Noé Pineda Portillo
“A las matas callando”, pero tenemos embajador ruso, aunque también en forma concurrente y cosa curiosa, los países más pobres de Centroamérica, son los que toman tales decisiones. Bueno, en el caso de Nicaragua, fue muy razonable por razones de defensa y diferencia política en contra de los “gringos”, pero en el caso de Honduras, parece un poco raro tratándose de un gobierno conservador, a no ser, como lo dicen los medios, por salvar los castigos sobre la corrupción. Esto también nos recuerda otro episodio similar, cuando el presidente Carlos Roberto Flores Facussé, se despedía del poder, entablaba relaciones con Cuba, con quien teníamos un distanciamiento de varios años, sin habernos hecho nada malo, al contrario, nos ayudó mucho con otra crisis de salud. Por eso, vinieron en cooperación cientos de médicos cubanos en ayuda de nuestra población.
Pero viéndolo desde la óptica de la libertad y soberanía que debe mantener todo estado, Honduras debería de mantener relaciones internacionales con todo el mundo, especialmente los que a la corta o a la larga le beneficien con tales relaciones, como las de comercio, cultura, diplomáticas, cooperación, tecnología y educación y sobre todo las que se refieren inversión financiera. Al caso, es importante, la entrevista que le hizo nuestro periódico LA TRIBUNA al embajador de la Federación rusa, señor Alexander Nikolaevich, cuando entregó sus cartas credenciales al gobierno de Honduras a principios de este mes de marzo. El acto se llevó a cabo en medio de las negociaciones que le permiten al país acceder a 4.2 millones de la vacuna Spunik V, para inmunizar a más de dos millones de hondureños vulnerables al coronavirus. Expuso el embajador ruso “que su presencia obedece a favorecer las relaciones bilaterales en todos los campos, tales como las comerciales, educación y culturales en un ambiente de amistad”.
Rusia exporta a Honduras solo algunos fertilizantes, metales y cartón, cuando es un país que tiene una enorme cantidad de productos industriales, su economía se basa en 68% en la producción de gas, petróleo, diamantes, armamento y tecnología; mientras que Honduras envía apenas unos productos agrícolas, sin embargo, ahora tendríamos un amplio mercado abierto a los productos tropicales y de nuestra pequeña industria que pronto se abre más espacio. Los tiempos van cambiando y los países pequeños y en grupos regionales como Centroamérica, tienen que ir avanzando para ir buscando el desarrollo, ya es tiempo de ir tras las rutas al desarrollo a través del buen uso de nuestra soberanía nacional.
