Por qué he desistido

MA
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16 de marzo de 2021
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01:05 am
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Por qué he desistido

Juan Ramón Martínez

Creí que era fácil renunciar a un esfuerzo de casi tres años, destinado a conmemorar el Bicentenario de la Independencia. Siempre lo había hecho sin problemas, por lo que solo en dos casos, me han despedido de los cargos. Por supuesto, el enfoque inclusivo, la dirección de abajo hacia arriba, el involucramiento del liderazgo
local y el evitar que, se confunda la celebración patria con el gobierno, con los titulares de los poderes públicos y a Honduras con los errores y las maldades, hicieron complicada la retirada. Mi familia se dividió. Nora se opuso. Mis hermanos, estuvieron de acuerdo. Una por razones sanitarias y el otro por consideraciones políticas. Mis hijos, respetaron mi opinión y el mayor, creyó que era oportuna, para atender dos problemas de salud que me obligan salir al exterior. Pero la mayor oposición provino de Leonel Ayala –ministro de Gobernación, que cree en el proyecto–, Alejandra Hernández que no le niega simpatía, y Ricardo Cardona que la asumió como un fracaso
personal, porque ha apostado al éxito de un modelo organizativo en que el protagonista es el pueblo. Pero, además, el liderazgo municipal, me mostró que tenía obligaciones de seguir a su lado.

Y al fi nal –cuando Cardona rechazó la renuncia– mi conciencia, a la que Newton, defi ne como instancia superior ante los dilemas éticos , se impuso. Y acepté continuar. Las últimas vacilaciones las vencí cuando hablé con la directiva del COHEP que, ofreció respaldarme, apoyándome en traer a Harari para despertar el sentido
de responsabilidad de las élites, en la defensa de la existencia de Honduras; en la construcción de un obelisco conmemorativo, y en la edición de un libro sobre la economía nacional, contentivo de las recomendaciones teóricas para que, el país salga de la pobreza.

Me di cuenta que no podía vivir tranquilo fallándole, al fi nal de mi vida, a Honduras y a los hondureños. (Calidonio, alcalde de SPS, me invitó para que, si dejaba el trabajo nacional, me fuera a hacer la celebración, a la ciudad que dirige). Estoy satisfecho. Y con nuevas ideas, inéditas relaciones y apoyo inesperados. En lo primero, conversando con algunos diplomáticos extranjeros, que han estado acreditados en El Salvador, he confi rmado la posibilidad de traer al Cádiz, equipo deportivo en donde milita el “Choco” Lozano, y donde fuera estrella el “Mágico” Gonzales,  salvadoreño, a quien Maradona, dijo que era “el mejor jugador del mundo”, para estrechar relaciones entre los países de Centroamérica, y animar un reencuentro de los pueblos, frente al fracaso de SICA
que, pese al apoyo de la UE, es muy poco lo que ha logrado hacer, porque no confía en los ciudadanos, sino que los burócratas de las cancillerías centroamericanas, atrapadas en un provincianismo infantil y una egolatría del tiempo de Tellerand. Un partido en Tegucigalpa, del Cádiz frente a una selección centroamericana; y otro en
SPS contra la selección nacional, sin duda, elevaría el entusiasmo y el orgullo de los hondureños, y los demás pueblos hermanos de Centroamérica. Finalmente, se me ha ocurrido, pedirle al Rey Felipe VI que, convoque a una cumbre de presidentes de CA, en Antigua Guatemala, para darle nuevos rumbos a la integración, reduciendo
el protagonismo no latino, que nos permita a los centroamericanos, dirigir nuestros propios destinos. Como lo hacen ellos.

En lo que respecta a apoyos, he recibido expresiones afectuosas de Costa Rica, Guatemala, Perú, El Salvador, Corea del Sur, España, Nicaragua y Chile, que me honran y comprometen. Cuando tenga, por fi n el pasaporte respectivo, viajaré a Estados Unidos, México, España, Francia, Alemania, Italia. El Vaticano y Perú, para animar
acciones conjuntas. Y establecer acuerdos para que, el futuro sea mejor para Honduras. Así como para orientar acciones con los embajadores y cónsules, de forma que, honremos y fortalezcamos, el orgullo de los compatriotas que, desde el exterior, sostienen este país, con un amor que todavía, no hemos valorado.

Por mientras, le doy –junto al equipo que me rodea– los últimos toques al lanzamiento de las actividades del Bicentenario, en una ceremonia que efectuaremos en la ciudad de Comayagua, excapital hondureña, el próximo jueves, a las 6:00 p.m. Allí, en nombre del pueblo, con sentido crítico juzgaremos el pasado. Y sentaremos las bases de las obligaciones de las nuevas generaciones, para hacer de Honduras, en los próximos 100 años, una gran nación.

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