El docente como investigador de su práctica pedagógica en el aula

MA
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7 de abril de 2021
/
12:55 am
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El docente como investigador de su práctica pedagógica en el aula

Miramonte

Ante la llegada del virus covid-19 el sistema educativo hondureño ha continuado en marcha, miles de educandos se han incorporado, esta vez por medio de la tecnología, realizando tareas y actividades que los docentes les están enviando, unos por correo electrónico, otros por grupo de WhatsApp y un tercer número de educandos se han quedado excluidos por no tener acceso a la tecnología, sobre todo los que residen en zonas marginales de las ciudades y de zonas remotas del país.

La educación es un derecho básico del ser humano, de ahí la importancia que el Estado a través de la Secretaría de Educación debe brindar este servicio a la niñez y juventud de nuestro país. Partiendo que la educación: es un proceso sistemático que permite el desarrollo de las habilidades y competencias en los individuos, capacitándolos para integrarse a la sociedad y por ende contribuir al progreso de una nación. Ante el contexto que nos ocupa hoy día como es la covid-19, contamos con un currículum que es abierto, dinámico y flexible, lo que permite hacer adaptaciones y priorizar contenidos, los cuales deben ser enseñados a los educandos considerando el grado de pertinencia y la relevancia de estos.

Nunca el proceso de enseñanza por medio de la tecnología va a sustituir al que se imparte en el aula o sea vía presencial, el aula es considerada en la investigación educativa como una “caja negra”, este calificativo deviene de la dificultad de determinar qué exactamente hace el docente mientras debe estar enseñando a los educandos. Por ello es momento que el docente reflexione sobre su práctica pedagógica en el aula. Mckernan enuncia el principio que “el docente debe asumir un rol de investigador”, plantea que como profesional de la educación deberá contar con las destrezas necesarias y así poder formular preguntas y problemas de investigación que sean viables y pertinentes, mediante una sustentación sólida en la metodología a implementar de naturaleza cíclica conformada por cuatro fases: planificación, la acción, la observación, la reflexión. Debiendo sistematizar el proceso de investigación, con un lenguaje práctico y cotidiano que sea el expresado por él, en su desempeño en el aula.

La idea de ver en la práctica pedagógica al docente como un investigador, cada día toma más relevancia, ya que es la investigación de su propio actuar lo que le facilitará descubrir lo que necesita saber para resolver sus dificultades en un contexto real de un fenómeno existente. Debiendo apropiarse de los espacios y revestirse de una mentalidad de investigador, asumiendo una actitud positiva en reconocer que posee las facultades o capacidades en llevar a cabo un análisis reflexivo sobre la realidad de las dificultades o necesidades que se presentan en el quehacer educativo dentro del aula. Particularmente en lo que concierne a aspectos curriculares y de teoría, en los cuales debe poner todo su empeño profesional para encontrar alternativas o soluciones que contribuyan a mejorar la enseñanza y al desarrollo de las habilidades y competencias necesarias que incidan en un aprendizaje significativo en los educandos.

Lic. Jorge Félix Ortega
Tegucigalpa, M.D.C.

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