Bajo la “ley” del más “manudo” están autopistas
En las calles y bulevares del Distrito Central, los conductores “alocados” que irrespetan las señales de tránsito imponen su voluntad y agravan el tráfico vehicular, problema que ni la pandemia del COVID-19 ha logrado ponerle fin.
Ante la falta de sanciones y acciones preventivas a lo largo y ancho de las autopistas de la capital, la imprudencia de una gran cantidad de conductores mantiene en vilo a miles de personas que a diario salen contentas rumbo a sus trabajos, pero de repente se llenan de amargura al verse atrapados en filas de automóviles que parecen no tener fin.
Según representantes en el área de seguridad vial, desde hace muchos años la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) carece del personal necesario para trabajar de forma eficiente en el orden vial.
SIN SUPERVISIÓN
Al ver que ningún agente de Tránsito los vigila, muchos “locos del volante”, especialmente del transporte de pasajeros, maniobran en muchos casos de forma imprudente.
Por si fuera poco, un creciente número de conductores de motocicletas, buses y taxis “brujitos” que no siguen las rutas establecidas por el Instituto Hondureño del Transporte Terrestre (IHTT), provocan que en algunas zonas de alta concentración la problemática se agudice, como ocurre en el centro de la capital.
A falta de un diseño efectivo de circulación del transporte de pasajeros, muchas arterias viales reducidas, con poca capacidad de circulación vehicular, colapsan cada vez que los capitalinos se dirigen o salen de sus trabajos. (KSA)
DATOS
Las colas de automotores se extienden de una cuadra a otra, por lo que cientos de conductores se quedan “varados” hasta tres horas para llegar a sus lugares de destino. Asimismo, la falta de estacionamientos causa que los conductores invadan las calzadas principales, por lo que los carriles pierden aún más espacio de circulación.