Nuestros procesos electorales

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17 de abril de 2021
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12:30 am
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Nuestros procesos electorales

La reelección es ilegal

Nuestros procesos electorales cada vez que se realizan nos dejan una lección, no son transparentes como deseáramos que fuesen, siempre abundan las denuncias de alteración en las urnas, compra de voluntades, como de ineficacia de un registro de las personas, que a estas alturas del tiempo, después de cuarenta años de funcionamiento, no ha cumplido con su labor de realizar un censo actualizado de su gente.

Parece que fuese falso, pero es una realidad, y es que ahora que contamos con los medios electrónicos más sofisticados y comunicaciones más eficientes, los problemas en los procesos electorales, siguen siendo similares a los de muchos años atrás

Un ejemplo que quiero compartir con nuestros apreciables lectores, entre los tantos que registra nuestra historia, sucedió en los años cincuenta, cuando en el proceso electoral que se verificó en las urnas salieron más votos que el número de electores asignados a cada urna, algo parecido a lo que ha ocurrido en este momento con las internas, no se compraban conciencias como hoy, pero los famosos comandantes de armas ejercían influencia sobre los electores, para votar por determinado candidato.

El presidente Gálvez, o expresidente ya por esos años, al conocer los resultados le expresó a don Julio Lozano, quien era candidato presidencial, supuestamente triunfador: “te felicito Julio, les metiste capote”.

Esto nos deja una clara lección y es que eliminar costumbres negativas en una sociedad que han predominado por años y años, no es nada fácil. Pero nuestros políticos, si quieren que las cosas cambien, deben entender que para ello, se debe empezar de arriba, para bajo.

Entre esa serie de consideraciones, se afirma también, que la tal democracia a nuestro estilo, es el mejor sistema de vida y que es nuestra obligación protegerlo y defenderlo.

Pero eso de mejor sistema, contrasta con nuestra realidad que vivimos los hondureños, si vamos a citar algunos ejemplos, vemos que en nuestros pueblos, desde que entramos a la supuesta vida democrática (1982) los problemas económicos con consecuencia sociales y políticos son sumamente preocupantes, hoy conservamos mucho más marginalidad, viviendo sin las condiciones sanitarias adecuadas, más compatriotas se suman cada día a la lista de nacionales sin asistencia médica, más hondureños no tienen acceso al derecho universal elemental de educación y los que la tienen conservan una educación con conocimientos al margen de la realidad nacional, con hambre por todos lados de la geografía nacional, que la vemos todos los días en niños, madres pidiendo porque viven en el más completo desamparo, sin ninguna protección social, con una alta tasa de desempleo, que impide a nuestro pueblo conseguir el sostén para los suyos, teniendo que verse obligado a buscar por su vida fuera de la casa, todas estas realidades tiene sin duda, graves consecuencias sociales que es obvio conocidas, y no hay duda que en esto tiene que ver el modelo económico que nos rige bautizado como neoliberal.

Viendo así la realidad, afirmar que los hondureños vivimos en democracia, porque vamos cada cuatro años a costosos procesos electorales, con las consecuencias económicas que todos conocemos, con los grandes problemas sociales que conservamos, que lejos de resolverse o atenuarse se aceleran y decir además, que es el mejor sistema de vida me parece fuera de toda lógica.

La democracia se mide por el bienestar del pueblo. No de otra manera.

Manuel Aguilar Palma
Periferia de San Miguel de Heredia

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