El gran consenso

MA
/
24 de marzo de 2021
/
12:45 am
Síguenos
  • La Tribuna Facebook
  • La Tribuna Instagram
  • La Tribuna Twitter
  • La Tribuna Youtube
  • La Tribuna Whatsapp
El  gran consenso

Parte I

Jairo Núñez
[email protected]

Ha llegado el momento de desnudarnos, sí, desnudarnos la mente. Abrir ese paracaídas que llevamos incorporado, que solamente funciona si lo abrimos. Honduras siempre ha vivido de crisis en crisis y hoy no es la excepción. Atravesamos el peor momento de la historia: los peores indicadores de crecimiento económico, pobre-za, miseria, una alta corrupción, un gobierno señalado por acusa-ciones muy serias, los desastres generados por Eta e Iota y la pan-demia que, aunque se ve una pequeña luz con la vacuna, parece no terminar en el mediano plazo, entre otros múltiples problemas que se acumulan, uno tras otro.

Sumado a lo anterior, ya hoy más de una semana de habernos pre-sentado a las urnas con unas expectativas tan altas, pero al final tan decepcionados por la lentitud en la transmisión de los resultados y las múltiples denuncias e impugnaciones por fraude en los tres partidos políticos que se presentaron a elecciones internas. Todo esto genera malestar en la ciudadanía, sin lugar a duda es compren-sible. Sin embargo, esto no debe alejarnos de construir la patria que anhelamos los buenos hondureños. Esa patria en la cual ya no estemos escuchando sobre corrupción sino sobre construcción.

Esa patria en la cual ya no estemos avergonzándonos por denun-cias y acusaciones a nuestros representantes en el gobierno, sino orgullosos que estos nos representen en el extranjero. Una patria en la cual estemos concentrados en producir sin estar pendientes que nos subirán los impuestos al final de cada mes. Una patria en la cual nuestros hijos puedan regresar a clases con el estómago lleno y solamente con hambre de aprender. Una patria en la cual podamos salir a buscar el pan sin el temor que nos asalten, nos roben o nos maten.

Todo lo anterior es posible de realizar si nos lo proponemos, pero queda poco tiempo, aunque el suficiente, para realizar el gran con-senso por la patria, un acuerdo en el que antepongamos nuestros intereses personales y partidarios. Un gran consenso en el que dejemos por un par de meses nuestros antagonismos, nuestras diferencias ideológicas y pensemos realmente qué es lo que quere-mos para Honduras, el cual debería ser nuestro fin supremo, para esa patria hermosa; y la única forma de lograrlo es mediante un sano acuerdo de unidad multipartidaria, integrando a todos los sectores sociales, estudiantes, gremios, sector privado, sindicatos, independientes, ciudadanos en general.

Ese gran consenso debe ser genuino, teniendo como objetivo ponerle fin a 12 años continuos de un solo partido que solamente ha acarreado vergüenza y miseria. Si estamos de acuerdo que la única salida es ese gran consenso tal y como se hizo en Estocolmo después del Mitch, en donde no fue un gobierno el que fue a repre-sentar a Honduras para exponer las catástrofes causadas por ese fenómeno natural, fue todo un país, fueron todos los sectores unidos, en consenso para solicitar apoyo internacional urgente para reconstruir al país. Esa capacidad de unión que tenemos los hondu-reños no debe de olvidarse y hoy está más latente que nunca.

¿Acaso este conjunto de crisis que estamos viviendo merece otra vez esa unión fraternal de todos los hondureños que amamos al país como en ese histórico momento después del Mitch? Sin temor a equivocarme expreso que sí se lo merece. Y más. Es por esto que hacemos este primer llamado de unidad a toda la oposición, a unirnos desde ya. Bajemos las armas representadas por antagonis-mos y diferencias, normales en cualquier población y reflexione-mos: ¿queremos iniciar un cambio o nos dividiremos nuevamente como en 2017?
La primera opción puede representar el inicio de algo bueno, un primer experimento para salir de la crisis, como decía Edwards Deming. La segunda opción de presentarnos separados en las generales de noviembre solo representará el poco amor por hacer verdadera patria y simplemente dejaremos manifestado el poco o nada de amor por la nación y el camino abierto para que siga la fiesta de los cuatro años más, los cuales serían 16 años ya en total, justo el tiempo que estuvo la dictadura de Carías, a lo que aspiran. El gran consenso depende de todos nosotros los buenos hondure-ños y es la única forma de alcanzar el objetivo. De lograr la meta en noviembre, ya será otro consenso, otros acuerdos para reconstruir el país, por ahora importa el primer paso, ¿y cuál es la ruta? Sacar-los del poder. Continuará.

Más de Columnistas
Lo Más Visto