Iglesia Católica: desesperanza, pobreza, hambre y violencia azota Honduras
En la homilía dominical en la Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, Carlo Mango Núñez, dijo que “Jesús quiere dejar claro que el final de todo es el triunfo de la vida”, al tiempo que lamentó que Honduras esta afectada por la desesperanza, pobreza, hambre y violencia.
Todos estamos llamados a participar en el misterio de la transfiguración, a ser transfigurados, a llegar a una plenitud de vida, el estadio íntimo de la vida humana no es la nada, sino la transfiguración, la transformación, la vida plena.
“Necesitamos subir al monte, orar como Jesús y percibir ahí la luz pascual. Jesús se manifiesta en su condición de hombre en plenitud, es el rayo de la luz en la oscuridad, es la certeza, de que por muy intensa que sea la tiniebla de la vida y la oscuridad de la noche, el corazón de la vida esta llena de luz, toda la humanidad esta llamada a esa transfiguración”, dijo.
En ese sentido, Jesús quiere dejar claro que el final de todo, es el triunfo de la vida, eso significa la transfiguración de Jesús, como necesitamos nosotros esta experiencia de luz y de gozo, tal vez nos podríamos presentar que transfiguración estamos aportando en nuestro entorno, que luz irradiamos con nuestra vida, con nuestra manera de vivir, creo que él puede transfigurar todo en mí e incluso mis propias sombras y las sombras del sufrimiento y de la muerte.
La reacción de Pedro en este pasaje, al decirle a Jesús: «Maestro, ¡qué bueno es estar aquí!, esta reacción de Pedro demuestra que no se ha enterado de nada, Pedro continua encerrado en sus antiguas creencias, por eso le propone hacer tres tiendas, Pedro se encuentra bien lejos de las penurias de la vida, a nosotros nos pasa lo mismo, como a Pedro, queremos instalarnos en el bienestar, pero hace falta bajar del monte, pero transfigurados y seguir a Jesús en su camino de felicidad hasta el final.
“El riesgo de Pedro y el nuestro, es quedarnos en la gloria del tabor, sin bajar al valle de los que sufren en este mundo, necesitamos bajar al valle de este mundo donde tantos seres humanos sufren el dolor en sus carnes. La desesperanza, pobreza, hambre y violencia que azota a nuestro país”.
Agregó que alentemos la esperanza superando el virus, de la indiferencia del dolor humano, necesitamos bajar al valle y hacer lo que el Señor nos indica, al encuentro del prójimo, al encuentro del que necesita de nuestra mano amiga, como la mano del Señor Jesús.
Meditó que todos somos seres amados y queridos por Dios, en esta experiencia el padre confirma a Jesús, lo que ha realizado es lo que el padre quiere, el Padre lo reconoce como el hijo amado y avala el camino que sigue y que él le enseña, lo pone como referencia de vida, al Señor Jesús, escúchenlo.
“Solo a él debemos escuchar, hace falta hacer la experiencia de la escucha con Jesús. Él es la verdad que libera, en esta escucha profunda, nuestra vida comienza a iluminarse con una luz nueva, una relación vida, con él transforma toda nuestra vida, escuchándole a él, encontraremos el sentido de nuestra vida y de la muerte”, enfatizó.
También las palabras dichas desde la nube manifiesta la identidad de Jesús, Jesús es el hijo amado, todo ser humano es también hijo amado, soy consiente que la última verdad de mi vida, es que soy amado de Dios, miesntras no escuchemos dentro de nuestro interior la voz de Dios que nos asegura que somos como Jesús, el hijo amado, no podremos vivir con sentido en esta vida”, sostuvo.
