Juan Flores, Fundación 15 de Setiembre en EEUU: “A los migrantes solo nos ven como dólares”

ZV
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20 de marzo de 2021
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12:54 am
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Vigilados de cerca por la policía y el Servicio Secreto, un grupo de hondureños se abrió paso, el pasado martes, por las calles de Washington, hasta llegar frente a la Casa Blanca, en el corazón del poder mundial. No es fácil tocarle las barbas al Tío Sam en estos tiempos de pandemia y con las secuelas del famoso asalto al Capitolio, pero los catrachos lo lograron de manera pacífica. Llegaron de todas partes de la unión americana -muchos de ellos vendiendo enchiladas y tamales para costear el viaje- con un solo motivo: pedir al gobierno de Joe Biden un nuevo TPS. Juan Flores fue uno de los coordinadores de la jornada heróica y ahora rememora esos momentos emocionantes, cuando los mismos “gringos” les aplaudían al paso y hasta se unieron en sus demandas. Aún no hay repuesta, admite, pero ellos ya hicieron su parte.

–¿Desde dónde llegaron?
De todo el país, muchos manejando hasta 24 horas. Desde Sacramento, California, San Francisco, Houston, Miami, Atlanta, Carolina, New York, y vinieron también nuestras organizaciones hermanas Familias Unidas y Ángeles Unidos por Honduras.

–¿Quién les financió la marcha?
Como decimos en Honduras, cada quien con su pisto, muchos vendieron enchiladas y tamales para comprar la gasolina, algunos en avión, buses, busitos y carros particulares los que viven aquí cerca en Virginia, Washington y Pensilvania.

–¿Marcharon de otras nacionalidades?
También se agregaron hermanos de Guatemala, Salvador, Nicaragua y algunos hermanos mexicanos.

–¿Dónde se congresaron?
En el monumento a Washington. Fue un desfile cívico, estamos sorprendidos cómo aquí se respeta el derecho a expresarse. La misma policía nos custodió y nos abrió la calle 17 de Washington exclusivamente para la marcha en la que iban niños, mujeres, jóvenes y adultos.

–¿Cuál fue el mensaje?
Hicimos un llamado a toda la clase política de Honduras, tanto al Gobierno como a la oposición, que busquen un acuerdo para un TPS, porque nosotros ya hicimos nuestra parte, como decimos, hasta aquí llegamos, hasta la Casa Blanca, caminamos miles y miles de millas, descalzos por el desierto.

–¿Y al gobierno americano?
Les hicimos ver que que el migrante hondureño es prácticamente el que más ha sufrido el embate de la administración pasada con una política anti inmigración, nuestros niños fueron encarcelados y separados de sus padres, eso, en este país de esperanza, paz, democracia y de justicia, no puede volver a pasar.

–¿Qué les decían los “gringos” durante marchaban?
Muchos quedaron sorprendidos, nadie nos reprochó nada, más bien nos felicitaron y algunos se incorporaron a la marcha convencidos que no tenemos un estatus migratorio pero que somos seres humanos esenciales a este país.

–¿Qué sintieron estar frente a la Casa Blanca?
Como le decía, todos estos hondureños que llegaron deben de ser recordados como héroes porque realmente eso es lo que son, fue un sacrificio al clima, a la adversidad, al miedo, lo que no sabían porque para muchos fue la primera vez imagínese salir de nuestra aldea y era pisar Washington, la capital del poder del mundo.

—¿Salió alguien de la Casa Blanca a atenderlos?
No salió nadie, pero vimos cuando se levantó el helicótero presidencial, por lo que creemos que el presidente Biden escuchó nuestros reclamos.

—¿Hay profesionales migrantes en estas marchas?
Por supuesto, es un fenómeno que poco se dice, pero hay migrantes de todas las profesiones, médicos, ingenieros, maestros, abogados, en fin, es una fuga de cerebros, no solo obreros.

–¿Por qué cree que emigran los hondureños?
Todo comenzó cuando emigramos de nuestras aldeas buscando ayuda en la ciudad pero tampoco hallamos oportunidades, la única esperanza que nos quedaba es la democracia y la democracia ahora mismo está partida en Honduras y por eso nos toca emigrar.

–¿Hay alguna manera de presionar al gobierno de Honduras?
Queremos ver de qué forma paramos la remesa hasta que no nos ayuden y entiendan que los migrantes somos parte de la democracia y queremos escoger a nuestras autoridades, porque hasta ahora ni la cédula tenemos porque no vinieron los enroladores, dejándonos fuera del proceso democrático de noviembre.

 

–Pero si quitan las remesas se les mueren de hambre los familiares en Honduras…
Sí, pero es que ese es el punto: esas remesas han hecho que todos en Honduras entren en una comodidad y aquí el dinero cuesta y no podemos seguir esperanzados de que se viva solamente de la remesa del migrante. Los bancos también van a sufrir porque se quedan con 200 millones de dólares al año.

–¿Qué han sabido de la reforma migratoria?
Es una promesa de campaña, nosotros, los migrantes hondureños no votamos pero hicimos campaña invitando a todos a votar por aquellas personas dignas y votar en contra del odio y el racismo.

–¿Pero cree que se dará la reforma?
Es que no depende solamente del presidente Biden por eso pedimos el TPS, porque siguen las deportaciones, estamos como en el punto cero antes de la pandemia.

 

–¿Tienen contacto con congresistas?
Sobre todo con los demócratas porque lastimosamente los republicanos poco o nada quieren escuchar, saben de la causa del problema, pero no la quieren enfrentar.

–¿Cuándo termina el actual TPS?
Es que el TPS, gestionado en el gobierno del Presidente Carlos Flores, fue cancelado en 2017, lo que hay ahora es un fallo pendiente de la corte, pero TPS no hay.

–¿A cuántos abarcaría el nuevo TPS?
A más de un millón de hondureños, fuera de los 44 mil que ya lo tienen y que ellos están haciendo su propia lucha.

–¿Quisieran votar en noviembre?
Pues sí, no es justo que siendo la parte esencial en la economía de Honduras no tengamos el respeto de la autoridad.

–¿Tienen un partido en particular?
Nosotros, los migrantes, no tenemos un color político, pero vamos a respaldar a cada persona que realmente quiera ayudar al progreso del migrante, porque estamos en abandono aquí.

–¿Apoyo de la Cancillería?
Ese es el coraje que nos da, porque sabemos que pagan hasta 80 mil dólares mensuales en hacer lobby acá en Washington para limpiarle la imagen al Gobierno y nosotros, ese día de la marcha, aguantamos hambre, vendimos enchiladas y tamales para costear la gasolina del viaje.

—¿Ayudan los consulados?
En esos consulados lo que hay son familiones enteros, padre e hijos, esposas y esposos, amigos y hermanos de diputados, tráfico de influencias, ni sacar un pasaporte pueden, si nosotros pudieramos elegir los cambiaríamos porque somos dos millones dispuestos a cambiar muchas cosas de nuestro país.

–¿Qué se siente migrar?
Un dolor inmenso en primer lugar por haber sido expulsados de nuestra patria, no poder ver a nuestra familia, eso duele en el alma, pero nadie quiere ver ese dolor, porque al migrante solo nos ven como dólares, un negocio donde todos ganan, pero nadie invierte en nosotros, hasta los centros de detención ganan dinero, los abogados de migración, los alguaciles.

–¿Cómo llegó a Estados Unidos?
Yo soy víctima de la inseguridad, tuve que emigrar desde el año 2007. Hoy, acá, hemos tomado como quien dice la bandera del país.

–¿Tiene papeles?
Estoy asilado.

–¿Cómo comenzó la fundación?
Por una necesidad de organización, la comunidad estaba sin una guía, en un principio nos reuníamos tres personas y poco a poco fuimos sumando, hoy estamos a nivel nacional.

–¿De qué trabaja?
Soy gerente propietario de un taller automotriz.

–¿Es mecánico?
Sí.

–¿Cuánto le cuesta mandar 100 dólares?
Vale ocho dólares, pero el problema es que allá lo pagan en lempiras y con menos valor el dólar, por ejemplo, aquí nosotros pagamos por 25 lempiras por dólar pero allá le dan 24.40, los bancos se quedan con 60 centavos.

–¿Cómo han vivido la pandemia?
Muy difícil, todo mundo se encerró, pero nosotros los migrantes seguimos siempre trabajando y nunca para que los americanos tengan la comida en la mesa, hemos estado en primera línea.

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