Una comisión del beisbol de Grandes Ligas ha convertido en realidad un homenaje especial dedicado al gran Lou Gehrig, una de las estrellas deportivas más grandes que ha tenido este país.
Lou Gehrig, nacido en Nueva York en 1902, jugó con los Yankees de Nueva York durante toda su carrera, en la cual tuvo de compañero al inmortal Babe Ruth, que juntos rompieron récords a diestra y siniestra. Ruth en jonrones y Gehrig en carreras impulsadas y en número de partidos jugados consecutivamente durante 17 años.
Picho impuso récords en otros rubros pues fue presidente de la Junta Directiva del Banco Atlántida, el más antiguo y más grande de Honduras, también fue presidente del Partido Nacional, uno de los dos partidos políticos más importantes de Honduras y además fue presidente del club deportivo Olimpia, el equipo de fútbol más popular de Honduras, fungió como secretario de la presidencia en el gobierno de Callejas y por muchos años fue diputado en el Congreso Nacional.
Un buen día en 1939, Lou se presentó ante su Director Técnico, y le pidió que lo sacara ese día del partido, pues sentía que su cuerpo estaba invadido por un mal que lo tenía jugando abajo el altísimo nivel que siempre sostuvo. Pocos meses después, informó al país que tenía Scleroris Lateral Amniotrófica (ELA) y que por ello dejaría de jugar.
La fanaticada lloró a la par de Lou cuando anunció su retiro del deporte que adoraba y apenas duró con vida dos años hasta que falleció a los 37 años de edad el 2 de junio de 1941. Ahora se celebrará cada 2 de junio un partido en honor de Lou, donde se llevarán a cabo campañas buscando recoger fondos para encontrar una cura al ALS. A mí me afecta directamente, pues mi hermano Gilberto (Picho) acaba de fallecer debido a la misma enfermedad el 20 de diciembre del año pasado, después de haber durado 12 años después que los médicos le vaticinaron un máximo de 2 años.
Mi hermano dio un increíble ejemplo de valor y de tenacidad, igual que lo hizo Lou Gehrig, 79 años antes. A ambos los aplaudiré más que nunca en ese homenaje del próximo 2 de junio. Los dos fueron grandes en sus respectivas faenas durante sus vidas y también rendiré tributo a todos los que han sucumbido ante una enfermedad que aún sigue siendo incurable. Que Dios bendiga a Lou y a Picho y ojalá que algún día se encuentre la cura.
