Para Dios los niños son primero para los políticos, los niños no votan
La hora del brindis, cajas en alto.
Autor: Luis Alonso Gómez Oyuela
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DANLÍ, El Paraíso. ¿Qué importancia tienen los niños para el Estado? El Estado no siente, no piensa, no ama, es solo el Estado, pero este mismo Estado que se llama Honduras, es producto de la familia y la sociedad que se convierte en el núcleo fundamental para la conformación de un país o nación. La pregunta sería ¿Qué importancia tienen los niños para los gobernantes? Que a nombre de los niños consiguen grandes sumas de dinero de la cooperación internacional que, destina grandes sumas de dólares para atender las principales necesidades de la niñez.
Es un tema de análisis que habrá que decirlo y escribirlo, los niños en Honduras están abandonados, una inmensa mayoría vive en la extrema pobreza, relegados, sin educción, pan y techo. Desde muy temprana edad trabajan junto a sus padres para llevar el alimento al hogar; muchos de estos infantes se convierten en pordioseros en las calles, bajo los semáforos limpiando los cristales de los carros y en el peor de los casos, pasan a engrosar las pandillas juveniles, y más tarde convertidos en sicarios del crimen organizado.
El panorama parece sombrío, aunque no es la generalidad de los niños en estas condiciones. Muchos tuvieron la fortuna de llegar al mundo a través de una familia integrada. Un padre y madre responsables, algunos temerosos de Dios, otros, tal vez religiosos, pero por lo menos inculcando algunos valores para convertirlos en ciudadanos útiles a la sociedad.
La Declaración sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, fija su atención en todos los niños porque ricos y pobres deben gozar los mismos derechos, sin embargo, pocas veces fijamos nuestra atención en los desarraigados, los que son víctimas de la explotación y el abuso por sus propios progenitores y la trata de personas. Los niños pobres son los más vulnerables, solo habrá que fijar la atención en los miles de niños migrantes retenidos en las fronteras de México y los Estados Unidos.
Honduras es uno de los países más pobres de Centroamérica. A pesar de una mejoría sobre los niños pobres en años recientes, hoy por la pandemia hemos vuelto atrás, persisten los crecientes problemas derivados del bajo estándar de vida y de la atmosfera de inseguridad. La educación constituye el principal escoyo para el desarrollo y el bienestar de los niños ante la crisis provocada por el COVID-19. Un alto porcentaje no tiene acceso a la tecnología. La pobreza no permite que los padres compren un aparato celular, por otro lado; la mayoría de sus progenitores son analfabetos. En las comunidades rurales apartadas de las ciudades, la tecnología es nula, no llegan las señales, en algunos casos, los que poseen un celular buscan lugares altos para que la señal sea audible por uno o dos minutos.
En la comunidad de Planes, en el municipio de Trojes, la telefonía celular de la empresa que opera en la República de Nicaragua interfiere las señales de las dos empresas nacionales, imposibilitando la comunicación interna en toda la línea fronteriza. La población estimada en todo el municipio es de 30 mil habitantes, el número promedio de hijos por cada familia es entre 4 y seis hijos, un porcentaje que no tiene acceso a la educación. Los maestros de cada comunidad llegan dos veces por semana para revisar las tareas asignadas.
Supuestamente el gobierno habría contratado una empresa especializada en antenas y señales en varias de estas comunidades, pero los resultados han sido negativos. En la aldea de El Chichicaste, la antena instalada interfiere las señales de los celulares, afectando de esta forma a los usuarios habituales de las otras empresas de telefonía celular.
Lo único positivo para los niños en varias comunidades rurales de este departamento, que ha llevado alegría a los niños ha sido el Programa Bolsa Samaritana. Organización cristiana internacional que cada año dispone del regalo navideño para miles de niños en todo el país y América Latina en general. La distribución este año fue tardía, primero por la pandemia y después las tormentas tropicales.
Cabe destacar que la repartición del juguete navideño se realiza sin discriminación. Hasta la fecha han sido beneficiados en este departamento a más de 21 mil niños en las comunidades rurales. Cada regalo viene clasificado por edades, niños y niñas en caja sellada por un valor de 700 lempiras.
Este programa es manejado por un coordinador nacional y para este departamento, la coordinación está a cargo del pastor César Armando Ávila, cuya distribución la realiza a través de los pastores de cada comunidad para que las entregas sean trasparentes.
Los padres de familia de las comunidades beneficiadas, expresaron agradecimiento por el sorpresivo regalo para sus hijos, además, no son selectivos en materia religiosa porque es para todos conforme a las edades. Una madre, dijo, “yo pensé que me pedirían el número de identidad y a qué partido pertenezco”, expresó con sencillez. Durante la entrega, la esposa del pastor Ávila, Sandra Betancourt, explicó que Dios no hace acepción de personas y fiel a la enseñanza de Jesús, porque a los niños pertenece el reino de los cielos.
Lamentablemente, en nombre de los niños y del amor, se cometen muchas injusticias. Las donaciones de países amigos y organizaciones de cooperación asignadas a la niñez, el 80% se va en burocracia. La atención de la niñez es responsabilidad del Estado, sin embargo, los niños en Honduras, los pobres particularmente viven en total marginamiento y vulnerabilidad. La Bolsa Samaritana, hasta la fecha ha entregado a los niños más de 14 millones setecientos mil lempiras en regalos y folletos.
