A ritmo desigual y en medio de segundas olas, llegan vacunas a América Latina

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18 de marzo de 2021
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12:01 am
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A ritmo desigual y en medio de segundas olas, llegan vacunas a América Latina

Por: Ivonne Tábora
Licenciada en Periodismo, relacionista pública, administradora de redes sociales.

Muchos piensan que con la llegada de las vacunas, como por arte de magia volveremos a vivir con la normalidad a la que estábamos acostumbrados, y la realidad es otra, porque se está viviendo ya con nuevas variantes, más fuertes y mortales de la COVID-19, que aún se encuentran en investigación y estudios en varios países del mundo.

En América Latina, aun cuando varios países están siendo vacunados, están pasando por un momento crítico, enfrentando más contagios, como en México, Colombia, Perú, Brasil y el caso de Chile, el país con mayor velocidad y porcentaje de población vacunada en la zona, pero actualmente enfrenta un rebrote.

Los chilenos deben de servir de ejemplo para los demás países, incluyendo el nuestro, pues a pesar de ser un país vanguardista en su campaña de vacunación y de convertirse en el quinto país a nivel mundial en dosis de vacunas administradas por cada 100 habitantes, y que solo es superado por países como Israel, Reino Unido, Estados Unidos de América, Emiratos Árabes, sufren en este momento una segunda oleada de esta terrible pandemia.

Ellos llevan aproximadamente un 20% de su población vacunada, y viven un tiempo decisivo de casos y hospitalizaciones, comparado con el más alto de 2020, pero cuáles son las razones de este nuevo repunte, según algunos médicos y expertos chilenos, podemos mencionar que nunca lograron un control efectivo de la pandemia, ya que ellos aunque tuvieron resultados muy positivos con las cantidades de pruebas de COVID-19 , no fueron acertados en localizar los contactos de las personas infectadas, por lo que no se pudo controlar la propagación.

Además, el gobierno levantó varias restricciones de movilidad por la época de verano y autorizó permisos para salir de vacaciones, lo que provocó que millones de sus habitantes salieran a diferentes zonas de ese país.

El mismo Ministerio de Salud de Chile reconoció que el relajamiento en las medidas, fue un factor importante e influyente para que en este momento sufran una segunda ola con porcentajes, en algunas zonas más altos que en la primera ola.

Otro divisor importante a tomar en cuenta es que en ese país la vacuna que más se ha utilizado es la Sinovac, eficiente, pero un poco menos eficaz en lo que se refiere a prevención, como la de Pfizer.

Esto nos debe de servir para analizar que, aunque ya se haya iniciado un segundo proceso de vacunación con la llegada reciente de las vacunas bajo el programa COVAX, no se debe bajar la guardia con las medidas de bioseguridad contra la pandemia.

Los hondureños debemos actualizarnos en este tipo de informaciones, pues es erróneo creer que al ser vacunada la población se acabó el problema, no es así, porque su efecto no es inmediato, además hay nuevas variantes de COVID-19 y aún ya vacunados deberemos seguir usando la mascarilla, el lavado de manos, el distanciamiento, entre otros.

Sin olvidar la lentitud del programa de vacunación, debido a que las vacunas han sido acaparadas por los países más ricos, también sumemos que la compra de las mismas en la región no se ha llevado a cabo de forma unificada, cada país emprendió sus negociaciones bilaterales y no en bloque como la Unión Europea, lamentablemente, a pesar de que estamos en desventaja o vulnerables, no somos unidos.

Me parece que aún estamos a tiempo, si como grupo de países de Centroamérica buscáramos apoyo y negociáramos, nos iría mejor, pues somos países hermanos, tenemos tratados, negocios, convenios, comercios, aduanas, etc.

Lo peor se puede venir sino evitamos más contagios del virus, tomando en cuenta que dentro de poco celebraremos la Semana Santa, época que generalmente se usa para hacer turismo interno, visitar nuestros familiares en el interior del país y este no es el mejor momento para realizar estas actividades, al contrario, es tiempo de redoblar esfuerzos e intensificar las medidas de cuidados en conjunto con las autoridades y la empresa privada.

Es responsabilidad de cada uno de los hondureños cuidarnos y poner de nuestra parte para no continuar perdiendo más vidas, tanto del personal de primera línea, como ser los médicos, enfermeras, entre otros, como a cualquier miembro de nuestras familias.

En la unión esta la fuerza.

@Ivonnetabora, [email protected]

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