser centro de distribución de las vacunas para los países de América Latina. Allí montaron un enorme complejo para la fabricación de AstraZeneca. Recibieron más de 185 observaciones de la agencia reguladora de medicamentos y prácticamente tuvieron que volverlo a hacer. Algunos países devolvieron parte del cargamento de la droga despachada, arguyendo su inefectividad para la inmunización de otras variantes, entre ellas la mutante surafricana. Ahora resulta que montaron demasiado tarde el mecanismo dado por la OPS a los pintorescos paisajes acabados para adquirir la vacuna. Se creó COVAX –justifica el subdirector de la OPS Jarbas Barbosa– “pero el mecanismo tuvo que solicitar donaciones y convencer a los países antes de echar a andar, algo que “tomó meses” durante los que, “como no hay reglas”, los productores comenzaron a hacer acuerdos con países con plata”. (Eso les pasa a los gobiernos atenidos que no se apresuraron a entablar negociaciones directas con las farmacéuticas). Y vaya maldición. Los que se sentaron a esperar pacientemente se quedaron silbando en la loma. Como si no hubiese la suficiente astucia para descifrar que los que tienen plata no iban a quedarse de brazos cruzados aguardando turno. Deteniéndose la quijada mientras la OMS-OPS se despabilara. Haciendo su recolecta para montar su propio mecanismo de distribución. Barbosa, a manera de explicar los retrasos, las demoras –otros dirían que el fiasco de lo prometido– dijo que “habría que estudiar crear un mecanismo como el que aprobó la Asamblea Mundial de la Salud para las pandemias de gripe en el año 2011”.

Por allí deduzca el amable lector la agilidad con que actúan. Habría que estudiar, o sea, mientras el veloz virus contagia y mata gente, no hay nada hecho con la urgencia que la crisis demanda. Sino todo dedicado al estudio cuidadoso, discernimiento minucioso y filosófico de estos fenómenos. La gracia consiste en pagar carísimos emolumentos a consultores, asesores, burócratas internacionales para que estudien, preparen –al paso lento de la dejadez hasta agotar la paciencia– ladrillos de documentos que nadie lee y que poca utilidad tienen. Para que monten mecanismos tardíos y sosegados, para dejar esperando a los ingenuos que los polos se descongelen. Así que el gobierno mexicano fue a quejarse al muro de las lágrimas, no al que le pagan a los norteamericanos virtud del TLC menos favorable que los obligaron a firmar. México es uno de los pocos países con acceso a vacunas que llegó a un acuerdo con el laboratorio anglo-sueco AstraZeneca para producirlas, envasarlas y distribuirlas en la región. ¿Cuántos miles de millones han distribuido hasta ahora a las pobrerías olvidadas y confiadas que siguen esperando que lleguen?

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