Malo, feo y caro

MA
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30 de marzo de 2021
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01:02 am
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Malo, feo y caro

De tal palo tal astilla

Estaba leyendo acerca de el secreto del éxito del que casi nadie comenta. Resulta que se habla mucho de fórmulas mágicas para triunfar en diferentes aspectos de la vida; no es extraño escuchar frases e ideas relacionadas con el trabajo duro, visualizaciones, metas, e incluso leyes universales; pero me encantó un enfoque poco convencional que dice que el secreto del éxito del que casi nadie habla es el siguiente: “Los ganadores, hacen un hábito practicar lo que a los perdedores no les gusta hacer” así, por ejemplo: si la meta a seguir es estar saludables, a los “perdedores” no les gusta comer sano, hacer ejercicio, preparar sus alimentos ellos mismos, etc. En cambio, los “ganadores” hacen todo lo anterior y lo convierten en parte de su vida; al final, eso es lo que marca la diferencia entre los unos y los otros.
Lo interesante es saber que muchas veces lo que no les gusta a los cómodos y negligentes, son las mismas cosas que no les gustan a las personas de éxito; entonces… ¿porque los ganadores hacen incluso cosas que les desagrada hacer? Pues porque ellos tienen sus objetivos y propósitos de vida muy bien definidos, y eso los mueve a ir en contra de su propia comodidad y realizar lo que sea requerido para lograr sus metas.
Cuando pienso en mi labor artística, puedo ver como estos conceptos se ajustan como “anillo al dedo” pues para llevar una carrera exitosa, muchas veces toca privarse de gran cantidad de cosas, desvelarse trabajando, invertir muchísimos recursos en la mejoría del perfil profesional, dejar de lado actividades recreativas, practicar un estudio continuo que lleva a la par una inversión en uno mismo y experimentar constantemente. Hay muchos que desean ser artistas reconocidos, pero quisieran que el camino estuviera cubierto de pétalos de rosas, que otros pagaran totalmente por su carrera y que sus oídos solo escucharan elogios por sus creaciones. También, algunos se dejan etiquetar como “bohemios” y dentro de ese título, agregan cosas como el vicio y el “espíritu de divo” que reza: “yo me hago esperar porque soy artista, y trabajo solo cuando la musa me visita” … No estoy de ninguna manera negando que somos una “raza” de personas mucho más sensibles y diferentes por nuestra naturaleza propia de creadores, pero yo voy mas bien con aquel dicho que dice: “cuando la musa venga, que me encuentre trabajando” … el caso, es que yo diría que básicamente en todas las profesiones y no solo en la mía, es verdad que el exitoso hace lo que al cómodo no le gusta hacer. Lo interesante, al final de cuentas, es que el ser humano SIEMPRE al culminar su vida recibirá una factura que pagar: el precio de la diciplina o el precio de la displicencia… y resulta que siempre es más cara o más alta la factura que se cobra por la comodidad y el vivir buscando lo más fácil.
Viene a mi memoria una frase que alguien dijo refiriéndose a la salud: “Lo que uno invierte en el presente comiendo sano y haciendo ejercicio, se lo ahorra en el futuro en médicos y medicinas” y eso tomando solo en cuenta lo monetario, pero podríamos agregar los dolores y molestias de la persona que no se cuida versus la salud, ánimo y buena apariencia del que si adquirió buenos hábitos en la vida.
Recuerdo que trabajando en negocios, escuché muchas veces la expresión: “Deme algo con las tres B… Bueno, Bonito y Barato.” Cuando hago un análisis sobre esta común conducta de comprador, creo que muchos van por la vida así, queriendo los mejores resultados al menor precio. Lo triste es que cuando no estamos dispuestos a pagar el precio del éxito, al final de nuestra existencia lo que recibiremos será malo, feo y caro…

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