Los pájaros y la cultura guaraní: una gran lección en tiempos de COVID-19

Por: Mayra Falck

Desde pequeña me ha encantado escuchar a los hermanos Silva y también he tenido amigas paraguayas donde la cultura guaraní es parte del día a día. Muchas cosas se aprenden de esa cultura, y la principal en mi criterio es su pensamiento sobre la muerte y la forma de asumirla.

La COVID-19 nos ha traído mucho en qué pensar en cuanto a nuestro estilo de vida. Ha sido un elemento de cambio en la realidad y la cotidianidad, pero tal vez la lección más fuerte, es que nos ha develado la muerte de una manera tan extrema que ya las estadísticas no dicen nada, pues alguien cercano, amigo, familiar, conocido, compañero de trabajo, nos ha puesto al lado el ejemplo del arte de saber partir y saber dejar ir a nuestros seres queridos.

Particularmente, hay una canción preciosa que habla del pájaro chogüí, cuenta la leyenda que en un árbol se encontraba un indiecito guaraní, que sobresaltado por el grito de su madre perdió apoyo, se cayó y murió. La canción continúa diciendo que por sortilegio el indiecito en pájaro chogüí se convirtió, y desde ese día en los naranjales se escucha el canto del pájaro chogüí. De verdad que pensar en qué podemos abrazar a nuestros seres queridos en la naturaleza es algo tan maravilloso.

Pero, además otra leyenda guaraní dice que el alma continúa su existencia y se desprende del cuerpo y vuela a ocultarse en una flor, esperando que “mainimbu” que no es más que el colibrí, llegue a recoger las almas y llevarlas al paraíso. Es por lo que el colibrí vuela de flor en flor.

Tengo la sensación de que esas dos leyendas, relacionadas con los chogüí y mainimbu nos enseñan que por una forma de ser y pensar, la vida continúa después de partir, y allá, en ese infinito donde cada uno piensa que están nuestros seres queridos, la vida es algo diferente, pero en ese transitar hay pájaros que llevan su canto y su alegría para hacernos sentir que nuestros seres, están en mejor lugar.

Lo creo, lo vivo y lo entiendo, pues la vida con su fragilidad nos ha enseñado en tiempos de la COVID-19 que cuidarnos y entregarnos a los demás, puede ser el privilegio de tener paz y armonía, y al tener la armonía nos damos cuenta de que el chogüí y mainimbu están allí para darnos esperanza y un pensamiento mucho más importante sobre cómo los seres trascienden a otros espacios.