¿Seremos siempre los peorcitos?

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22 de febrero de 2021
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12:04 am
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¿Seremos siempre los peorcitos?

Por: Otto Martín Wolf

La OMS ha enviado un cuadro muy dramático sobre los avances del proceso de vacunación contra el COVID-19 en Latinoamérica.

La pregunta es retórica, pero de todas maneras la haré: Cuál es el único país que aún no tiene fecha cierta para recibir la vacuna y empezar a aplicarla a la gente… para que no se muera?

Les voy a dar una pista… es el mismo país que compró y pagó por adelantado unos hospitales que ahora, casi un año después de empezada la pandemia, todavía no funcionan y no se sabe si lo harán.

También es el mismo país que tiene que pagar el flete por esa chatarra.

El exacto mismo país donde una carísima Comisión Interventora fue nombrada para que averiguara qué había sucedido y nunca presentó una aclaración sobre la compra con intermediarios, sobreprecio e inutilidad.

Si no lo ha adivinado le haré de nuevo la pregunta inicial: Por qué tendremos que ser siempre los peorcitos?

Cuando Costa Rica, El Salvador y hasta Panamá a veces nos ganan al fútbol, la verdad es doloroso, pero realmente no tiene importancia.

Pero que esos tres -y toda Latinoamérica- nos lleve la delantera en algo tan importante como la vacuna, es inaceptable y muy triste.

Qué nos sucede? Por qué somos así?

Por qué no se empezó a negociar vacunas en cuanto se supo cuáles laboratorios estaban trabajando en ello?

Y, además, por qué tenemos dinero para un montón de cosas innecesarias y no para salvar las vidas del pueblo?

Se podría aceptar -con vergüenza desde luego- que cuando nos sorprende un desastre natural recurramos a la caridad internacional, pero cuando se trata de la “crónica de una muerte anunciada*” como la pandemia, cómo es que no pudimos empezar a negociar desde el mismo primer instante en que se supo lo que venía.

Cómo hizo Costa Rica para empezar a vacunar hace más de dos meses?

Y cómo El Salvador ya lo está haciendo?

Será que a sus gobernantes sí les interesa el bienestar del pueblo?

Pero aún hay más… hemos tenido un año para planificar la educación pública virtual y, que yo sepa, no se ha hecho nada. Nuestros niños pobres perderán otro año escolar, aumentando la separación de castas con los de clase media y ricos, que el año pasado recibieron clases virtuales y ganaron el año escolar, tal y como lo están haciendo ahora, mientras que en la educación pública ya van por el segundo que pierden.

Será que a nadie le importa?

Cómo es que la educación privada rápidamente se organizó para seguir operando desde el mismo momento en que empezó la cuarentena y la educación pública aún no sabe qué hacer?

Por qué tenemos que ser siempre los peorcitos?

Gran parte de la culpa cae en nuestros gobernantes (de ahora y de todos los tiempos) y en nosotros, que los elegimos y soportamos.

Vienen unas nuevas elecciones, vale la pena hacer una última pregunta: De verdad ve usted a algún candidato que realmente pueda empezar a sacar a Honduras de la lista de los peorcitos?

*Con permiso de García Márquez.

ottomartinwolf.com
[email protected]

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