El voto razonado

MA
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9 de marzo de 2021
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01:23 am
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El voto razonado

Rafael Delgado Elvir
Economista. Catedrático universitario

El próximo domingo 14 de marzo el Partido Liberal (PL), el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), así como el Partido Nacional (PN), han convocado a participar en la elección de sus autoridades partidarias y de sus candidatos a cargos de elección popular. Nuevamente estamos ante una cita histórica de nuestro calendario que marca el momento para definir a los que se presentarán en las elecciones generales de noviembre. Entre los elegidos de este domingo estarán los que finalmente dirigirán desde las diferentes posiciones políticas los destinos de este país. Con todas las imperfecciones que acarrea este proceso electoral, los ciudadanos no podemos escoger quedarnos en casa y ver cómo otros definen las elecciones por nosotros.

Es mucho lo que está en juego. Con todos los efectos de la pandemia, más los problemas que venimos acumulando por la corrupción, la negligencia, el irrespeto a la Constitución y las leyes, el futuro del país en las mismas manos configura un panorama muy precario para todos. Por ello, de esta situación solamente se saldrá con políticos de una nueva calidad sin el lastre del pasado reciente; con líderes que convoquen a la unidad nacional, no para repartir el poder en pedazos a los políticos hambrientos de ventajas, poder e impunidad, sino para generar fuerza y consenso con los mejores hondureños alrededor de la propuesta que nos orientará para empezar a resolver nuestros problemas. Por ello es necesario que los hondureños envíen con su voto razonado un mensaje claro escogiendo las mejores corrientes dentro de los partidos políticos y dentro de ellas las mejores personas.

Son muy poderosos los mecanismos del atraso funcionando dentro de todos los partidos. Siguen allí y amenazan con llevarse todo para ellos. Los mensajes que se han enviado desde hace varias semanas son muy claros: no hay que votar por candidatos cuestionados por su pasado ligado a comprobados actos de corrupción; por candidatos que han demostrado haber estado al lado de los corruptos a la hora de tomar decisiones desde sus posiciones en el Congreso Nacional, en el Ejecutivo y demás espacios políticos; por candidatos ligados al lavado de activos, con vínculos con el narcotráfico y con expedientes que solamente indican que descaradamente se han aprovechado de sus posiciones políticas para enriquecerse y finalmente reírse de la gente que les ha concedido tremendas posiciones.

En mi caso participaré en las elecciones del Partido Liberal y votaré por los candidatos a la Presidencia, alcalde y diputados del movimiento Recuperar Honduras, que encabeza Luis Zelaya. Lo haré, ya que esta corriente abrió los espacios para lanzar una oposición clara a una serie de decisiones fatales del actual gobernante. Fueron cosas básicas las que se plantearon, pero al final representaban el deseo de muchos hondureños por ver que desde el PL se articulará una propuesta de oposición frente a un gobierno muy cercano a la corrupción, a la negligencia y a la ilegalidad. Con ello se demostró un rechazo a esa idea que permeó a algunos sectores del PL de congraciarse con el gobernante en aras de garantizar una supuesta estabilidad política y gobernabilidad y que resultó ser finalmente muy cara precisamente porque solamente le dio oxígeno a nefastas decisiones que hoy estamos pagando. La corrupción ascendente en amplios espacios del poder público, el financiamiento del narcotráfico de las campañas electorales, la oposición a la MACCIH, el nuevo Código Penal entre otras cosas han sido fatales para el país y han gozado para su ejecución o aprobación de aliados que nunca lo debieron ser.
No me hago ilusiones, ya que entiendo la magnitud de los problemas del país y las limitaciones de los políticos de la oposición al régimen. Pero es urgente iniciar con una clara victoria del sector más avanzado del PL para inmediatamente después convocar a los mejores liberales y hondureños a unirse en un programa que ponga fin a esta nefasta etapa histórica del país.

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