BAJO LA PUERTA DORADA

ZV
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28 de marzo de 2021
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12:08 am
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BAJO LA PUERTA DORADA

EL CONTAGIO Y LAS ALARMAS

SEGUN la tradición evangélica, Jesús de Nazaret penetró por la “Puerta Dorada” de Jerusalén, un día análogo al “Domingo de Ramos”, según sea el calendario lunar de cada año, en los comienzos de la tradicional Semana del “Pésaj” o de Pascua, pocos días antes de la experiencia de su pasión sacrificial, en beneficio de su propio pueblo y de la humanidad entera. Se trata del recordatorio de una cruel experiencia, bajo el signo de la cruz, pocas veces aquilatada por los mismos lectores del Nuevo Testamento.

Inclusive, desde varias centurias antes que se redactaran los “Cuatro Evangelios”, durante la segunda mitad del primer siglo de nuestra era común, se había profetizado, en las más viejas escrituras, la llegada de un Mesías, que penetraría por la Puerta Oriental de la Ciudad Santa, más o menos a la altura del Huerto de Getsemaní y del Monte de los Olivos. Es decir, camino de Jericó. Por esa misma puerta penetró el Rabino de Galilea, en dirección al Segundo Templo de Salomón, montado sobre un borrico. Fue recibido con palmas y vítores. Sus seguidores y admiradores se despojaron de sus propias prendas de vestir para colocarlas en el suelo por donde pasaría su maestro. De ahí emergió la famosa frase poética (y profética) que “si los hombres callaran, las piedras hablarían”.

La “Puerta Dorada”, o de “La Misericordia”, fue obstruida o sellada por Solimán el Magnífico en el año 1541 de la era occidental, con el objeto de desanimar a los religiosos originarios respecto de la llegada del Mesías. O disuadir a los mismos cristianos del retorno de Jesucristo. Aquella “Puerta” sacra continúa sellada hasta el día de hoy, entre otros motivos porque en sus bordes instalaron un pequeño cementerio, es decir un lugar impuro, en donde la más antigua tradición prohíbe que circulen personas “santas” o con aspiraciones de santidad.

La historia arqueológica propone que en los tiempos bíblicos existió, en ese mismo sitio, un portón originario antes de la famosa “Puerta Dorada”, por donde llegaría el Mesías. Por eso es posible que Jesús de Nazaret, en función del cumplimiento de las profecías del “Viejo Testamento”, haya avanzado por debajo de sus pórticos, hasta arribar al Templo. Exceptuando las últimas murallas subsistentes, el resto de la geografía física y humana de Jerusalén no ha cambiado mucho. Muy cerca de esa “Puerta” se localizan las ruinas del palacio en donde se hospedaba Pilato y su guardia de legionarios; y asimismo la “Vía Dolorosa”, hasta ascender por una pendiente (ahora con gradas) que conduce al “Santo Sepulcro”. Los cristianos católicos, ortodoxos y armenios de Jerusalén, conmemoran estas fechas en los lugares y en las callejuelas que hemos mencionado.

Mucho tiempo después de aquellos lejanos acontecimientos ocurridos en Jerusalén, se empezó a conmemorar la Semana Santa, comenzando con el “Domingo de Ramos”, en los más remotos lugares del mundo, incluyendo Tegucigalpa y otras ciudades y pueblos del interior de Honduras, en donde las procesiones tradicionales se ponen a la orden del día, como recapitulando lo acaecido hace dos mil años aproximados. Ello es una simbología religiosa occidental. Pero los hechos son, históricamente, consistentes. Sobre todo en lo que concierne a las últimas palabras y al sufrimiento indecible de Jesucristo, cargado de amor y de perdón para todos los seres humanos.

La excepción de estas conmemoraciones cuaresmales, podría registrarse en las playas costeras, en donde los supuestos cristianos se olvidan de sus tradiciones y se dedican, a tiempo completo, a exhibir sus cuerpos; a emborracharse y, de cuando en cuando, a ahogarse en medio de las olas traicioneras. Pareciera que, cada año, son menos los pobladores que practican las antiguas tradiciones cristianas, que comenzaron con la “pasión de Jesucristo”. Sin embargo, los que se quedan en las ciudades del interior, trabajan por resguardar sus principios y sus costumbres, incluyendo las gastronomías típicas que suelen compartirse entre amigos y familiares.

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