Juan Ramón Martínez
El jueves desayuné en el Salón del Consistorio Municipal de San Pedro Sula, con Armando Calidonio, Jose Díaz, Lilia Umaña. Mario Rietti y los líderes empresariales, Mario Canahuaty, William Chahín, y Felipe (Picho) Larach. Pedro Barquero, al que llamé repetidas veces, no me respondió, posiblemente por la discusión del precio –que creíamos que el uso era gratuito– de la utilización de las facilidades de la Cámara de Comercio, para operar un “triaje”. (Es una especulación personal. Nada más).
El desayuno a la hondureña, con una rica e inteligente conversación de sobremesa, me llenaron de satisfacción. Reflexionamos sobre dos asuntos. El primero de ellos, las actividades y el Comité por Conmemoración del Bicentenario de la Independencia. Y el otro, el futuro de Honduras, ligado a mi preocupación porque el desarrollo de la tecnología, obligará a países como Honduras, a introducir profundos cambios, sino correrá el riesgo de desaparecer. Les pareció muy buena la idea de traer a Harari, para pedirle que nos explique cómo llegó a la conclusión que, si no hacemos cambios puntuales, desapareceremos. Y con ello, sacar del sopor en que se encuentran las élites nacionales — implicadas en una fiera lucha por el presupuesto que, se disimula bajo el nombre de práctica democrática– y que descubran que, en sus manos, puede desaparecer nuestro país, después de una agonía que representa la pandemia mayor que durante cerca de 200 años, hemos venido sufriendo la pobreza de las mayorías. Cuando les referí que había pensado invitar, además de los líderes económicos, intelectuales y magisteriales, a los candidatos de todos los partidos, en calidad de oyentes, celebraron la iniciativa y me felicitaron. Me sentí muy contento y justificado en lo que estoy haciendo, junto a un grupo de compatriotas, y con el apoyo de varios ministros de este gobierno y funcionarios diligentes que, incluso, sacrifican a sus familiares durante los fines de semana, para asistir a las reuniones en donde se integran las comisiones de celebración en la que participan todos los sectores de la colectividad.
La alcaldía de SPS, tiene organizada su comisión, planificadas las actividades y determinados los recursos, para hacer de la celebración, un encuentro por la unidad de los hondureños, que permita un aumento del sentimiento de identidad nacional, y un crecimiento de la fuerza para impulsar al país hacia el desarrollo. Compartieron conmigo, las observaciones preliminares sobre la psicología de los hondureños, la vocación para hablar mal de nosotros mismos, el que un documento elaborado por los ticos, en los que solo aparece como firmante una joven desconocida, pasando por alto a expresidentes, exministros y empresarios distinguidos que, han hecho mucho por Honduras. Pero, en compensación, les conté la respuesta del departamento de Ocotepeque, el mejor organizado y que, por sus líderes, muestra el mayor entusiasmo. Así como les referí la excelente conversación vía electrónica, que había mantenido el miércoles anterior, con los cónsules bajo el claro liderazgo de Nelly Jerez, viceministra para Asuntos Consulares, así como mis preocupaciones por las Islas de la Bahía, Gracias a Dios, e Intibucá, en donde no se ha organizado una comisión siquiera, en ninguno de sus numerosos municipios.
Y, como anécdota, les referí que Meámbar (Comayagua), es el único municipio que, por miedo al covid-19, no se ha organizado. Sin embargo, 20 personas firmaron una carta, en las que le piden a la ministro de Salud, que reponga en cargos públicos a tres personas que no viene al caso mencionar. Me reí, diciéndoles que seguíamos, como en 1821: los “criollos”, peleando con los “peninsulares”, por los cargos públicos. Al final, el entusiasmo me hizo olvidar que llevaba copias de publicaciones que señalan cómo la comunidad palestina en 1921, construyó un parque que donó a la municipalidad de San Pedro Sula. El olvido lo compensaré, enviándoles los recortes de los periódicos, junto con la pregunta: ¿qué ocurrió con la obra?, porque, con el nombre original, no aparece por ninguna parte. Al final, nos tomamos fotografías con Calidonio, que traje conmigo. No así las de la reunión, que, el alcalde, ha subido a Facebook, recibiendo mucho respaldo de sus amigos. Y las que he compartido con mis compañeros. Las que, además, enviaré a Nelson García para que La Prensa, dé fe de la gentileza, caballerosidad y patriotismo de los líderes empresariales y municipales de SPS.
