Doble estándar

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28 de marzo de 2021
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12:02 am
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Doble estándar

Por: Adán Hilario Suazo Molina
Coronel de Aviación ®

Nuestra actitud natural frente a la vida, nos permite pensar que somos justos y equitativos en el trato que le dispensamos a una persona o grupo en particular, sin embargo, el sesgo, el cálculo, el examen, la conveniencia, el sectarismo y hasta el racismo, son elementos que inciden en nuestra actitud para con los demás. Este tipo de conducta, no es acto singular, también es característica común de grupos sociales, instituciones, estados o regiones. Las potencias dominantes del orden mundial, traducen este asunto, como políticas hegemónicas, suavizadas en algunos casos, trato de guante blanco o endurecidas hasta extremos humillantes; reconozcámoslo en la popular frase, “los amigos o aliados no son permanentes, pero sí los intereses”.

El boom que ha tomado el reconocimiento de las nuevas amenazas, enfrenta al conglomerado de países tercermundistas, que afrontemos la presión de cargar con casi toda la culpa de las cosas malas que suceden en el mundo. En particular nuestra amada patria, es calificada como la gran amenaza, generadora de: migración ilegal masiva, corrupción incontrolable, violación de derechos humanos y propiciadores o protectores del narcotráfico, todas estas maldades conectadas directa o indirectamente con los problemas domésticos de los Estados Unidos.

Para mejor ubicación, debemos remontarnos a los años ochenta, cuando en Centroamérica se vivió la sangrienta lucha política fratricida, Honduras fue el bastión del equilibrio en la región, nuestros amigos y aliados de EE UU nos cuidaron, nos arroparon con su poder y nos dotaron de equipo bélico de alta tecnología, dicha política era evidente, el sandinismo crecía a tal ritmo y se vislumbraba que pronto recibiría equipo de aviación de combate de alta tecnología; la amenaza se extinguió, así también se extinguió el apoyo que recibíamos de nuestros amigos, ahora, solo nos queda como recuerdo de esa época, la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo (USJTB), quienes reposan en Palmerola, después de haber sido acogidos como huéspedes, hoy dominan el lugar como una poderosa unidad militar extranjera, poco podemos decir respecto a ello, las negociaciones de nuestra parte han sido pobres y la compensación por permitir dicha estadía, es exigua o nula.

Ahora el asunto es que nos hemos convertido en los malos de la película, las acusaciones fluyen por doquiera, la presión es implacable, tanto que a nivel presidencial, legal y del Senado estadounidense, y al puro estilo doble estándar se preocupan por Honduras. No se trata de defender a nadie puesto que: quien haya delinquido, sea quien sea, debe pagar, pero: ¡recapacitemos! La conmoción causada en nuestra sociedad es asfixiante, aquí nadie confía en nadie y todos dudamos de todo, debemos de comprender, esto no es asunto de enviar memes o mensajes, tampoco se arregla despotricando en los foros televisivos o queriendo acumular imagen con hechos supuestos e inconclusos, esto es de justicia y de leyes.

Doble estándar también es culparnos de encubrir la mayoría de envíos de cocaína hacia su país, cuando hace pocos años desperdiciaron más de USD 9,400 millones en el famoso plan de erradicación de la producción de cocaína en Sudamérica y ahora se producen más de 1,800 toneladas métricas por año, es decir dicha producción se duplicó. También creemos es sesgado de su parte, ver hacia otro lado en el caso de los sanguinarios carteles mexicanos, quienes son los verdaderos dueños de las rutas de la droga, desde su origen hasta el insaciable mercado drogadicto de los EE UU, hace algunos meses fueron capturados dos hijos del Chapo y rápidamente dejados en libertad a conveniencia, muy poco se comentó sobre el hecho (mataron el tigre y…), el famoso periodista Del Rincón, quien hace piñata con nuestra patria, pero obvia referirse mucho a su país de origen, ¿será esto doble estándar?

¿Qué ritmo debemos seguir en esta difícil maraña de la droga?, por un lado se nos exige que contengamos el flujo y controlemos las rutas de paso hacia el norte, por otro lado, no se recibe el apoyo requerido para estos fines, debemos tener presente que nos enfrentamos a un oponente poderoso, que a su paso compra favores y voluntades y posee los recursos para dominar la situación. No se obtiene apoyo en equipo, tecnología ni información de inteligencia oportuna que facilite la labor, por el contrario, se nos exige que acomodemos nuestras leyes, para asegurar un tratamiento de guantes de seda, con los narcoaviones y narcoembarcaciones. Recordemos. En el 2012, un comandante de la FAH, fue removido de su cargo, por haber cumplido con su deber al controlar una avioneta narco, que no atendió las señas de interceptación internacionales, ¿por presión o recomendación de quiénes?… simple o sencillamente ¡incomprensible!

Preguntas sencillas: ¿acaso hay carteles o capos de la droga en EE UU? Si no los hay: ¿cómo se mueve y trafica la droga en ese país?, ¿cómo se diluye el dinero producto de la droga en su economía?, ¿quiénes son los consumidores, vagos de la calle, o alta sociedad con poder económico?

Sin lugar a dudas, como Estado tenemos muchas cosas que corregir, ojalá y se pudiese hacer por nosotros mismos, respetando al menos nuestra soberanía.

Por otra parte: no les parece que nuestro respetado Tío Sam, quizá pudiese pararse en su frontera, dar la vuelta y ver hacia su territorio… con seguridad comprenderá, que tiene mucho que arreglar con sus millones de insaciables drogadictos.

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